Los "magos del bal¨®n" contra la "naranja mec¨¢nica"
Holanda admira el juego de la selecci¨®n espa?ola en el Mundial, pero aspira a la victoria porque el equipo de Del Bosque marca pocos goles
La ¨¦pica hist¨®rica aplicada al f¨²tbol, ha dado paso a la b¨²squeda de la gloria deportiva m¨¢s genuina. Holanda, que no descartaba medirse contra Alemania en la final del Mundial, se batir¨¢ ahora contra una Espa?a euf¨®rica. Ya no habr¨¢ revanchas de leyenda, esperadas desde que el cuadro "oranje" perdiera en 1974 contra sus vecinos germanos por 2-1. El pr¨®ximo domingo, las cuentas del pasado ser¨¢n olvidadas en torno a un duelo bien distinto: los "magos" espa?oles del bal¨®n, contra los herederos de una "naranja mec¨¢nica" que se dio a conocer, precisamente, en el campeonato disputado hace tres d¨¦cadas.
As¨ª resumen los holandeses un torneo que les ha devuelto la ilusi¨®n futbolera y ha vestido de accesorios de color naranja el pa¨ªs entero. S¨®lo la sobriedad del seleccionador nacional, Bert van Marwijk, les acerca a la realidad a ciertas horas del d¨ªa. Cuando ¨¦l aparece en televisi¨®n desde Sud¨¢frica, y califica a "La Roja" de "rival fant¨¢stico", los ¨¢nimos se templan. Antes de vencer a Uruguay, Van Marwijk describ¨ªa a Holanda como "un pa¨ªs peque?o con la misi¨®n de ganar el Mundial, si hab¨ªa suerte". A pocas horas de la final, matiz¨® emocionado sus palabras diciendo que "nada de pa¨ªs peque?o para esto del f¨²tbol". "En 1974 ¨¦ramos muy buenos pero perdimos. Aquella fue una generaci¨®n con Johan Cruyff, para m¨ª, el mejor jugador de todos los tiempos. Es maravilloso estar de nuevo en una final del Mundial de F¨²tbol".
El respeto por el equipo espa?ol, que parece jugar con tiral¨ªneas, acompa?a al resto de los comentaristas holandeses. En la televisi¨®n, se afanan en explicar que el juego "tic-tic-tic" de la selecci¨®n de Del Bosque es "espectacular y efectivo, pero no sirve para marcar demasiados goles". La prensa especializada, suaviza algo ese parecer se?alando que "si bien Espa?a parece mejor, le falta velocidad y, a veces, se recrea demasiado en mover la pelota con virtuosismo". Y por ah¨ª pueden colarse los holandeses, que llevan dos a?os prepar¨¢ndose a fondo para llevarse el Mundial. Lo suyo es cuesti¨®n de enfoque. "Tal vez no tengamos los mejores jugadores, pero s¨ª el mejor equipo. Nunca estamos satisfechos", asegura Van Marwijk.
Aunque ha participado en menos mundiales que Espa?a (nueve frente a 13) Holanda tiene mucho mejor palmar¨¦s que su rival en la final. La selecci¨®n "naranja" obtuvo dos subcampeonatos en los a?os 70: en 1974 ante Alemania y en 1978 contra Argentina. Adem¨¢s qued¨® cuarta en el Mundial de Francia en 1998. Espa?a s¨®lo tiene un cuarto puesto conquistado hace 60 a?os en el Mundial de Brasil de 1950.
En la calle, las predicciones son m¨¢s contenidas que la explosi¨®n anaranjada que todo lo abarca. "Son buenos, esos espa?oles. Tienen una t¨¦cnica excelente. Pero hemos estado dos veces en una final. Ser¨ªa hora de llevarse la copa", dec¨ªa en La Haya un grupo de aficionados a la hora del almuerzo. "Eso, eso. Ya es tiempo", asent¨ªan unas madres jugando con sus ni?os, por el mismo parque donde todos disfrutaban de un mediod¨ªa luminoso. En plenas vacaciones escolares, las ciudades holandesas ofrecen toda clase de actividades l¨²dicas a los menores. Y en todas predomina el mismo color. Los m¨¢s peque?os, llevan naranja el bander¨ªn de la bicicleta que advierte a los conductores de su presencia en la calzada. Las ni?as, se han puesto lazos, pasadores y trencitas. En cuanto a los adultos, sacan banderas por la ventanilla de los coches y le dan a la bocina cuando pasan junto a otro auto as¨ª decorado. Las tiendas, por supuesto, est¨¢n haciendo caja con toda suerte de productos, pasteles incluidos, dedicados al Mundial.
Donde la posible victoria de Holanda produce ciertos quebraderos de cabeza es en ?msterdam. Las autoridades locales est¨¢n probando ya una ruta en bote, por los canales, por si resultan vencedores. El problema es que algunos est¨¢n habitados, es decir, en sus aguas atracan todo el a?o barcos-vivienda. Ninguno desea ser invadido por hordas de ciudadanos acalorados. Sobre todo a la vista de que la ciudad espera un mill¨®n de habitantes, si llega la copa del Mundial. Tampoco el ayuntamiento quiere naufragios. En 1998, se hundi¨®, sin v¨ªctimas, un barco por el peso de la gente que aclamaba a su equipo, campe¨®n europeo del momento. De perder contra Espa?a, el paseo se transformar¨¢ en un encuentro multitudinario en la Plaza de los Museos, en el centro urbano.
Mientras en el consistorio preparan ambos recibimientos, Henk Kester, director saliente de la Asociaci¨®n Holandesa de F¨²tbol, ha dejado caer que el futuro del seleccionador nacional podr¨ªa desarrollarse fuera del pa¨ªs. "Bert van Marwijk ha demostrado ser el hombre adecuado. No ser¨ªa descabellado pensar que despu¨¦s le llamen de clubes como el Manchester United, por poner un ejemplo". A Rafael van der Vaart, encantado tambi¨¦n con su camiseta del Real Madrid, le ocupa otro asunto. De madre espa?ola, sus abuelos viven en Espa?a. "Para ellos ser¨¢ una final emocionante". Me gustar¨ªa regresar a Madrid como campe¨®n del mundo. Hay que centrarse en hacerse con la Copa", ha dicho.
Todav¨ªa un apunte inesperado. La final del Mundial coincide en Holanda con varios festivales de m¨²sica, en especial el de Jazz del Mar del Norte. El domingo act¨²an en Rotterdam Stevie Wonder, Joss Stone y Diana Krall, y las entradas estaban casi agotadas. La p¨¢gina de Web de los organizadores est¨¢ ahora desbordada por llamadas de aficionados que desear¨ªan devolver la entrada. "Pero el espect¨¢culo debe continuar. Ya veremos qu¨¦ pasa. Tambi¨¦n es una situaci¨®n nueva para nosotros", seg¨²n Marly Strik portavoz del evento. Otras salas han sido m¨¢s precavidas. El famoso Concertgebouw, de Amsterdam, en la Plaza de los Museos, ha adelantado la hora de un concierto de la Radio Kamer Filharmonie. En La Haya el musical "Mary Poppins" tambi¨¦n comenzar¨¢ antes de lo habitual. Para los que no tengan m¨¢s remedio que viajar en trenes y aviones, habr¨¢ informaci¨®n puntual sobre los goles. En la espera, las apuestas oscilan entre "el juego bonito" de los espa?oles, y "la misi¨®n" en pos de la victoria de los holandeses.
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