Yong-Jo juega para todos
El delantero de Corea del Norte defiende a su pa¨ªs, al Rostov y ficticiamente a la Ponferradina
Hace tiempo que Corea del Norte decidi¨® poner fin a la libertad de prensa. El r¨¦gimen de Pyongyang declar¨® ilegal el acceso a Internet dentro del territorio coreano para salvaguardar su doctrina totalitaria, perfectamente canalizada a trav¨¦s de la Agencia Central de Noticias. A estas alturas, es probable que ninguno de sus 24 millones de habitantes conozca el rumor que se desat¨® hace d¨ªas en la red. La estrella de su selecci¨®n, Hong Yong-Jo (Pyongyang; 1982), deber¨ªa jugar en la Sociedad Deportiva Ponferradina la pr¨®xima temporada. As¨ª lo corroboran al menos una p¨¢gina web y el curr¨ªculo del futbolista coreano en la versi¨®n espa?ola de Wikipedia. Pero parece que no es verdad.
En la comarca del Bierzo muestran sorpresa y aseguran no saber nada de este supuesto fichaje. "?Hay algo del coreano?" pregunta el jefe de prensa al director deportivo antes de ponerse al tel¨¦fono. "No hay nada de nada. Nos enteramos hace una semana y fue una absoluta sorpresa. A veces pasa que los representantes quieren mover un jugador y se inventan estas cosas", cuenta David L¨®pez, responsable de comunicaci¨®n de la Ponferradina. Desde el club leon¨¦s desmienten los rumores aunque empiezan a valorar las bondades publicitarias que les puede otorgar el caso.
Sea como fuere en Pyongyang o en Ponferrada, Hong Yong-Jo es el futbolista m¨¢s carism¨¢tico y relevante de Corea del Norte. Es de los pocos que juegan fuera de su pa¨ªs. Lo hace desde 2008 en el Rostov, enmarcado en una ciudad rusa cerca del Mar de Azov, que es el centro administrativo de Rostov Oblast en el Disrito Federal Sur de Rusia. Hong es un tipo callado y tranquilo que vive en un sobrio apartamento que le facilit¨® el club a menos de diez minutos de los campos de entrenamiento y del estadio del equipo. Acompa?ado por la complicidad que otorga el exotismo, pronto se gan¨® el favor de la afici¨®n con la peculiar celebraci¨®n de sus goles, saludando a c¨¢mara.
Hong, capit¨¢n de Corea del Norte, debut¨® en la Primera Divisi¨®n de su pa¨ªs en 2004 en el equipo 25 de Abril. All¨ª marc¨® 41 goles en cuatro temporadas, despu¨¦s fich¨® por el Bezanija de Serbia y de ah¨ª dio el salto a la Liga rusa. Juega en su selecci¨®n desde 2005 y fue el m¨¢ximo goleador de los coreanos en la fase de clasificaci¨®n para Sud¨¢frica. Es un habilidoso media punta que no responde al estereotipo de futbolista medi¨¢tico. No conduce deportivos de alta gama como sus compa?eros y lleg¨® a declarar que no le importaba el dinero que le pagaban. "Todos mis pensamientos se centran en el f¨²tbol y el Partido (de los Trabajadores)", aclar¨® hace un a?o haciendo proselitismo del r¨¦gimen. "El f¨²tbol es el deporte n¨²mero uno en Corea del Norte. El general Kim Jong Il dirige personalmente su desarrollo", remat¨® vendiendo las bondades de la herm¨¦tica estructura gubernamental.
Algunos dirigentes del equipo creen que Hong, en realidad, no sabe cu¨¢nto es su sueldo. La broma recurrente entre los aficionados del club ruso es que ¨¦l sustenta a la mitad del partido comunista de Corea del Norte. En una selecci¨®n que vive en el secretismo y el anonimato, amparada en alineaciones de secuencia indescifrable, Hong Yong-Jo es el que m¨¢s destaca. A su lado, Jong Tae-Se, que milita en la liga japonesa y que aporta potencia y velocidad para completar una delantera apa?ada. "Espero llevar muy lejos a mi pa¨ªs en esta Copa Mundial y, despu¨¦s, quiz¨¢s pueda hacer realidad mi sue?o de jugar en una de las grandes ligas europeas", manifest¨® Hong antes de partir hacia Sud¨¢frica. Si se confirma el fichaje 'ficticio', quiz¨¢ su pr¨®ximo destino este en un modesto estadio de apenas 8.000 espectadores y nombre sonoro: El Toral¨ªn. En Ponferrada.
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