El Deportivo enfila el buen camino

No arranca el Villarreal. Cinco jornadas, ninguna victoria y se?ales de estar atrancado. Ha sucumbido en un partido en el que trabaj¨® y se expuso por lograr un empate, pero en el que pen¨® por su indolencia inicial . Dise?ado para luchar por estar entre los cuatro primeros, el equipo castellonense empieza a ceder una distancia sustancial a la cabeza, en la que se instala el Deportivo, quinto ahora en la tabla.

Asumido su papel de clase media, el equipo de Lotina optimiza de manera admirable sus fortalezas. Ahora ha encontrado un inesperado man¨¢ en Juca y su pericia a bal¨®n parado. El pasado mi¨¦rcoles abri¨® el camino de la victoria en Jerez y ha vuelto a hacerlo, esta vez en Riazor. No es un jugador especialmente dotado desde el punto de vista t¨¦cnico, pero tiene una fenomenal pegada. Y, por lo que se ve, bastante confianza para romper una inercia que lastraba al equipo, que incapaz de embocar una falta en dos a?os festeja en tan s¨®lo cinco d¨ªas dos goles en esa suerte. Juca marc¨® y se fue lesionado al cuarto de hora por una sobrecarga muscular que ya hab¨ªa puesto en duda su participaci¨®n, pero su acierto decant¨® el partido y deprimi¨® a un Villarreal desconocido, con su proverbial buena intenci¨®n para manejar la pelota, pero que despreci¨® medio partido en un trasteo carente de cualquier profundidad.

As¨ª, el Deportivo gestion¨® el partido con comodidad y, por momentos, con prestancia, la del lateral Filipe, por ejemplo, que crece cada partido, sobre todo cuando tiene que mirar hacia el ¨¢rea rival. Suya fue la jugada que forz¨® la falta que aprovech¨® Juca y tambi¨¦n a partir de su capacidad para el eslalon forj¨® una carrera que desperdici¨® Lassad ante el gol con un remate propio de un juvenil. En aquel momento, al final de la primera parte, pareci¨® que ninguna otra acci¨®n del partido iba a alcanzar tal grado de plasticidad y excelencia, pero el f¨²tbol siempre guarda una sorpresa.

Ocurri¨® que, por fuerza, el receso ten¨ªa que reactivar al Villarreal. No pod¨ªa ir a menos. Apret¨® los dientes, junto l¨ªneas y desterr¨® los aires indolentes de la primera parte. Se decidi¨® a probar a Aranzubia, que hasta entonces era un espectador. Pero se ve que estaba metido en el partido porque su primera respuesta fue excepcional. Un centro al segundo palo encontr¨® a Eguren desmarcado. El uruguayo remat¨® como mandan los c¨¢nones, abajo y al palo, pero el meta vasco sac¨® al pelota a una mano en una intervenci¨®n memorable, la mejor que ha visto Riazor en muchos a?os, un alarde que calc¨® aquella m¨ªtica intervenci¨®n de Gordon Banks a testarazo de Pel¨¦ hace 39 a?os en el primer Mundial celebrado en M¨¦xico.

En los diez minutos siguientes, Aranzubia tuvo que desperezarse hasta cinco veces m¨¢s. Hab¨ªa comenzado el bombardeo, el desesperado cerco de un Villarreal que se expuso a las contras del Deportivo, a Valer¨®n y Riki, recambios de Lotina, que vio por ah¨ª una v¨ªa clara para cerrar el partido. Claro que atr¨¢s hab¨ªa mucho que remar. Valverde hab¨ªa encontrado un camino con Cazorla acostado a la izquierda y Nilmar y Rossi como referencias menos est¨¢ticas que Joseba Llorente. Tambi¨¦n con Ramirez, el ¨¢rbitro, que ayud¨® al asedio con un variado repertorio de faltas en zonas sensibles. Contra todo se tuvo que fajar el Deportivo, que enfila el buen camino, el que no encuentra el Villarreal.