El f¨²tbol no tiene precio
El Lyon cuestiona el realismo del grandilocuente proyecto de Florentino P¨¦rez y el Madrid, que se desfond¨® en el segundo tiempo, cae por sexta temporada consecutiva en octavos
Los t¨ªtulos no se compran, se ganan. Con o sin la pasarela estival, con mayor o menor dispendio en el rastrillo, llegado el momento crucial el Madrid volvi¨® a descarrilar en la Copa de Europa. Por sexta edici¨®n consecutiva su l¨ªmite fueron los octavos de final. Lo mismo le ha dado medirse con el Juventus, el Bayern, el Arsenal, el Roma, el Liverpool o el Lyon, al que, por cierto, no ha superado estos a?os en seis encuentros. Desde el trono institucional se hab¨ªa propagado un proyecto de ensue?o encaminado sin remedio a ganar la d¨¦cima en Chamart¨ªn, al abrigo de la grada. Un regalo electoral para la afici¨®n. La realidad, una vez m¨¢s, desminti¨® a los despachos. Cuando rueda la pelota, el asunto es de los futbolistas, no importan los fastos hollywoodienses. Ni siquiera es una referencia que el adversario no tuviera chequera para retener a su gran estrella, Benzema. Sin ¨¦l, con un buen equipo, el Lyon desterr¨® al Madrid . En el deporte todo es posible, salvo para quienes consideran que el c¨¦sped es un tapiz burs¨¢til. El Madrid sufri¨® una derrota deportiva, nada m¨¢s, e incluso pudo haber solventado con creces el duelo en el primer periodo. Pero cuando se aspira a la inmortalidad y ¨¦sta cala entre la gente, es l¨®gico que se desate una crisis desproporcionada. O no tanto. Quiz¨¢ s¨®lo acorde a las grandilocuencias previas.
Real Madrid 1 - Lyon 1
Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Garay, Albiol, Arbeloa (Mahamadou Diarra, m.84); ''Lass'', Granero (Van der Vaart, m.61), Guti; Kak¨¢; Cristiano Ronaldo e Higua¨ªn.
Lyon: Lloris; R¨¦veill¨¨re, Cris, Boumsong (Kallstrom, m.46), Cissokho; Toulalan, Makoun (Gonalons, m.46), Pjanic (Ederson, m.84); Govou, ''Chelo'' Delgado y Lisandro.
Goles: 1-0, m.5: Cristiano Ronaldo. 1-1, m.75: Pjanic.
?rbitro: Nicola Rizzoli (ITA). Amonest¨® a Granero (38) y Van der Vaart (88) por el Real Madrid, y a Delgado (67) por el Lyon.
Incidencias: encuentro de vuelta de los octavos de final de Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernab¨¦u ante la presencia de 80.000 espectadores, 3.000 de ellos seguidores del Lyon. El seleccionador espa?ol Vicente Del Bosque presenci¨® el encuentro en el palco de honor.
Si el f¨²tbol fuera aritm¨¦tico, el Madrid se hubiera ahorrado un periodo entero de sufrimiento. Durante 45 minutos no le hizo tiritar el juego, s¨®lo el resultado, s¨®lo ese componente azaroso que tiene el f¨²tbol. Y lo pag¨® caro, car¨ªsimo. No acert¨® a dar la puntilla a un rival que se despert¨® a tiempo en el segundo tramo. El choque dio un brusco giro en el intermedio. De una posible goleada local o una posible visitante.
De entrada, el Madrid fue un vendaval, una manada. Justo lo que sus ¨²ltimos encuentros destilaban, un equipo cuajado, de gran armadura. Un conjunto que se abalanzaba con sa?a sobre el contrario, que cos¨ªa las l¨ªneas en una baldosa. Un agobio constante para cualquier adversario, el Sevilla o el Lyon, anudados contra las cuerdas. Frente a tanto empuje no encontr¨® ant¨ªdoto el Sevilla; s¨ª el conjunto franc¨¦s, que tard¨® un tiempo en dar con la receta. Nada hac¨ªa presagiar el contratiempo final. En el arranque se vio al equipo devastador que dej¨® al Sevilla hecho cenizas. El grupo de Pellegrini impuso el mismo ritmo fren¨¦tico, con las pulsaciones disparadas. Como ejemplo, Sergio Ramos, de nuevo un maratoniano, un extremo que percut¨ªa hasta lo conmovedor. Lo pag¨® el argentino Delgado, un interior de vocaci¨®n ofensiva que se vio obligado al pico y pala como un lateral cualquiera. Otra muestra del volumen que impon¨ªa el Madrid era Cristiano Ronaldo, un cicl¨®n en todo el frente de ataque, inalcanzable por potencia y dif¨ªcil de fijar por su ubicuidad. Los defensas detestan a esos delanteros con patines que vuelan sin rumbo.
