Cristiano abre la puerta de las semifinales
Un gol del portugu¨¦s da por cerrada la eliminatoria ante el d¨¦bil Tottenham
Cristiano se pein¨® a la antigua, con la raya al costado, para presentarse en White Hart Lane. Acudi¨® con la cabeza brillante, bien engominada y manufacturada por el peluquero para la ocasi¨®n. La vistosidad de su aparici¨®n contribuy¨® a que la hinchada lo recibiera como al querido enemigo que regresa. La marea de aficionados que abarrot¨® las gradas del campo londinense carg¨® los proleg¨®menos del partido de c¨¢nticos apasionados, de himnos, de invocaciones al hero¨ªsmo, y de abucheos al delantero portugu¨¦s. El p¨²blico fue lo m¨¢s emotivo de una noche sin tensi¨®n competitiva en la cancha. Para profundizar su condici¨®n de villano local, Cristiano lapid¨® el partido a los cinco minutos de la reanudaci¨®n. Fue en su cuarto remate desde fuera del ¨¢rea. El primero entre los tres palos. Gomes sali¨® a despejarlo de pu?os, como temeroso de intentar el blocaje, y el bal¨®n, que iba con un efecto brioso, acab¨® en el interior de su red ante el manoteo in¨²til del portero. La eliminatoria se acab¨® en ese instante. Pero ni entonces en White Hart Lane se dej¨® de o¨ªr la versi¨®n local de When the saints go marching in.
TOTTENHAM 0 - REAL MADRID 1
Tottenham: Gomes; Corluka, Gallas, Dawson, Assou-Ekkoto; Lennon (Defoe. min. 60), Huddlestone (Sandro, min. 71), Modric (Kranjcar, min 83), Bale; Van der Vaart; y Pavlyuchenko.
Real Madrid: Iker Casillas, Sergio Ramos (Granero, min. 56), Ra¨²l Albiol, Carvalho, Arbeloa, Khedira, Xabi Alonso (Benzema, min. 75), Marcelo, Cristiano Ronaldo (Kak¨¢, min. 65), ?zil y Adebayor.
Goles: 0-1. Min. 50. Cristiano Ronaldo desde fuera del ¨¢rea sorprende a Gomes, que comete un error garrafal en la recepci¨®n del bal¨®n.
Incidencias: 36.240 espectadores llenaron White Hart Lane. 8 grados. Humedad 57 por ciento. C¨¦sped impecable.
?rbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Mostr¨® cartulina amarilla a Carvalho (39''), Granero (80''), del Real Madrid.
El p¨²blico pareci¨® ignorar que en la ida su equipo hab¨ªa recibido un 4-0. La voluntad de pasar un buen rato pudo con todo. La gente empuj¨® a los suyos con determinaci¨®n febril, aunque a cambio le devolvieran muy pocas esperanzas. El Tottenham nunca amenaz¨® el dominio de su rival. El Madrid sali¨® a parapetarse, con la clase de disposici¨®n recia que le caracteriza, muy ordenado sin el bal¨®n. Como ayer le bast¨® con defender una posici¨®n ventajosa, tuvo suficiente con ser paciente y no desatender los deberes de vigilancia. Mourinho present¨® otra formaci¨®n novedosa, sobre todo en el medio campo, donde da la sensaci¨®n de que experimenta con la mente puesta en los duelos que le esperan frente al Barcelona a partir del s¨¢bado. Si en Bilbao situ¨® a Pepe por delante de los centrales, como l¨ªbero, ayer puso a Marcelo en el interior izquierdo, por delante de Arbeloa, que cerr¨® el lateral. Se hizo inevitable pensar en un ensayo. No para frenar a Lennon y Corluka, sino para cortar el camino a Alves y Pedrito. La presencia de Marcelo en esa zona no tiene sentido ofensivo. Cuando no puede arrancar desde atr¨¢s, sea para iniciar o para irrumpir en las jugadas, le cuesta entrar en contacto con el bal¨®n.
Por si las cosas para el Tottenham estuvieran dif¨ªciles, el Madrid empez¨® teniendo la pelota. La tuvo con m¨¢s ret¨®rica que intenci¨®n de agredir. La entretuvo en el medio campo hasta que le lleg¨® a ?zil, que se encontr¨® con una ocasi¨®n y la malogr¨® con un tiro blando a las manos de Gomes. El equipo ingl¨¦s respondi¨® con muy poco. Dawson batall¨® cuerpo a cuerpo con Adebayor y Cristiano, Bale desafi¨® a Ramos, y Van der Vaart trat¨® de adivinar los desmarques de Pavlyuchenko. Bien colocados, Albiol y Carvalho desmontaron las escasas tentativas, filtradas por la presi¨®n que hicieron sus compa?eros sobre la l¨ªnea del medio campo. En las ¨²nicas dos ocasiones que no llegaron Pavlyuchenko err¨® el disparo. Primero se qued¨® solo ante Casillas y envi¨® por arriba del larguero. Despu¨¦s par¨® Casillas.
Pocos equipos en Europa se protegen mejor que este Madrid. Es dif¨ªcil ver a sus centrales exigidos. Durante la primera parte, solo tuvieron que despejar alg¨²n centro de Bale y Lennon. Este ¨²ltimo, sin embargo, invit¨® a Carvalho a cometer un error inexplicable en un jugador de su experiencia. El defensa portugu¨¦s derrib¨® al extremo al borde del ¨¢rea, como si lo que se dirimiera en el mano a mano fuese el pase a la semifinal y no una jugada irrelevante. El ¨¢rbitro mostr¨® la amarilla y Carvalho se perder¨¢ la ida de las semifinales en el Bernab¨¦u. Fue el ¨²nico hecho contraproducente para un Madrid que circul¨® por los cuartos de final con mucha m¨¢s placidez que por la mayor¨ªa de las jornadas de la Liga espa?ola.
Casillas puso tres manos para desviar los remates del Tottenham que iban dentro y el partido languideci¨® sin consuelo para los abnegados seguidores brit¨¢nicos. El marcador inamovible fue una mala noticia para el equipo local. Sin jugar especialmente suelto, el Madrid no se conmov¨ªa con nada. Cristiano y Xabi, que se fueron al vestuario discutiendo, dieron fe de los desajustes organizativos a la hora de administrar el bal¨®n para ir al ataque. Esta circunstancia se agrav¨® por el cambio en la alineaci¨®n, pero fue un detalle que no afect¨® al transcurso del enfrentamiento en la medida en que el Madrid no necesit¨® ir a buscar un resultado. Tras el intervalo, Cristiano meti¨® su derechazo envenenado y los cuartos de final se acabaron. El Madrid se apunt¨® a las semifinales por primera vez despu¨¦s de ocho a?os.
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