Locura de goles en El Madrigal
El Atl¨¦tico empata a ¨²ltima hora ante un Villarreal que aprovech¨® la expulsi¨®n de Banega para pasar de un 0-2 a un 4-2
El f¨²tbol tiene cosas extra?as que lo hacen apasionante y bello. El Villarreal y el Atl¨¦tico dejaron un encuentro para recordar por los aciertos y errores, las alternativas en el marcador y los ocho goles. Si el Atl¨¦tico est¨¢ en el terreno de juego, puede suceder de todo. Fiel a su leyenda maldita, le cuesta ser feliz. La estabilidad le sume en el hast¨ªo. Vive con exaltaci¨®n todo lo que le acontece. Las penas y las glorias le hacen pasar de la alegr¨ªa a la depresi¨®n con rapidez, en lo que dura medio partido.
El Atl¨¦tico se suicid¨® para despu¨¦s renacer. Un enorme Villarreal ayud¨® en mucho a su derrumbe y su reacci¨®n. Banega se expuls¨® a la media hora porque quiso y dej¨® a su equipo en inferioridad cuando contaba con una suculenta ventaja de dos goles. Nada m¨¢s dar comienzo el segundo acto, Leo Franco, con el primer gol, absurdo, dio esperanzas al Villarreal, que consigui¨® avergonzar a su rival con tres m¨¢s que engrandec¨ªan su presente. Pero el Atl¨¦tico, en un arranque de orgullo y con un gran Sim?o, logr¨® empatar un duelo loco ante un Villarreal sorprendido con el desenlace.
Villarreal 4 - Atl¨¦tico de Madrid 4
Villarreal : Diego L¨®pez, Venta, God¨ªn, Gonzalo, Capdevila; Bruno, Senna, Pires (Mati Fern¨¢ndez, m.81), Cazorla (Cani, m.70); Rossi y Llorente.
Atl¨¦tico de Madrid : Leo Franco, Seitaridis (Antonio L¨®pez, m.46), Heitinga, Dom¨ªnguez, Pern¨ªa; Assuncao (Ra¨²l Garc¨ªa, m.60), Maniche (De Las Cuevas, m.76), Simao, Ever; Maxi Rodr¨ªguez y Forl¨¢n.
Goles : 0-1,m.1 Simao. 0-2, m.21 Forl¨¢n. 1-2, m.47 Senna. 2-2, m.51 Llorente. 3-2, m.57 Gonzalo. 4-2, m.67 Rossi. 4-3, m.83 Simao. 4-4, m.85 Ra¨²l Garc¨ªa.
?rbitro : Undiano Mallenco (C. Navarro). Amonest¨® por el Villarreal a Senna y Gonzalo y por el Atl¨¦tico a Simao, Maniche. Expuls¨® al jugador visitante Ever Banega por doble amonestaci¨®n, en el m.36.
Incidencias : partido correspondiente a la octava jornada de Liga, disputado en El Madrigal ante 20.000 espectadores.
Todo lo pasado tuvo su comienzo apenas pasados unos segundos del inicio. Sim?o, emulando a Van Nistelrooy una semana atr¨¢s, ilumin¨® al Atl¨¦tico. Se revolvi¨® en el borde del ¨¢rea y su disparo, tras golpear el travesa?o, se col¨® en la porter¨ªa de Diego L¨®pez, que, bien colocado, nada pudo hacer. El tanto rojiblanco dio una inesperada dimensi¨®n al partido y aument¨®, si cabe, la pasi¨®n con la que se enfrentan en las ¨²ltimas temporadas ambos equipos, rivales directos con id¨¦nticas miras.
Obligado a nadar contracorriente, el Villarreal no se descompuso en la fatalidad. Aceler¨® su habitualmente pausado juego dando la sensaci¨®n de poder equilibrar el marcador con prontitud. Con cinco centrocampistas y sin Ag¨¹ero, el Atl¨¦tico apenas disfrutaba del esf¨¦rico. Bastante ten¨ªa con apaciguar la febril reacci¨®n amarilla. Los ¨¢nimos se calentaron m¨¢s en los locales, que consideraron que una torpe y liviana entrada de Heitinga a Rossi en el ¨¢rea de Leo Franco era merecedora del m¨¢ximo castigo.
En el arre¨®n del Villarreal encontr¨® el Atl¨¦tico espacios para los contragolpes. Y, a la primera ocasi¨®n que dispuso, dobl¨® su renta en una perfecta incursi¨®n por la banda izquierda de Sim?o que Forl¨¢n hizo buena al aprovechar el blando despeje de God¨ªn. El delantero uruguayo, obviando su pase por El Madrigal, celebr¨® el gol, como ya hab¨ªa anunciado. La situaci¨®n del Atl¨¦tico en la Liga no admite gestos rom¨¢nticos.
El segundo gol dio validez al esquema planteado por el preparador mexicano, si bien, a buen seguro que en su visi¨®n previa jam¨¢s imagino tal desarrollo. Pero en la gen¨¦tica del Atl¨¦tico subyace la autodestrucci¨®n. En dos entradas intrascendentes, Banega se expuls¨® del terreno de juego. Aguirre contaba ya con la excusa y la coartada para el devenir del juego. El partido ten¨ªa una sola direcci¨®n y dos propuestas antag¨®nicas. El Villarreal atacaba sin remisi¨®n y el Atl¨¦tico, que, como buenamente pod¨ªa, achicaba espacios y se defend¨ªa con todos, abraz¨® suspirando el descanso.
Lo conseguido por el Atl¨¦tico en el primer acto se qued¨® en nada en un suspiro, en 15 minutos que aunaron la inspiraci¨®n y la desgracia. Senna, el centrocampista que mejor lee los partidos, ofrece una variante m¨¢s al prol¨ªfico ataque del Villarreal. Cuando los encuentros se atascan, le da por probar desde lejos la pericia de los porteros. Y a Leo Franco le dio, como los suramericanos acostumbran, por poner el pecho en vez de las manos para blocar el duro y previsible lanzamiento del hispano-brasile?o. Aturdido por el gol en contra, el Atl¨¦tico cedi¨® enseguida dos tantos m¨¢s, de Llorente y Gonzalo, en los l¨ªmites del fuera de juego. En menos de 15 minutos, el Villarreal pas¨® de derrotado a vencedor. Incluso consigui¨® un cuarto gol. Pero el Atl¨¦tico jam¨¢s se rindi¨®. As¨ª, al final, fuye capaz de resucitar.
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