Ante semejante avalancha, el Lyon estuvo mudo hasta que su t¨¦cnico, Claude Puel, orden¨® una mutaci¨®n en el descanso. En el primer acto s¨®lo el Madrid hab¨ªa tenido dictado. La extraordinaria firmeza de sus centrales, inmensos Albiol y Garay en ese tramo, le evit¨® cualquier congoja. Al borde del desmayo estuvo el cuadro franc¨¦s, que vivi¨® un tormento delante de Lloris, incapaz de encontrar alivio, sin otra salida que un pelotazo a Lisandro. Sus escoltas, Govou y Delgado, remaban hacia su porter¨ªa, necesitada de bomberos desde que a los 17 segundos Kak¨¢ hubiera dado pistas de la tormenta que se le pod¨ªa avecinar al Lyon. Guti, casi en su primera intervenci¨®n, tir¨® de partitura. Cristiano le hizo un gui?o con un desmarque entre R¨¨velli¨¦re, lateral derecho, y Cris, el central de esa orilla. Guti encendi¨® las luces y el portugu¨¦s midi¨® a Lloris con un remate con la zurda algo mordido. El buen portero franc¨¦s abri¨® la tijera y la pelota rod¨® hasta la red entre sus piernas. El gol fue el preludio de una catarata de ocasiones locales. Pero el f¨²tbol es misterioso. Higua¨ªn, al que ya nadie discute su precisi¨®n ante el gol, no encuentra c¨®mo flirtear con la Liga de Campeones, donde s¨®lo ha hecho bingo dos veces. Frente al Lyon fall¨® uno de los goles m¨¢s f¨¢ciles de su carrera, con Lloris vencido fuera del ¨¢rea, con la porter¨ªa a la intemperie. S¨®lo hab¨ªa hierba entre el argentino y la diana: el bal¨®n se estrell¨® en el poste izquierdo de la meta gala. Minutos despu¨¦s, Lloris le frustr¨® de nuevo, esta vez con una buena parada. El Madrid no daba respiro. Nada apuntaba al desenlace final, con el Madrid infartado, extenuado.
Llegado el intermedio todo el andamiaje madridista se vino abajo. Puel sent¨® a su equipo en el div¨¢n. El Lyon hab¨ªa sido un mu?eco, un equipo inerme ante Casillas, sin pistas de la pelota. No hab¨ªa tenido alivio: al Madrid le sancionaron la primera falta pasada la media hora. Puel acert¨® con el remedio y alist¨® a dos centrocampistas, Gonalons y Kallstr?m, en detrimento de Boumsong, un central, y Makoun, un centrocampista. Toulalan, un medio inteligente, vers¨¢til, nada estridente, pero de los que no se equivocan casi nunca, pas¨® al eje de la defensa. Kallstr?m at¨® a Guti, Gonalons incomod¨® a Lass. Con esa variante el Madrid dio un paso atr¨¢s para iniciar el juego. El equipo no s¨®lo perdi¨® fluidez, sino que se hizo largo. Los esfuerzos, por tanto, resultaron m¨¢s exigentes. El Lyon pas¨® a estar m¨¢s cerca del per¨ªmetro de Casillas y Govou y Delgado, aquellos extremos que s¨®lo defend¨ªan al principio, se sintieron m¨¢s liberados para auxiliar a Lisandro. El partido se equilibr¨®. Tuvo ida y vuelta. Una mala noticia para el Madrid, incr¨¦dulo ante el cambio de papeles. El estupor invadi¨® el Bernab¨¦u, m¨¢xime tras el gol de Pjanic, la guinda a la reacci¨®n del Lyon. El Madrid, entonces, ya era un grupo de solistas al borde del colapso. Lo mismo se cabreaba Kak¨¢ por ser relevado -lo ha merecido en numerosas ocasiones desde que lleg¨®-, que Ra¨²l, su sustituto, sacaba la sierra a ¨²ltima hora. Hab¨ªa pa?uelos, la desaz¨®n pod¨ªa con Chamart¨ªn. Le hab¨ªan vendido otro proyecto. Entonces era verano. Pero el f¨²tbol no tiene precio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.