El Inter niega al Bar?a
Los azulgrana, faltos de juego y futbolistas, se estrellan con la mejor versi¨®n defensiva italiana - Ni la expulsi¨®n de Motta ni el gol de Piqu¨¦ bastaron para atrapar la final de Madrid
Descansa Madrid, el Bar?a no llegar¨¢ al Bernab¨¦u . El campe¨®n de Europa se qued¨® a un gol de Chamart¨ªn. Los azulgrana fueron eliminados por el Inter de Mourinho, presentado como el mejor aliado de los blancos, vencedor de las semifinales despu¨¦s de un excelente ejercicio defensivo en el Camp Nou y un partido perfecto en Mil¨¢n. El Inter neg¨® al Barcelona con once y hasta con diez jugadores, desde que Motta fue expulsado a la media hora, y alcanz¨® la final sin tirar una vez a la porter¨ªa de Vald¨¦s y despu¨¦s de encajar un tanto de Piqu¨¦. Fue su ¨²nica concesi¨®n. Nadie le ped¨ªa nada m¨¢s que disputar el t¨ªtulo al Bayern M¨²nich.
Al Barcelona le falt¨® juego y futbolistas, y cuantas suertes se le suponen a un equipo exquisito, como el desequilibrio y el talento, superado finalmente por la excitaci¨®n de un partido sobredimensionado, alejado de su ambiente natural. El equipo de hoy no tiene la excelencia del que elimin¨® al Chelsea en Stamford Bridge con un remate celestial de Iniesta. Ha perdido chispa, finura e ingenio y se le nota fatigado. Los azulgrana se desbravaron muy pronto y llegaron cansados al campo por haber jugado demasiadas veces el partido durante la semana. No les va la ¨¦pica por m¨¢s que se dejaran la piel en la cancha. Nunca fue concreto y rotundo como el Inter sino po¨¦tico y musical.
Barcelona 1 - Inter 0
Barcelona: Vald¨¦s; Piqu¨¦, Tour¨¦, Gaby Milito (Maxwell, m. 46); Alves, Xavi, Busquets (Jeffren m. 63), Keita; Messi, Ibrahimovic (Bojan, m. 63) y Pedro. No utilizados: Pinto; M¨¢rquez, Henry y Thiago.
Inter: Julio C¨¦sar; Maicon, Lucio, Samuel, Zanetti; Cambiasso, Motta; Eto'o (Mariga, m. 85), Sneijder (Muntari, m. 66), Chivu; y Diego Milito (C¨®rdoba, m. 81). No utilizados: Toldo, Materazzi, Arnautovic y Balotelli.
Goles: 1-0. M. 84. Piqu¨¦ recibe de Xavi dentro del ¨¢rea, se da la media vuelta y marca.
?rbitro: Frank de Bleeckere (B¨¦lgica). Expuls¨® a Motta por doble tarjeta amarilla (m. 28). Amonest¨® a Pedro, Julio C¨¦sar, Chivu y Muntari.
Camp Nou. 96.214 espectadores.
La mejor versi¨®n defensiva del Inter coincidi¨® con la peor ofensiva del Barcelona. Descolorido como equipo, tampoco encontraron los azulgrana la figura de Messi, anudado y desenfocado, uno de tantos en un partido marcado por la impotencia del Barcelona. El problema del Bar?a no solo fue s¨®lo el Inter sino el propio Bar?a, perdedor en cualquier comparaci¨®n con la temporada pasada y sin embargo ganador en el partido de vuelta de las dos competiciones de las que ha quedado eliminado, la Copa y la Champions, un detalle que explica su situaci¨®n. Las victorias s¨®lo le sirven para aliviar su dolor y renovar la fe.
