Otra misi¨®n imposible del Atl¨¦tico

Patr¨®n de los imposibles, el Atl¨¦tico alcanz¨® en un partido taquic¨¢rdico que se march¨® a la pr¨®rroga su quinta final europea con Forl¨¢n de milagrero. El Bota de Oro fue m¨¢s matador que nunca y rescat¨® a la escuadra del Manzanares cuando peor lo ten¨ªa. Pintaban bastos para los rojiblancos, Anfield apretaba de lo lindo y el Liverpool, tras mucho remar y sudar tinta china, ten¨ªa la eliminatoria en el bolsillo. Los goles de Aquilani y Benayoun convirtieron el encuentro en un ochomil y el Atl¨¦tico lo escal¨® a pulm¨®n. Despu¨¦s de regalar la primera parte y ponerse las pilas en la segunda, el cuadro de Quique Flores se enchuf¨® con la entrada de Jurado. El mediapunta fue un bal¨®n de ox¨ªgeno frente a un Liverpool que boqueaba y consigui¨® los espacios que los artistas del Manzanares reclamaban. Por ah¨ª lleg¨® el premio gordo, tras una conexi¨®n letal entre Reyes y Forl¨¢n que vale la primera final continental en 24 a?os.

El Atl¨¦tico no propuso nada hasta que se vio en la guillotina, justo al rev¨¦s que el grupo de Ben¨ªtez, que no tuvo respuesta porque le faltaron argumentos. La barra libre de fichajes (72) y los 280 millones de euros invertidos en el mercado -s¨®lo el Chelsea, con 310, supera la chequera de la que ha dispuesto el club del Mersey en la Premier- no han relanzado como cab¨ªa esperar a los reds. Aunque le cost¨® hacerlo, el Atl¨¦tico dej¨® anoche al descubierto las carencias de un Liverpool con un dise?o cuestionable, donde s¨®lo Reina, Gerrard, Mascherano y Fernando Torres tienen categor¨ªa de futbolistas universales. Los siguientes en el escalaf¨®n ser¨ªan Benayoun y Kuyt. El holand¨¦s encabez¨® la ofensiva roja porque medio cojo es mejor que N'Gog y su paisano Babel. El rubicundo delantero holand¨¦s las tuvo de todos los colores, pero tuvo que ser Aquilani, un fiasco toda la temporada, quien alumbrara el camino al Liverpool ajustando al palo, al borde del descanso, un centro de Benayoun al que Kuyt no hab¨ªa llegado.

Fue la recompensa a la salida en tromba del Liverpool. El ¨¢rbitro casi no hab¨ªa pitado y ya hab¨ªa terminado su primera aproximaci¨®n con tres toques. Los reds sacaron de centro, Kuyt, qui¨¦n si no, pein¨® el bal¨®n y la defensa rojiblanca se abri¨® como las aguas del mar Rojo para dar paso a Benayoun. A¨²n escorado, el volante israel¨ª oblig¨® a revolverse a De Gea. La cuadrilla de Ben¨ªtez lanz¨® un asalto en toda regla sobre la porter¨ªa de The Kop, su grada fetiche, y en un minuto sac¨® tres c¨®rners por ninguno en los 90 minutos anteriores. Valera y Antonio L¨®pez facilitaron el asedio. Quique Flores se guard¨® a Jurado y Salvio en la mochila y sali¨® con el equipo previsto con la salvedad de Ujfalusi. El checo, de los m¨¢s sobresalientes en los ¨²ltimos partidos, contundente atr¨¢s y muy apa?ado en sus incorporaciones, no se recuper¨® de sus problemas musculares y facilit¨® la banda derecha a Valera. Las chirigotas del lateral hicieron que el Atl¨¦tico perdiera mucho oficio y por momentos el norte.

Sometida a la leyenda de Anfield, a la escuadra del Manzanares le entr¨® el p¨¢nico y la tiritona frente a la marabunta del Liverpool. Ag¨¹ero no estaba fino y Forl¨¢n tampoco se dejaba ver. A falta de goles la orden que ten¨ªan era dificultar la salida del Liverpool. Ben¨ªtez lo sab¨ªa y reforz¨® la ¨²ltima l¨ªnea retrasando a Mascherano y limpiando del once a Kyrgiakos, al que ya se le vieron las costuras en el Calder¨®n. Ser¨¢ el antif¨²tbol, pero el pivote argentino cumpli¨® de maravilla y fue un muro para los atacantes rojiblancos. Incluso se permiti¨® el lujo de asistir a Kuyt con un pase de la muerte que se march¨® alto. La defensa del Atl¨¦tico era una romer¨ªa y se libraba de la puntilla siempre sobre el alambre. Si no aparec¨ªa la pierna de Dom¨ªnguez era el linier el que salvaba al equipo de la quema: en plena marea el asistente anul¨® correctamente un gol de cabeza de Agger por fuera de juego.

El bal¨®n le quemaba al Atl¨¦tico, que no daba dos pases seguidos y no ganaba ning¨²n bal¨®n dividido. Le cost¨® 45 minutos reponerse del susto, mientras sobreviv¨ªa con alg¨²n que otro contragolpe. El primero que enlaz¨® la desaprovech¨® Sim?o, que opt¨® por un regate a ninguna parte cuando la ocasi¨®n reclamaba el remate. Un env¨ªo cruzado de Forl¨¢n habilit¨® a Ag¨¹ero delante de Reina, pero el Kun se excedi¨® con sus gambetas. El arquero dio una lecci¨®n parando las arremetidas lejanas de Ra¨²l Garc¨ªa y siendo el primero en lanzar los ataques del Liverpool. De Gea, infalible por alto, tambi¨¦n brill¨®, sobre todo en un remate de Johnson que pill¨® un efecto endiablado.

Poco a poco la escuadra colchonera se sobrepuso a la marejada local. El Atl¨¦tico empez¨® en su campo y termin¨® en el del Liverpool, metiendo cada vez m¨¢s atr¨¢s a Carragher y compa?¨ªa. Un esfuerzo may¨²sculo en el que le falt¨® el ¨²ltimo pase hasta que Jurado entr¨® en el tapete. La pr¨®rroga amaneci¨® con el Liverpool hiperactivo y los rojiblancos manejando el cotarro. Se lo creyeron tanto que un despiste no les mat¨® de milagro. La zaga reclam¨® un fuera de juego donde no lo hab¨ªa y dej¨® en bandeja el gol a Benayoun, que con todo el tiempo del mundo cruz¨® la pelota lejos de los guantes de De Gea. Todo estaba perdido pero el Atl¨¦tico no se amilan¨®. Cuando ve las orejas al lobo saca lo mejor de s¨ª. Era el momento que estaba esperando toda la noche. Era el momento de Forl¨¢n, que hizo otra vez grande a un equipo maravillosamente loco que nunca debi¨® bajarse del pedestal.

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