A Messi se le niega el gol
Demichelis y Palermo rompen la defensa griega y La Pulga estrena capitan¨ªa
Argentina tambi¨¦n es una potencia a bal¨®n parado. Con el golazo de Heinze a Nigeria en el recuerdo, Demichelis subi¨® a cabecear un c¨®rner y lo cabece¨®. El bal¨®n golpe¨® en la mano de Milito antes de que el propio Demichelis empalara con la izquierda a gol. Fue la ¨²nica manera de romper la pesad¨ªsima defensa griega, imposible de agrietar en una jugada. Maradona se abalanz¨® sobre sus ayudantes y le dio tiempo a darle unos minutos sentimentales a Palermo. El Loco Palermo no quiso regalos, sino justificar su convocatoria y marc¨®, con la derecha, a los 36 a?os. Convirtiendo a Maradona en un hombre completamente feliz, iluminado hacia la que quiere que sea su segunda Copa del Mundo. Feliz no solo por el resultado ?primero de grupo, se medir¨¢ a M¨¦xico el d¨ªa 27 en Johannesburgo? sino por la amplia variedad de recursos de ataque de su equipo.
Grecia 0 - Argentina 2
Grecia: Alexandros Tzorvas; Sotirios Kyrgiakos, Loukas Vyntra, Avraam Papadopoulos, Vassilis Torosidis (Patsa, m.55); Vangelis Moras; Alexandros Tziolis, Sokratis Papastathopoulos, Giorgos Karagounis (Spyropolos, m.46), Costas Katsouranis (Ninis, m.54); Georgios Samaras
Argentina: Sergio Romero; Nicol¨¢s Ottamendi, Mart¨ªn Demichelis, Nicol¨¢s Burdisso, Clemente Rodr¨ªguez; Maxi Rodr¨ªguez (Di Mar¨ªa, m.63), Mario Bolatti, Juan Sebasti¨¢n Ver¨®n; Sergio Ag¨¹ero (Javier Pastore, m.77), Lionel Messi y Diego Milito (Mart¨ªn Palermo, m.80).
Goles: 0-1, m.77: Demichelis; 0-2, m.89: Palermo
Arbitro: Ravshan Irmatov (UZB), amonest¨® al griego Katsouranis y al argentino Bolatti.
Incidencias: Tercer encuentro de la primera fase del Mundial de Sud¨¢frica disputado en el estadio Peter Mokava de Polokwane ante unos 40.000 espectaores.
A pesar de que Messi se quedara otra vez sin marcar. Repelidos sus remates por los postes, el portero o las piernas de los zagueros. Por un manto de infortunio. Hambriento por jugar cada minuto de este su segundo Mundial, ya que en el primero tuvo un paso testimonial, Messi eligi¨® enfrentarse a Grecia cuando no ten¨ªa necesidad. En busca, sobre todo, de estrenarse en lo que ¨²nico que se le resiste en el torneo: el gol. Pero no fue el d¨ªa ni el rival apropiado. Un rival que prefiere morir con sus destructivas ideas antes de arriesgar un mil¨ªmetro y descuidar su defensa. Someti¨® a Messi a un marcaje implacable, al borde siempre de la ilegalidad. Pero cuando el encuentro se abri¨®, tras el tanto de Demichelis, la fortuna le dio la espalda a La Pulga, presa una vez m¨¢s de la ansiedad.
Argentina jug¨® fluida la primera parte, impulsada por los pases de Ver¨®n y los poderosos requiebros de Ag¨¹ero, convencido de ganarse un espacio en ese podio formado de momento por Messi, Higua¨ªn y T¨¦vez. El delantero del Atl¨¦tico, de 22 a?os, ha llegado fino al torneo. No como Milito, desenfocado toda la noche, fuera del contexto en el que firm¨® la temporada de su vida en el Inter. El rey de los desmarques se marc¨® ayer a s¨ª mismo.
A Bolatti le falt¨® el ritmo que le imprime Mascherano, pero a Argentina le sobraron recursos para acumular media docena de disparos a gol. Neutralizados todos por Tzorvas, el portero del Panathinaikos. Grecia, en efecto, no sorprendi¨® a nadie. Jug¨® a lo de siempre. Todos atr¨¢s y pelotazo de Karagounis a Samaras. Rehhagel sigue aferrado a la f¨®rmula que le dio la Eurocopa de 2004, dando la barrila un campeonato tras otro, sin apiadarse ni de los espectadores ni de sus propios jugadores.
Maradona plante¨® siete cambios respecto a la goleada a Corea, pero no toc¨® a Messi, se?al de que La Pulga manda ya tanto en la selecci¨®n como en el Bar?a. Y as¨ª lo hizo saber Maradona al concederle el brazalete de capit¨¢n, a los 22 a?os, a pesar de que volv¨ªa a la titularidad Ver¨®n.
Messi fall¨® un pase muy f¨¢cil, una apertura a la izquierda a Clemente Rodr¨ªguez, en una muestra de que empezaba a desquiciarse. Consecuencia de haber sido parado de todas las maneras posibles por defensas griegos. A eso se refer¨ªa Maradona cuando reclam¨® protecci¨®n para las estrellas. A las patadas que los ¨¢rbitros pasan alegremente por alto, como las que sufrieron casi de corrido Milito y Messi de Papastathopoulos y Papadopoulos. Eso s¨ª, el permisivo ¨¢rbitro no les amonest¨® pero les amenaz¨® con el dedo ¨ªndice en alto.
La ocasi¨®n griega la tuvo Samaras, tal y como hab¨ªa previsto Rehhagel, tras un tropez¨®n de Demichelis. Pero el delantero del Celtic dispar¨® con la izquierda demasiado cruzado. Puesto que Corea venc¨ªa a Nigeria, Grecia necesitaba ganar, pero nadie lo dir¨ªa: sigui¨® defendi¨¦ndose con nueve, a la espera del milagro de Samaras, bati¨¦ndose con todos.
Argentina advirti¨® que solo encontrar¨ªa la salida del laberinto en una acci¨®n a bal¨®n parado. Y all¨ª se fue Demichelis para inaugurar la fiesta. Maradona desat¨® todas sus emociones, sobre todo al partir de darle bola a Palermo, la m¨¢s irracional de sus elecciones. Marc¨® El Loco y enloqueci¨® Maradona, que corri¨® a abrazar a Messi. El gol le dio la espalda, pero El Diez lo quiere a su lado.
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