Con el campe¨®n no hay amistosos
Un gol de Silva rescata a Espa?a ante una competitiva Colombia que le exigi¨® el m¨¢ximo
Cuatro amistosos ha necesitado Espa?a para defender con ¨¦xito su her¨¢ldica estrella. Por fin, con mucho sudor, evit¨® otro rasgu?o. Y no lo tuvo f¨¢cil. Colombia compiti¨® como todos los que se miden al campe¨®n, con un rato de gloria a la vista. Con el ganador de un Mundial no hay partidos de teloneros para nadie. Lo comprob¨® la selecci¨®n de Del Bosque en M¨¦xico, Argentina y Portugal y, de vuelta a casa, mostr¨® mejor actitud. Estuvo en el alambre, pero se consol¨® con un gol de Silva en el ¨²ltimo tramo, al que su rival lleg¨® plet¨®rica. Colombia ya no tiene el hechizo de aquellas generaciones contraculturales de Higuita, Valderrama, Rinc¨®n, Asprilla y Valencia, pero se despleg¨® con firmeza. Resisti¨® en el mejor momento de Espa?a y casi la condena por su desali?o del segundo periodo.
Espa?a 1 - Colombia 0
Espa?a: Casillas; Ramos, Piqu¨¦, Albiol, Capdevila (Arbeloa, m. 55); Xavi (Cazorla, m. 55), Busquets, Alonso (Silva, m. 75); Pedro (Llorente, m. 81), Iniesta (Navas, m. 68) y Villa (Torres, m. 55). No utilizados: Vald¨¦s, Reina; y Marchena.
Colombia:Ospina; Z¨²?iga, Yepes, Perea, P. Armero; Anchico (C. S¨¢nchez, m. 46), Abel Aguilar, Guar¨ªn; Giovanni Moreno (Rodallega, m. 61), Ramos (Cuadrado, m. 57) y Dayro Moreno. No utilizados: L. Enrique; Zapata, Valencia y Falcao.
Gol: 1-0. M. 85. Silva remata con la izquierda un centro de Navas.
?rbitro: R. Trutz (Eslovaquia). Amonest¨® a Piqu¨¦, Abel Aguilar, Dayro Moreno, Yepes, Armero y Rodallega.
Unos 75.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Por encima del encuentro, demasiado r¨ªgido primero y desabrochado despu¨¦s, estuvo Iniesta. Una delicia. Lo advirti¨® la hinchada, que le hizo los coros cuando Del Bosque le retir¨® mediado el segundo acto. Para entonces el choque ya ten¨ªa el tufillo de un amistoso, cuando los equipos se maquillan en una sucesi¨®n de cambios. Antes de que el partido fuera una noria, todo el encanto pas¨® por Iniesta.
El seleccionador dio al manchego el paisaje que tiene Messi en el Bar?a, un se?uelo como ariete que gravita entre los centrales y el medio matraca adversario, que terminan por discutir sobre a qui¨¦n corresponde la marca. Iniesta, en plenitud, es lo que quiera. No tiene carrocer¨ªa, pero se gira como una peonza cuando le esposan de espaldas; de frente a la porter¨ªa tiene remedios con las dos piernas, lo mismo para ventilar rivales que para embocar el pase preciso. Lo hizo con Villa, gripado con los postes —cinco palos en los ¨²ltimos seis duelos internacionales— desde que aspira a superar a Ra¨²l como m¨¢ximo goleador de Espa?a, al que iguala con 44 tantos. Poco antes del cuarto de hora, Iniesta le dio cita con el gol. El asturiano logr¨®, con su regate, que descarrilara Ospina y, con todo a favor, estrell¨® la pelota en el poste izquierdo del meta colombiano. El destino le dio otra oportunidad en el rechace. Otro mal gui?o: remat¨® por el desag¨¹e.
