Benzema da descanso al Madrid
Dos goles del franc¨¦s bastan para resolver un partido c¨®modo ante el H¨¦rcules
Con el Lyon y el Atl¨¦tico a la vista, el Madrid, contenido y ahorrador, despach¨® al H¨¦rcules con medio dep¨®sito. Le bast¨® con un partido sin alardes, bien dosificado, siempre medido ante los retos de la pr¨®xima semana y un triunfador: Benzema. Con el H¨¦rcules en el cartel, bien se lo pod¨ªa permitir. Hace meses que no hay rastro de aquel equipo que gan¨® en el Camp Nou. Desde la gesta, y de eso hace ya seis meses, el conjunto de Esteban Vigo ha marcado un gol fuera de casa: al Almer¨ªa. Y al Bernab¨¦u acudi¨® en plena depresi¨®n, sin Trezeguet, lesionado, sin Drenthe, en rebeld¨ªa permanente, y con el paraguayo Valdez en el banquillo reci¨¦n salido de la enfermer¨ªa.
Nada, por tanto, inquietaba demasiado al Madrid, que se aplic¨® lo justo en un encuentro valle, de esos sobrantes a estas alturas del curso, de esos mil veces reproducidos en Chamart¨ªn. Una faena estupendamente ali?ada por Benzema, que por fin vive un idilio con el madridismo, aunque siempre habr¨¢ quien apunte que con el H¨¦rcules de por medio no es meritorio. Pero todo suma y fue Benzema quien, por ejemplo, dej¨® a tiro al Lyon.
R. MADRID, 2 - H?RCULES, 0
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Albiol, Sergio Ramos, Marcelo; Di Mar¨ªa (Khedira, m. 58), Granero (Xabi Alonso, m. 68), Lass, ?zil (Canales, m. 80); Benzema y Adebayor. No utilizados: Adan; Pepe, Garay y Morata.
H¨¦rcules: Calatayud; Juanra, A. Paz, Pamarot, Pulhac; Farin¨®s, Aguilar; Kiko, Gomes (Valdez, m. 66), Thomert (Sendoa, m. 66); y Portillo (Cristian, m. 72). No utilizados: Velthuizen; Sarr, Cort¨¦s y Fritzler.
Goles: 1-0 M. 23. Benzema. 2-0 M. 56. Benzema.
?rbitro: Delgado Ferreiro. Amonest¨® a Pulhac.
Unos 71.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u.
Una visi¨®n de ?zil, una llegada de Arbeloa y emboque de Benzema. Un gol de ariete puntual. Una pelota amortiguada en la orilla izquierda, un amago hacia la derecha y un golpeo combado al poste m¨¢s lejano. Un gol de futbolista fino, con mucho talento. Suficiente para el grupo de Mourinho, al que le bast¨® una marcha.
La jornada enfatiz¨® el momento del delantero franc¨¦s, disparado desde que Mourinho le pusiera en la diana con la demanda de Adebayor. Benzema no es un tipo de arrebatos, pero a nadie ha espabilado m¨¢s la llegada del togol¨¦s. Ante el H¨¦rcules marc¨® por tercer partido consecutivo, una frecuencia desconocida desde su afiliaci¨®n al Madrid. En libertad condicional desde que llegara al club, el galo ya concilia con la grada, aunque debe saber que, para ciertos futbolistas, la dicha con el madridismo no siempre es infinita. El carisma es un don natural y el franc¨¦s, tantas veces desangelado, no tiene ese cr¨¦dito, por m¨¢s que ante el equipo alicantino protagonizara el mejor repertorio.
Con Benzema en plenitud, el Madrid no tuvo apretones. Frente al fogueo de su adversario, jug¨® con una comodidad extraordinaria, a su antojo, a capricho. Sin Cristiano y los dos centrales titulares, el equipo estuvo sobrado, anclado con solvencia por Granero, afinado a ratos por ?zil y Di Mar¨ªa y concretado por Benzema, que tuvo mucho m¨¢s aire que Adebayor, que hizo de estalactita en el ¨¢rea de Calatayud. Del H¨¦rcules apenas hubo rastro, salvo alg¨²n aceler¨®n de Kiko Femen¨ªa en el primer acto. En una plaza como Chamart¨ªn se necesita mucho m¨¢s. Lo mismo da que el Madrid, este Madrid, est¨¦ de rebajas por las exigencias del calendario. El equipo de Esteban Vigo confirm¨® letra por letra su desplome en las ¨²ltimas jornadas. Es un conjunto sin colmillo, mal asunto cuando la temporada llega al tramo decisivo, en el que se multiplican las angustias.
Frente a un rival sin chicha, con el Lyon de camino, tras el segundo gol de Benzema el partido fue un muestrario para chicos como Canales y Khedira. De forma sorprendente, Mourinho tambi¨¦n envid¨® con Alonso por Granero, pese a que una tarjeta al guipuzcoano le hubiera desterrado del derbi en el Calder¨®n del pr¨®ximo s¨¢bado. Un riesgo innecesario en un encuentro tan pl¨¢cido.
Quiz¨¢ sea verdad que el t¨¦cnico portugu¨¦s haya interiorizado la posibilidad de entregar la cuchara en el Manzanares. Siempre ha estado re?ido con los calendarios. Ya vio conspiraciones al respecto en la Premier y en el calcio. Pese a sus cr¨®nicos desvelos, en Espa?a, como ya le sucedi¨® en Inglaterra e Italia, tiene todos los podios al alcance. Y no hay mejor coartada que las victorias del equipo. Con la cosm¨¦tica de la conseguida en Santander o con la suficiencia de la lograda ante el H¨¦rcules.
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