Adi¨®s emocionado a Enke
Miles de personas despiden al guardameta alem¨¢n, en tratamiento por depresi¨®n
Alemania rindi¨® hoy un emotivo adi¨®s a Robert Enke, ex guardameta del Barcelona y del Tenerife, actual portero de la selecci¨®n alemana y del Hannover, quien se suicid¨® el martes a los 32 a?os, v¨ªctima de una depresi¨®n en la que confluyeron tragedias privadas y el p¨¢nico al fracaso futbol¨ªstico. Aficionados con la bufanda verdinegra del Hannover 96, c¨²pula futbol¨ªstica alemana, representantes de los clubes europeos por los que pas¨® y pol¨ªticos llenaron el estadio para despedir el f¨¦retro del arquero, rodeado de coronas de flores sobre el c¨¦sped.
Su viuda, Teresa, y los rostros desencajados de la selecci¨®n en pleno -del capit¨¢n Michael Ballack a Per Mertesacker, sus dos amigos del alma, a Oliver Bierhoff y Joachim L?w, m¨¢nager y t¨¦cnico del conjunto- eran reflejo del dolor compartido, en una ma?ana soleada y con la m¨²sica del cuarteto de cuerda del conservatorio de Hannover. "El f¨²tbol no lo es todo (...) Por encima del rendimiento est¨¢ el ser humano", dijo Theo Zwanziger, presidente de la Federaci¨®n Alemana de F¨²tbol (DFB), quien agradeci¨® a Teresa Enke su coraje, al revelar ante los medios, el drama que llev¨® a su marido al suicidio.
Enke se tir¨® a la v¨ªa del tren el pasado martes, en las cercan¨ªas de su casa. Seg¨²n explic¨® su viuda, de 33 a?os, la ma?ana siguiente, estuvo en tratamiento por depresi¨®n en 2003 -en sus tiempos en el Barcelona de Louis Van Gaal- y luego sufri¨® reca¨ªdas, atribuidas tanto a cuestiones privadas como al miedo al fracaso. En 2006 muri¨® su hija de dos a?os, Lara, v¨ªctima de una dolencia card¨ªaca cong¨¦nita. Ahora tem¨ªa perder a su segunda hija, Leila, adoptada en mayo con dos meses, por culpa de una nueva depresi¨®n. Su trayectoria estuvo marcada por varias decepciones, al nolograr cuajar en varios de los clubes por los que pas¨® de 1999 a 2004 -Benfica, Barcelona, Fenerbahce de Estambul y Tenerife-.
Recuper¨® la confianza de regreso a la Bundesliga, en el Hannover, donde s¨ª se sinti¨® reconocido. Fue, parad¨®jicamente, el ¨¦xito en su pa¨ªs lo que volvi¨® a confrontarle con el miedo al fracaso. Con la inclusi¨®n en la selecci¨®n nacional de Joachim L?w, con la que disput¨® ocho partidos, resurgi¨® lo que su padre, Dirk Enke, y su asesor, J?rg Neblung, han calificado de "torbellino interior". Una infecci¨®n intestinal complic¨® su preparaci¨®n para el Mundial de 2010 y qued¨® fuera de varias convocatorias de L?w, incluido el partido que iba a jugarse ayer contra Chile, cancelado por la tragedia.
La muerte de Enke traspas¨® el ¨¢mbito deportivo, por revelar la presi¨®n sobre los deportistas de elite obligados a mostrar una fortaleza que se les da por sobreentendida pero no siempre tienen. Enke no respond¨ªa al prototipo del guardameta agresivo. Fue, dentro y fuera de la cancha, un hombre sensible y amable, record¨® emocionado el primer ministro de Baja Sajonia, Christian Wulff. El rostro de Enke ocupa la portada del semanario Der Spiegel , con el t¨ªtulo "El miedo a la vida", donde se recuerda la tortura interna de quienes sufren depresi¨®n, como el ex internacional Sebastian Deisler, quien colg¨® las botas tras varias reca¨ªdas.
Unas 40.000 personas llenaron el grader¨ªo y miles de personas siguieron desde el exterior, por pantallas gigantes, la ceremonia f¨²nebre que transmitieron cinco cadenas de televisi¨®n -de la p¨²blica ARD a dos canales de informaci¨®n, uno regional y otro deportivo-. Al estadio acudieron representantes de los clubes europeos por los que pas¨®, varios ex seleccionadores -como J¨¹rgen Klinsmann- y compa?eros de la mayor¨ªa de los equipos de la Bundesliga.
Tras la ceremonia, el f¨¦retro de Enke fue transportado en hombros de sus colegas, bajo los sones de The Rose y You will never walk alone . De ah¨ª sali¨® en direcci¨®n al cementerio vecino, donde est¨¢ enterrada Lara y donde tendr¨¢ lugar una despedida privada. El medios alemanes se hab¨ªa aventurado que la ceremonia de la cancha ser¨ªa la mayor manifestaci¨®n popular de duelo tras la muerte del primer canciller de la Rep¨²blica Federal (RFA), Konrad Adenauer, en 1967, con 300.0000 asistentes. La cifra fue claramente inferior, pero no la emotividad, dentro y fuera del estadio.
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