La alineaci¨®n fue consecuente con la consigna de la instituci¨®n, la carga ambiental y la ambici¨®n del equipo. Nadie hablaba de ganar un partido por dos goles sino de un remonte frente al rival m¨¢s cruel dirigido por el t¨¦cnico m¨¢s malvado. Los azulgrana se desplegaron a partir de su versi¨®n m¨¢s cruyffista: tres centrales, cuatro medios y tres delanteros, el radical 3-4-3, presidido por la figura de Tour¨¦ como zaguero, en la l¨ªnea de las finales de la pasada temporada. Escaldado en Mil¨¢n por la superioridad del Inter en la divisoria, Guardiola gan¨® ayer un centrocampista con Alves. Al Bar?a le conven¨ªa hacerle el partido dif¨ªcil al Inter. Mourinho respondi¨® de forma inteligente porque despu¨¦s de plantar la misma formaci¨®n que en la ida en los papeles, cambi¨® nada m¨¢s salir al campo a Pandev por Chivu, un delantero por un lateral, condicionado por la formaci¨®n ofensiva del Barcelona o puede que porque el macedonio se resinti¨® de su lesi¨®n. La consigna, en cualquier caso, era que Chivu tapara a Alves. La correci¨®n asent¨® al plantel italiano, muy puesto, tenso y concentrado, reiterativo en las faltas t¨¢cticas. Los azulgrana no pudieron dar velocidad al juego ni generar espacios y tuvieron que conformarse con acabar las jugadas para no dar munici¨®n al Inter, tan experto como tramposo por sus p¨¦rdidas de tiempo.
Los azulgrana fueron un equipo reconocible por la posesi¨®n y por la presi¨®n, tareas tan acad¨¦micas como est¨¦riles, sobretodo frente al Inter, ocupado en cerrar su cancha, obturar al Barcelona y evitar su f¨²tbol profundo. A falta de desborde y pases interiores, los barcelonistas ¨²nicamente persist¨ªan pacientemente en su juego abanicado frente al balc¨®n del ¨¢rea del Inter. Al encuentro le faltaba agitaci¨®n, no hab¨ªa lugar para la sorpresa, el mejor escenario para los muchachos de Mourinho. Al rescate del Bar?a acudi¨® un exjugador suyo que ahora milita en el Inter, Motta, expulsado despu¨¦s de soltar el codo ante Busquets, especialista en sacar ventaja de situaciones como la protagonizada por el italo-brasile?o. El Inter, sin embargo, ni siquiera parpade¨® sino que mat¨® el partido con una escalofriante profesionalidad para desdicha del Bar?a, incapaz de ganarse un metro, de armar un tiro entre los tres palos. A Guardiola no le qued¨® m¨¢s remedio que tocar la alineaci¨®n para mover el juego
Maxwell compareci¨® por Milito y despu¨¦s salieron a escena Jeffren y Bojan, dos balines jaleados por la hinchada, decepcionada con Ibrahimovic, dimitido y sustituido, un signo inequ¨ªvico de la frustraci¨®n azulgrana ayer y durante parte de la temporda. Ni siquiera abriendo mejor el campo, los azulgrana molestaron al Inter, muy preciso con su defensa basculante y de ayudas, infalible. No se equivocaba ni comet¨ªa un error en su ¨¢rea. El partido se convirti¨® en una tortura para el Barcelona, demasiado previsible. No ten¨ªa arrebato ni rebeld¨ªa en un partido que demandaba gestos personales. El Bar?a es a veces un equipo excesivamente coral, empe?ado en que los once futbolistas participen de una misma jugada, cogidos todos de la mano como si bailaran una sardana.
?nicamente cuenta con un jugador que se sale del gui¨®n, capaz de revertir las situaciones imposibles, un tipo extravertido como Piqu¨¦. El central se asom¨® en el ¨¢rea como acostumbra cuando el equipo no da con la porter¨ªa contraria y marc¨® un golazo despu¨¦s de recortar a Maicon. Un tanto propio del mejor de los arietes que propici¨® un ataque y gol hasta que el ¨¢rbitro pit¨® el final. Demasiado tarde para un Bar?a poco inspirado, f¨¢cil para el Inter, pu?etero a la hora de romper el ritmo, de fastidiar al contrario, a gusto con su papel de que el fin justifica los medios. El Inter silenci¨® el ruido de Barcelona. Apenas pas¨® nada en el campo del Bar?a.
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