El Espanyol huele a equipo nuevo

Algo est¨¢ cambiando en el Espanyol. Es un equipo en fermentaci¨®n, pero le sobra br¨ªo, ganas y garra. De ah¨ª que anoche, sin los lesionados Tamudo y De la Pe?a, no se contentara con las tablas ante el M¨¢laga, indefinido a la hora de proponer juego pero solvente en defensa y competente en el ¨¢rea opuesta.

El M¨¢laga, excepcional en la temporada anterior, ya ha cursado la primaria. Es una opci¨®n continuista, nada brillante pero de lo m¨¢s apa?ada. No combina diez pases seguidos en busca del hueco preciso, tampoco tiene un regate extraordinario ni una profundidad de campo desorbitada. Pero defiende en bloque, apenas ense?a fisuras en la zaga y delega las funciones del ataque en dos vertientes: la inspiraci¨®n de Obinna y el pie de Duda. Anoche se encarg¨® de desdibujar a Verd¨², ¨²nico futbolista capaz de atender los movimientos avanzados y aclarar el campo con su toque.

Centr¨® Fernando y Forl¨ªn meti¨® la cabeza con desatino; se marc¨® en propia puerta. El gol, al contrario de lo esperado, destens¨® al M¨¢laga y reactiv¨® al Espanyol, m¨¢s brioso en el segundo acto y con nuevas armas. Fiel a la teor¨ªa de no tocar lo que funciona, Pochettino mantuvo el mismo equipo que venci¨® en Riazor. Tambi¨¦n abog¨® por salvaguardar la propuesta de juego, con la presi¨®n adelantada, con la idea de sofocar a la zona de creaci¨®n adversa. Y con el bal¨®n en los pies, es un torbellino. En una de esas, Coro centr¨® a Ben Sahar, que remat¨® a la red. Poco despu¨¦s, Nakamura encontr¨® a Iv¨¢n Alonso despu¨¦s de un barrido de defensas de Ben Sahar. Alonso, con un disparo cruzado, resolvi¨® la jugada y, de paso, el partido. El c¨¦sped era nuevo y no present¨® dudas, el campo es un escenario atildado y resplandeciente y el equipo huele a nuevo.