El fallo de Villa lleg¨® justo despu¨¦s de que Casillas sufriera el primer sofoco. Y de la forma m¨¢s imprevista. Un notici¨®n: Xavi err¨® un control. El milagro ocurri¨® en la frontera de su ¨¢rea y Abel Aguilar se qued¨® ante el capit¨¢n espa?ol. Casillas se plant¨® de rodillas, aguant¨® hasta la eternidad y al futbolista del H¨¦rcules se le hizo de noche. La jugada result¨® sintom¨¢tica, porque el partido no tuvo al Xavi m¨¢s sinf¨®nico y porque Colombia evidenci¨® su estrategia inicial, un pelot¨®n por detr¨¢s de la pelota y a todo gas al m¨¢s m¨ªnimo patinazo espa?ol. As¨ª consigui¨® destemplar en m¨¢s de una ocasi¨®n a los defensas espa?oles, especialmente por la orilla derecha, donde el explosivo Armero, un lateral del Udinese, ret¨® con ¨¦xito en alg¨²n sprint a Piqu¨¦ y Ramos. En uno de ellos, al cierre del primer tiempo, casi vence a Casillas.
Con mucha ret¨®rica y poco fuego, Espa?a nunca estuvo c¨®moda. El equipo de Hern¨¢n G¨®mez, que llevaba cuatro meses sin jugar, tuvo hueso. Apret¨® de lo lindo y no fueron pocas las disputas en las que los sudamericanos impusieron su fibroso f¨ªsico. Sobre todo en el segundo tramo, cuando Colombia se aprovech¨® de las grietas de Espa?a, al que se le abrieron las l¨ªneas. De forma inopinada, la ansiedad pudo con un equipo tan paciente como el campe¨®n del mundo, que se hizo muy largo, sin centro del campo, su principal se?a de identidad. La selecci¨®n cafetera, vistos los espacios, decidi¨® competir cerca de Casillas y Rodallega estuvo m¨¢s de una vez cerca del gol. Una angustia para Espa?a, de nuevo al borde del abismo en otro amistoso. En pleno descaro, conectaron Navas y Silva. El del City hizo diana y la selecci¨®n acab¨® con la "amistosa" maldici¨®n. Lo sab¨ªa. Lo sabe: con el campe¨®n nunca hay amistosos. Es el precio a pagar.
La mayor ovaci¨®n, a Del Bosque
Quiz¨¢ el Madrid de Florentino P¨¦rez se haya olvidado de Vicente del Bosque, pero no se puede decir lo mismo del Bernab¨¦u, que anoche, cuando se daban las alineaciones, reserv¨® para el seleccionador espa?ol la ovaci¨®n m¨¢s grande, muy superior a la dedicada a los jugadores.
Aunque fuera dif¨ªcil identificar al p¨²blico, en el que la presencia de colombianos no era precisamente minoritaria, con la afici¨®n madridista, es cierto que los seguidores blancos presentes no han olvidado que las dos ¨²ltimas Ligas de Campeones, la octava y la novena, las alcanzaron con ¨¦l al frente.
No era la primera vez que Del Bosque volv¨ªa al templo del madridismo. Ya lo hab¨ªa hecho en marzo de 2009, en un Espa?a-Turqu¨ªa camino de Sud¨¢frica. Pero ayer lo hizo con muchos premios y galardones, nombrado marqu¨¦s por el Rey y como campe¨®n mundial. Durante el primer tiempo,tras recibir la atenci¨®n de los fot¨®grafos, sali¨® del banquillo cuatro veces. La primera, despu¨¦s de la tarjeta amarilla a Piqu¨¦. Un par de ellas, tras el remate de Villa al poste y una falta de Busquets, se qued¨® en el borde del ¨¢rea t¨¦cnica unos minutos. Pero ya no hubo otras manifestaciones de reconocimiento desde la grada. Una actitud, la del Bernab¨¦u, discreta, af¨ªn al personaje. Y diferente de la indiferencia del Madrid. RICCARDO IORI
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