Raikkonen regresa del destierro
Ferrari reaparece con un primer y segundo puesto que le relanzan al Mundial de equipos, Hamilton es tercero y Alonso, octavo, a la espera de la fortuna
Con la desdicha de la mano, Fernando Alonso concluye el Gran Premio de la penitencia con el consuelo de la tercera posici¨®n de Hamilton y el regusto en el paladar por haber mostrado sus dientes frente a una parrilla de salida que no auguraba m¨¢s que calamidades. La deidad de la lluvia, por su condici¨®n divina, ha descansado el domingo, pero el asturiano, relegado a la d¨¦cima plaza por un problema en la caja de cambios, ha sabido sacar su repertorio de pilotaje para concluir en un s¨¦ptimo puesto esperanzador de aunque in¨²til para inquietar a la cabeza de carrera.
El doble campe¨®n, conquistador de Magny-Cours en 2005, ya no mira con ojos de veterano a su compa?ero de equipo, Lewis Hamilton, que vuelve a subir al podio una vez m¨¢s (la octava y de forma consecutiva) pese a sufrir el tir¨®n de los Ferrari de Massa y Raikkonen, renacidos despu¨¦s de una temporada en el destierro. Consciente de que una estrategia conservadora ser¨¢ in¨²til frente al brit¨¢nico, Fernando Alonso ha salido al asfalto franc¨¦s, el m¨¢s liso de todo el calendario, con una sola idea: Adelantar. Fuera quien fuese su predecesor.
Con la pericia propia y la ayuda ajena de Trulli y Kovalainen, sin aspiraciones por un incidente en la salida, el de Oviedo ha comenzado a desgranar rivales de menor a mayor importancia. Rosberg ha sido la primera v¨ªctima, a quien ha rebasado sin miramientos; Fisichella la segunda, con menos facilidades, y tercero, Nick Heidfeld, que ha sido la pesadilla de Alonso en un duelo de ida y vuelta.
En el primer episodio, el alem¨¢n ha resistido con dignidad los hachazos e intentonas hasta dejar extasiado su monoplaza en el giro 34. Alonso era sexto, y su ritmo inspiraba confianza para los ¨²ltimos retazos de carrera, pero el paso por la calle boxes ha deshecho todo el trabajo del espa?ol, con el postre de tener de nuevo a 'Fisico' por delante. La fortuna volv¨ªa torcerse, y un mundo se abr¨ªa entre los dos Ferrari y el ovetense, que volv¨ªa a ser s¨¦ptimo
El resurgimiento de Maranello
Siete grandes premios ha tenido que esperar el finland¨¦s de Ferrari para subir de nuevo al primer caj¨®n. Despu¨¦s de una tormenta de cr¨ªticas, eclipsadas por el duelo fratricida de McLaren, Kimi Raikkonen firma el epitafio de Magny-Cours con una victoria, algo que no consegu¨ªa desde la prueba inaugural en Australia. Y con ¨¦l, todo el equipo. Las variaciones en la aerodin¨¢mica han surtido el efecto esperado (Kimi y Massa liderando con rotundidad de monologuista de principio a fin) y reintroducen a Ferrari a la carrera por el Mundial de constructores.
Tras una salida impoluta, estudiada, la 'Scuderia' ha puesto pies en polvorosa por el trazado galo, manteniendo siempre las distancias con Hamilton, incansable perseguidor. Massa, doctorado en cerrar salidas, ha impedido el ataque del ingl¨¦s, y Kimi Raikkonen, tercero en la parrilla, ha aprovechado el ansia de l¨ªder de su predecesor para colarse y variar la imagen de una carrera en la que el rendimiento de Hamilton le vaticinaba un puesto m¨¢s glorioso que el tercero.
Con Ferrari emulando al ave f¨¦nix, Magny-Cours echa el cierre para siempre. Pero el espect¨¢culo no se detiene. Silverstone, pr¨®xima cita y ecuador del campeonato, marcar¨¢ el inicio de un nuevo Mundial, y cada 'pole', cada mil¨¦sima de segundo, cada estrategia ser¨¢ m¨¢s crucial que nunca para hacerse con el t¨ªtulo. La victoria de Iceman, que parec¨ªa haber abandonado su cadidatura al t¨ªtulo, tiene, al menos, un componente consolador para Fernando Alonso, que sigue esperando la sonrisa de la suerte. Hamilton sigue l¨ªder, pero se distancia menos, y la fortuna, dec¨ªa Graci¨¢n, se cansa de llevar siempre a un mismo hombre sobre las espaldas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.