Mourinho no admite bromas

Con Mourinho no hay verbenas . Es una de las virtudes de este ambicioso t¨¦cnico portugu¨¦s que todo lo quiere, que no admite distensiones. Ni siquiera para s¨ª mismo: desquiciado por el arbitraje, fue expulsado con ventaja en el marcador ante un Segunda B por una bronca con el cuarto ¨¢rbitro. El portugu¨¦s quiso marcar su territorio frente a I?aki Alonso, su modesto colega del Murcia y acab¨® sentado en la grada, junto a un seguidor murciano y escoltado por el jefe de seguridad del club.

As¨ª es Mourinho, que en la previa convirti¨® la Copa en una cruzada patri¨®tica del madridismo. La gente respondi¨® a su mesi¨¢nica llamada y puso de gala Chamart¨ªn. Y tan en serio se lo tom¨® el t¨¦cnico que, al descanso, con 2-0 a favor, hizo saltar al ruedo a Xabi Alonso y a Cristiano Ronaldo por Higua¨ªn y Canales. Otro mensaje: no hay tregua para nadie, ni con la eliminatoria superada ante un adversario afeitado. Con los cambios, Mourinho lanz¨® un dardo a Canales. El joven centrocampista c¨¢ntabro necesita vuelo. Su prematura llegada a la ¨¦lite requiere unos plazos de asentamiento, pero Mou solo le concedi¨® un acto, m¨¢s guiado por su bajo perfil durante el primer tiempo que por una inversi¨®n de futuro. A Mou le puede el presente.

Advertido por su t¨¦cnico y bajo la sombra del Toledo, el Real Uni¨®n o el Alcorc¨®n, el Madrid no tuvo tiempo para las angustias. A los cuatro minutos, Pedro Le¨®n se cit¨® con Granero en el balc¨®n del ¨¢rea. El Pirata enrosc¨® la pelota con el empeine interior del pie derecho y el bal¨®n lleg¨® a la red por la escuadra izquierda de Dani. Soberbio. Un gol anest¨¦sico para el Madrid, que pudo sacurdirse los fantasmas coperos, trofeo que se le resiste desde hace 17 a?os. Un recuerdo adolescente para gente como Iker, ayer titular desde la primera ronda. Otro gui?o de Mourinho, contrario a las consesiones a esos eternos suplentes que son los segundos de Casillas.

Con su entrega y disciplina t¨¢ctica, el Murcia resisti¨® el azote inicial de Granero. El Bernab¨¦u no le provoc¨® tiritona alguna. Poco a poco logr¨® segar al Madrid, menos armonioso que en otras ocasiones, lastrado, como es l¨®gico, por una alineaci¨®n postiza. Por buenos futbolistas que sean, a cualquier equipo le cuesta engrasarse con siete suplentes al tiempo como titulares. Le ocurri¨® al Madrid, firme y concentrado como no se le recordaba en la Copa, pero que no tuvo hilo en el juego, con algunos jugadores muy precipitados, como si les pudiera la ansiedad, saberse examinados por un jefe como Mourinho. Lo pag¨® Canales, superado desde el inicio, tierno en todas sus acciones.

Sin pistas ofensivas del Murcia, al Madrid le costaba dar tajo al meta rival. Hasta que Higua¨ªn enganch¨® un remate a un paso del descanso. Sergio Ramos, con la nuca en las narices del portero Dani, tuvo que saltar incluso para no rozar la pelota y validar el fuera de juego. Lo mismo daba, era posici¨®n ilegal. Sergio era un claro estorbo para Dani. El ¨¢rbitro, Paradas Romero, desquiciado toda la noche, de errata en errata, no quiso saber nada. Mourinho ya estaba arrestado en la tribuna. Ya mascaba entonces c¨®mo atizar el fuego en el segundo periodo. Con Ronaldo, Alonso y Di Mar¨ªa el equipo se desat¨®. Los tres coparon el protagonismo. El argentino asisti¨® al portugu¨¦s de forma maravillosa en el tercer tanto y luego le hicieron penalti en el cuarto, un premio para Benzema, al que dejaron ser el ejecutor. A Alonso, por su parte, esta vez s¨ª le pitaron una mano dentro del ¨¢rea, la pedrea para el Murcia antes de que el propio tolosarra cerrara el marcador de un duelo revelador. Con Mou, el Madrid ha escarmentado.

Real Madrid 5 - Real Murcia 1