Benzema pone fin a la guerra brava
Un remate del franc¨¦s propicia el gol de Higua¨ªn en los ¨²ltimos minutos de un partido muy tenso, disputado con mucho ardor por Sporting y Real Madrid
Benzema, probablemente el jugador m¨¢s inexpresivo del campeonato, fue decisivo para resolver un partido condicionado por las pasiones. El franc¨¦s volvi¨® a ingresar como alternativa de urgencia y sus intervenciones acabaron por desbordar la tenaz resistencia del Sporting, que estuvo a punto de ahogar al Madrid y no se rindi¨® hasta que agot¨® toda su energ¨ªa. La capitulaci¨®n lleg¨® despu¨¦s de un cabezazo de Benzema, demasiado fuerte y bien dirigido para que Juan Pablo pudiera atraparlo. Higua¨ªn se ocup¨® del rechace del meta empujando la pelota a gol.
El ruido empez¨® en las televisiones y las radios y se propag¨® con las sirenas de la polic¨ªa que acompa?¨® al Madrid hasta El Molin¨®n. El p¨²blico respondi¨® con ardor y el partido fue una consecuencia estruendosa de las tensiones generadas por Jos¨¦ Mourinho y Manuel Preciado. Pero los jugadores, a diferencia de sus t¨¦cnicos, no infringieron los c¨®digos del juego. Hubo guerra brava, pero tambi¨¦n nobleza, generosidad y respeto por el sacrificio ajeno. El Sporting hizo un derroche de entrega y coraje. El Madrid respondi¨® con m¨¢s de lo mismo. Desde el primer minuto. No hubo tregua para dos adversarios que salieron a apretarse con un empe?o poco habitual. No hubo escaramuzas. No hubo reconocimientos t¨¢cticos. Fue un partido directo. A la inglesa.
Sporting 0 - Madrid 1
Sporting: Juan Pablo, Lora, Bot¨ªa, Gregory, Jos¨¦ ?ngel, Eguren (Luis Mor¨¢n 86), Rivera, Nacho Novo, Carmelo (De las Cuevas m 70) y Sangoy (Barral m 77).
Real Madrid: Casillas, Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo, Khedira, Ozil (Arbeloa m 88) Xavi Alonso, Cristiano Ronaldo, Higuain (Lass m 84) y Di Mar¨ªa (Benzema 63)
Gol: 0-1. Higua¨ªn, (m 82).
?rbitro: Turienzo ?lvarez. Mostr¨® tarjetas amarillas a Diego Castro (m 10), Higua¨ªn (m 34), Carmelo (m 45), Khedira (m 45), De las Cuevas (m 87). Mostr¨® tarjeta roja directa a Bot¨ªa por una dura entrada a Cristiano Ronaldo.
Incidencias: 25.000 espectadores. Estadio El Molin¨®n.
El Sporting adelant¨® su zaga hasta el c¨ªrculo central y se lanz¨® a la carga alentado por una tribuna desbocada. No es f¨¢cil interrumpir las aceleraciones del Madrid. El equipo asturiano lo consigui¨® a fuerza de correr muchos kil¨®metros y de no perder detalle. Cristiano asumi¨® la responsabilidad en el arranque. Agrandado con la atm¨®sfera bullanguera, el portugu¨¦s infl¨® el pecho, resopl¨® y pidi¨® el bal¨®n antes de emprender acciones individuales en un intento por deshacerse de la presi¨®n que sufr¨ªa su equipo en el medio campo. Quiz¨¢ debi¨® buscar m¨¢s apoyos, pero el tuya-m¨ªa no va mucho con su estilo y sus compa?eros tampoco hablan ese lenguaje. Lo cierto es que encar¨®, venci¨® a Eguren, se fue de Rivera y Lora y por poco no se queda solo ante Juan Pablo en un par de ocasiones. Si no lo logr¨® fue porque de las filas del Sporting se desprendi¨® un oportuno h¨¦roe local: Bot¨ªa. El central complet¨® la clase de actuaci¨®n imprescindible para detener las andanadas de este Madrid.
En el fragor de la primera parte, Eguren se volvi¨® hacia sus centrales y les hizo un adem¨¢n en¨¦rgico desde el c¨ªrculo central. Les pidi¨® a gritos que adelantaran la posici¨®n para cerrar l¨ªneas en torno a Di Mar¨ªa, ?zil y Cristiano. Veteranos como Eguren y Rivera no permitieron distracciones y los problemas se multiplicaron para el Madrid, que, sin espacios, tuvo muchas dificultades para dar velocidad a las jugadas. Solo Higua¨ªn dispuso de una ocasi¨®n en la primera parte gracias a un pase de ?zil. Su tiro se estrell¨® en un palo.
Los dos equipos se amontonaron en el medio campo intentando desactivarse mutuamente y a las dificultades para poner la pausa y elaborar se sucedieron los pelotazos hacia las dos ¨¢reas. Triunfaron los centrales sobre los delanteros. Bot¨ªa y Gregory resolvieron sus problemas frente a Higua¨ªn mientras que Pepe, en el ¨¢rea de enfrente, se impuso a Sangoy en un choque que casi acaba en una trifulca despu¨¦s de que el argentino viera c¨®mo le anulaban un gol por un fuera de juego.
El partido se fue abriendo seg¨²n se agotaban los jugadores del Sporting, sometidos a un desgaste terrible. El Madrid no logr¨® jugar bien, pero recuper¨® el aliento. Xabi Alonso dio un paso atr¨¢s, gan¨® un segundo para pensar y entr¨® en acci¨®n para aprovechar las fisuras que se abr¨ªan en la defensa local. El mediocentro habilit¨® a Di Mar¨ªa con un pase de zurda, muy preciso, hacia fuera. El argentino lo aprovech¨® para poner a prueba a Juan Pablo, que cambi¨® la mano y consigui¨® desviar el misil.
Juan Pablo apareci¨® como el recurso de ¨²ltima instancia para un Sporting al que le empezaban a fallar las piernas. El portero estuvo a la altura de las circunstancias. Sobre todo, cuando se qued¨® mano a mano con Higua¨ªn, despu¨¦s de otro contragolpe iniciado por Xabi Alonso, y pudo sacar una mano para impedir que el delantero le batiera con un tiro seco a su derecha. Tal vez Higua¨ªn se equivoc¨® de palo. Pero Juan Pablo reaccion¨® con puntualidad.
Preciado refresc¨® su ataque metiendo a Barral y De las Cuevas para emprender la ¨²ltima arremetida. Le falt¨® poco para sorprender al Madrid en un contragolpe h¨¢bilmente dirigido por De las Cuevas. Luego, a la salida de un c¨®rner, Casillas debi¨® estirarse abajo y a fondo para hacer la parada de la noche y evitar que un cabezazo de Barral se le colara en la red.
En la b¨²squeda de soluciones, Mourinho cambi¨® a Di Mar¨ªa, uno de los jugadores m¨¢s activos hasta el momento, por Benzema. Fue una medida arriesgada que proporcion¨® muy buenos resultados. Benzema no es el que era y en El Molin¨®n se encarg¨® de dejar su sello con categor¨ªa y, sobre todo, con una inusual dosis de agresividad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.