El Twitter de Tiger
Woods vuelve a Augusta, donde regres¨® hace un a?o tras los esc¨¢ndalos y donde ha ganado cuatro veces.- Quiere usar las nuevas redes para conectar con los aficionados y mejorar su imagen
Da igual que lleve 16 meses sin ganar un torneo. Tampoco importa que desde hace seis a?os no se vista con la chaqueta verde de Augusta. Y qu¨¦ m¨¢s da si en los 10 ¨²ltimos grandes se ha quedado seco. Asoma Tiger Woods por el campo y le sigue un pelot¨®n. Aparece en la sala de prensa y le machacan a preguntas: hasta 47, una detr¨¢s de otra, en la previa del Masters. Sobre su juego, su vida, su swing... Tiger vive continuamente en el ojo del hurac¨¢n, condenado para siempre a ser juzgado por cada palabra o cada gesto.
Hace un a?o, Tiger reapareci¨® en el Masters despu¨¦s de estar apartado del golf por su esc¨¢ndalo matrimonial. Buscaba la redenci¨®n. Quer¨ªa volver a ser el jugador casi perfecto que fue. Quer¨ªa volver a ganarse a la gente. Ni una cosa ni la otra. Se qued¨® sin t¨ªtulo -y por primera vez en su carrera profesional sin ning¨²n torneo en todo el a?o- y la gloria se la llev¨® el nuevo h¨¦roe americano, ya el preferido de la gente, Phil Mickelson, alguien que s¨ª representa ante los ojos de la sociedad los valores tradicionales de la familia. Frente a los pecados de Tiger, Mickelson aparece como el hijo, el esposo y el padre modelo.
Tiger sigue a la espera del perd¨®n. El a?o pasado recibi¨® un buen tir¨®n de orejas de Billy Payne, el presidente de Augusta, que le reprendi¨® p¨²blicamente por dejar de ser un ejemplo para los m¨¢s j¨®venes. Ahora Tiger ha dado una vuelta m¨¢s de tuerca a su juego ante el Masters que comienza ma?ana, con una nueva versi¨®n de su swing, y sigue buscando el cari?o de la gente. Claro que gestos como el de escupir en un green y ser multado por ello no le ayudan. "Quiero ser mejor persona cada d¨ªa", dijo el mi¨¦rcoles en Augusta. Y en ese intento de ganarse a la gente, ha decidido participar m¨¢s en las nueves redes sociales. "?Eres verdaderamente t¨² el que habla por Twitter ?", le pregunt¨® un periodista, desconfiado por si alguien suplantaba su personalidad o escrib¨ªa por ¨¦l. "Yeah", respondi¨® Woods. "Es divertido. Para ser honesto, al principio era un poco receloso con eso, porque no me he expuesto a ese medio. Fue interesante empezar, porque te preguntan un mont¨®n de cosas. Es divertido tener el contacto directo con los fans".
A los 35 a?os, Woods quiere ser m¨¢s part¨ªcipe de la herramienta "de la nueva generaci¨®n". De momento tiene en su cuenta m¨¢s de 714.000 seguidores. Claro que no llega al mill¨®n de Ian Poulter , al aut¨¦ntico rey de las redes sociales en el mundo del golf. Los m¨¢s j¨®venes del circuito, como tambi¨¦n McIlroy, son adictos a las nuevas redes. Los m¨¢s veteranos han llegado tarde a ellas, casos de Jim¨¦nez o de Olaz¨¢bal. Tiger, entre los dos mundos, le dar¨¢ una oportunidad para intentar mejorar su deteriorada imagen.
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