Bendito Benzema
Un tanto del franc¨¦s acaba con la maldici¨®n del Madrid ante el Lyon, que empat¨® al final
Azaroso como es, en el f¨²tbol el destino es impredecible. Es un juego de imprevistos con un abanico de certidumbres y desmentidos, poco proclive a los fundamentalismos. Bien que lo sabe Benzema, que lleva temporada y media en el Madrid en el centro de un debate que parec¨ªa cerrado con la llegada de Adebayor. Benzema, definitivamente condenado sin que muchos rechistaran entre el madridismo. De vuelta al hogar, el franc¨¦s exorciz¨® al Madrid en Lyon, donde mereci¨® mayor premio.
Benzema, con esa aura espiritual, es de esos chicos que no se ganan la gracia de la hinchada y carecen de coros medi¨¢ticos. Lejos de lo que podr¨ªa parecer por sus silencios dentro y fuera del campo, como si de un esquimal se tratara, no se deprimi¨®. Acept¨® su papel y aterriz¨® en Lyon, su cuna, como un suplente desamparado. En su casa, frente a su antiguo equipo, Mourinho no le dio vuelo hasta el minuto 66. Salt¨® al campo con el apego de la grada, forceje¨® por la pelota en la banda izquierda, sigui¨® el hilo de la jugada y puso el lazo a una trenza entre ?zil y Cristiano Ronaldo.
O. LYON 1 - R. MADRID 1
Olympique Lyon: Lloris; R¨¦veill¨¦re, Cris, Lovren, Cissokho; Toulalan, Kalstrom (Pjanic, min. 76); Gourcouff; Delgado (Pied, min. 69), Bastos (Briand, min. 69), Gomis.
Real Madrid: Casillas; Ramos, Pepe, Carvalho, Arbeloa; Alonso, Khedira (Lass Diarra, min. 68); Di Maria, Ozil (Marcelo, min. 75), C. Ronaldo; Adebayor (Benzema, min. 64).
Goles: 0-1, min. 65: Benzema;1-1, min. 83: Gomis;
?rbitro: Wolfgang Stark (GER). Mostr¨® tarjetas amarillas a Sergio Ramos (min. 9), Di Mar¨ªa (min. 44), Bastos (min. 48), Cris (min. 62), Pjanic (min. 90).
40.200 personas en el estadio de Gerland.
Por inesperado que fuera, qui¨¦n mejor que Benzema para ahuyentar los fantasmas de Lyon: por fin el Madrid evit¨® una derrota en Gerland y, encima, marc¨® un gol. En contra de sus h¨¢bitos, bien que lo celebr¨® Florentino P¨¦rez, su mecenas particular, que por un momento pareci¨® Sandro Pertini en la final mundialista de 1982 o Ali Syed hace unos d¨ªas en El Sardinero. Luego, Gomis sell¨® un empate frustrante para el Madrid, que mereci¨® mucho m¨¢s en el segundo tiempo, cuando se desabroch¨® y se fue a por el partido. Antes fue un equipo m¨¢s especulador, con un juego unidireccional, solo en busca de Adebayor.
Nunca en sus tres visitas anteriores hab¨ªa estado el Madrid tan cerca de castigar al Lyon en su escenario. Jug¨® con mayor pulso que en duelos precedentes. Primero hizo tablas y m¨¢s tarde, de regreso del descanso, tuvo en jaque el cuadro franc¨¦s. M¨¢s decidido en el ataque, sin las cadenas iniciales, el equipo de Mourinho se qued¨® a un palmo del triunfo. Cristiano, en un soberbio lanzamiento de una falta lateral, estrell¨® la pelota en el poste izquierdo de Lloris. De inmediato, Sergio Ramos cabece¨® al larguero un saque de esquina de ?zil. El Madrid no ten¨ªa quien le contuviera. El propio Cristiano, casi exactamente en la misma posici¨®n que en la falta anterior, reclam¨® con justicia un penalti de Gourcuff, que desvi¨® con un codo el lanzamiento del portugu¨¦s. En plena efervescencia visitante, lleg¨® la bendici¨®n de Benzema.
El tanto enfatiz¨® la nueva doctrina madridista. Porque el Madrid arranc¨® demasiado cauteloso ante un adversario que es un equipo muy solemne en todo lo que hace. No le sobra fantas¨ªa al Olympique y tiene un repertorio limitado, pero sabe explotar sus vetas: la pujanza de Bastos y Cissokho por el costado izquierdo, el toque de Gourcuff, la habilidad de Delgado y la enciclop¨¦dica sabidur¨ªa de Cris y Toulalan, los dos jerarcas del conjunto. Lleva tiempo en la aristocracia de la Liga de Campeones, aunque siempre a un pelda?o del podio, sin un futbolista que le haga de cirujano en los momentos decisivos.
Con su aire gremial de las ¨²ltimas temporadas, el equipo de Claude Puel se despleg¨® con orden, con el descaro justo, a la espera de encontrar una rendija. Pero no tiene mucha dinamita y Gomis, su particular Adebayor, es un fajador, no un estilista. Se advirti¨® en la mejor ocasi¨®n francesa antes del gol del propio Gomis, hacia la media hora. Bastos irrumpi¨® por la izquierda y centr¨® al ¨¢rea. Sobre el h¨²medo c¨¦sped de Gerland, la pelota se le escap¨® a Casillas y cay¨® a los pies de Gomis. La excelente correcci¨®n del capit¨¢n madridista, que brinc¨® desde el suelo como un gato, dej¨® desairado al ariete del Olympique, que se redimi¨® con su gol en el tramo final.
Frente al fogueo franc¨¦s en el primer tiempo, el Madrid decidi¨® masticar el partido en exceso, consciente de sus desvelos de los ¨²ltimos cursos y de que las eliminatorias se gestionan a largo plazo. Le cost¨® enhebrar el juego con su bater¨ªa de atacantes, especialmente con ?zil, que no dej¨® huellas hasta el segundo acto, cuando el Madrid, ya con m¨¢s arrebatos, estuvo a punto de sacudirse todos los fantasmas de Lyon. No lo consigui¨® por completo, pero ya sabe que cuenta con Benzema para la causa.
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