El Bar?a se deshace

La prolongada sombra negra del partido contra el Getafe envolv¨ªa el ambiente de un Camp Nou decepcionado y hastiado de promesas insulsas esta temporada. El desastre copero del pasado jueves, may¨²sculo, convert¨ªa el envite ante el Betis en un refer¨¦ndum para t¨¦cnico y jugadores, sometidos al juicio soberano de su pueblo. Y el Bar?a, sumido en una grave crisis de juego e identidad, decepcion¨®. Los de Rijkaard, que caminaron por el alambre durante todo el partido al m¨¢s puro estilo trapecista, regalaron un empate frente al Betis y ceden el liderato al Real Madrid. En un calco del ep¨ªlogo de la era N¨²?ez-Van Gaal, el Camp Nou despidi¨® a los suyos en medio de una sonora pitada y con las gradas te?idas de blanco.

El partido ante el equipo andaluz iba m¨¢s all¨¢ de los tres puntos. Significaba una dura rev¨¢lida, en la que adem¨¢s de la victoria -imprescindible para no perder el liderato a favor del eterno rival- era necesaria una actuaci¨®n que restableciera los lazos perdidos con el socio. El Betis, actor secundario en el coliseo azulgrana, no puso excesivas trabas para evitarlo. A medio gas, los andaluces ara?aron un punto y pusieron de manifiesto la insultante precariedad de equipo catal¨¢n. Y eso que el partido comenz¨® bien para el Bar?a. Los suaves pitos iniciales con que acogi¨® la parroquia a sus jugadores se tradujeron en aplausos cuando a los tres minutos, Melli cay¨® en la treta de un p¨ªcaro Deco y derrib¨® al portugu¨¦s en su internada. Ronaldinho, uno de los grandes se?alados tras la derrota de Madrid, ejecut¨® la pena m¨¢xima con firmeza.

Iniesta fue el verdadero motor del Barcelona en el primer acto. El de Fuentealbilla dibuj¨® las acciones m¨¢s bellas, en colaboraci¨®n con la hiperactividad de Eto'o y la sublime conducci¨®n de bal¨®n de Messi. Rijkaard prescindi¨® de Edmilson y volvi¨® a dar paso a Deco, que aport¨® consistencia y mordiente al centro del campo. Precisamente, de un gran centro del luso con el exterior naci¨® una de las mejores ocasiones para los azulgranas, pero el testarazo de Eto'o sali¨® excesivamente cruzado ante la porter¨ªa de Contreras. Por parte b¨¦tica, tan s¨®lo un envenenado saque de falta de Rivera al que respondi¨® bien Vald¨¦s inquiet¨® al equipo catal¨¢n.

Poco a poco, el dominio de los de Rijkaard fue tomando cuerpo. Gio y Zambrotta se incorporaron al ataque con asiduidad, lo que permiti¨® que Messi y Ronaldinho contasen con m¨¢s espacios. El brasile?o, que carece de la chispa de anta?o, sirvi¨® un medido centro a Eto'o en el 30' para que el camerun¨¦s arrancase la ovaci¨®n de las gradas con una espectacular chilena que tuvo respuesta en Contreras. En la acci¨®n posterior, el africano -empecinado en borrar la triste imagen de Getafe- pidi¨® el bal¨®n con insistencia, recort¨® por dos veces y chut¨® lejos del marco andaluz. Pero antes del descanso, la indefinici¨®n del Bar?a pudo costarle cara. Thuram, excesivamente lento, fall¨® en el control y Fernando se qued¨® solo ante Vald¨¦s. El arquero, decisivo una vez m¨¢s, desvi¨® el tiro del atacante y espant¨® los fantasmas que ya se cern¨ªan sobre el Camp Nou.

Riesgo y castigo

El partido perdi¨® ritmo en la reanudaci¨®n. El Bar?a, peligrosamente conformista, cedi¨® algunos metros al Betis y careci¨® de pegada. Pero la osad¨ªa no termin¨® ah¨ª. Rijkaard, en una decisi¨®n contra natura, retir¨® del terreno de juego a Ronaldinho e introdujo a Edmilson cuando restaban todav¨ªa veinticinco minutos para la conclusi¨®n. Un cambio que rest¨® potencial ofensivo al encasquillado engranaje azulgrana, salpicado por algunas gotas de calidad de Messi y la voracidad de Eto'o.

Por su parte, los de Lu¨ªs Fern¨¢ndez respondieron con una notable presi¨®n en el eje. Voguel castig¨® con excesiva frecuencia los tobillos de Deco, mientras que Assun?ao -fino francotirador- se convirti¨® en el principal baluarte verdiblanco. Por tanto, una din¨¢mica comprometida para los de Rijkaard que no daba pie al m¨¢s m¨ªnimo despiste. El t¨¦cnico holand¨¦s retir¨® a Messi e introdujo a Saviola, pero el ataque azulgrana sigui¨® mostrando una preocupante ineficacia. El partido se embarull¨®. Entr¨® en una farragosa l¨ªnea de juego y eso dio alas al Betis, que en el minuto 41' dispuso de una clar¨ªsima ocasi¨®n que repeli¨® con acierto Vald¨¦s. Una parada importante, pero no decisiva, ya que al borde del final, Sobis dinamit¨® la endeble estructura del Bar?a con un gol que altera el status de la Liga. El castillo de naipes azulgrana se viene abajo.

Barcelona 1 - Betis 1