Youzhny frena a Robredo

?Qu¨¦ queda de Tommy Robredo, el n¨²mero cinco del mundo? Bastante. Ca¨ªdo hoy hasta el n¨²mero 41, el espa?ol sigue teniendo piernas, clase y sabidur¨ªa sobre la pista. ?Por qu¨¦, entonces, ha perdido 5-7, 2-6, 6-4 y 4-6 contra el ruso Youzhny en octavos de final del Abierto de Estados Unidos? Porque, igual que en sus mejores tiempos, quiz¨¢s le falte un gran tiro, tremendo martillo, con el que rematar esos puntos que tan bien construye, igual que una sinfon¨ªa, enhebrando pelotas deliciosas de esquina a esquina.

De arranque, Youzhny, un cosaco, grita de rabia. "?Nieeeet! (?No!)", se desgarra su garganta durante interminables segundos. "Davai Misha! (?Vamos Misha!)", le chilla su banquillo, que observa c¨®mo el ruso sufre a cada servicio, c¨®mo concede dos bolas de break y c¨®mo, enredado en la tela de ara?a de Robredo, comete un error forzado tras otro mientras oculta su cabeza bajo una toalla durante los descansos.

El espa?ol mezcla alturas y saques notables para vivir muy desahogadamente sus servicios, que convierte en rutinaria actividad, en un seguro. ?Por qu¨¦ pierde entonces esa manga? Porque sus dificultades para convertir en realidad tangible las golosas oportunidades que se genera sobre el saque de Youzhny, sus aprietos para rematar el bello discurso con un pu?etazo sobre la mesa, le condenan frente al abismo: de repente, con 5-5, el ruso se procura dos bolas de break...y logra la rotura.

El n¨²mero 14, que logr¨® el break definitivo de la cuarta manga con una pelota que golpe¨® en la cinta (se disculpaba el ruso, arreaba el espa?ol con su raqueta a la red), jugar¨¢ los cuartos de final contra el ganador del Querrey-Wawrinka. Robredo, sin embargo, abandona el torneo individual de Nueva York con conclusiones positivas: lleg¨® a Estados Unidos penando una mala temporada, sufrida condena de sus dolores de espalda. Se marcha con un bot¨ªn estimable: tres partidos ganados, un saltito en el r¨¢nking, el dobles para seguir compitiendo junto a Marcel Granollers y condimentos con los que alimentar la esperanza de recuperar a un tenista estimable.