Pepe, misi¨®n imposible
El t¨¦cnico encomend¨® al mediocentro la dif¨ªcil tarea de frenar al rival con fuerza y de tener cuidado con el ¨¢rbitro al mismo tiempo
La hinchaba andaba tan sedienta que se puso en pie con los saques de banda y estall¨® de j¨²bilo con las faltas laterales. La conquista de la Copa del Rey unific¨® a la multitud en la convicci¨®n de que el bal¨®n es un artefacto que m¨¢s vale suministrar en peque?as dosis. La nueva ideolog¨ªa fue acompa?ada de la parafernalia habitual de banderas y pancartas. La gente despleg¨® dos pa?os monumentales en los fondos. Al sur, la consigna fue Vivimos por ti. Vence por nosotros, adornada con el hacha de doble filo, s¨ªmbolo de los lictores de la Rep¨²blica Romana, popularizado luego por el fascio. Al norte, la pancarta rezaba el viejo estribillo del c¨¢ntico madridista: Vamos Real, hasta el final. Antes de nada, el p¨²blico enton¨® su canto en honor de su ¨ªdolo m¨¢ximo, el entrenador. "Jos¨¦ Mourinho, la-la-la-la".
Mourinho, que normalmente vive los partidos de pie en la zona t¨¦cnica, se pas¨® media velada sentado en el banquillo, debatiendo con Karanka y Rui Far¨ªa, sus ayudantes, y tomando notas con trazo nervioso en su libreta. En el campo, su equipo no pas¨® de tener la pelota el 30% del tiempo de acci¨®n. Salvo algunos pitos de disidentes aislados, las gradas jalearon la puesta en escena.
En la concentraci¨®n, las consignas del Mourinho encerraron una contradicci¨®n: hab¨ªa que frenar al Bar?a con fuerza en el cuerpo a cuerpo, pero al mismo tiempo hab¨ªa que tener un cuidado extremo con el ¨¢rbitro, el alem¨¢n Wolfgang Stark. Cre¨ªa el t¨¦cnico que los jueces de la UEFA iban a ser m¨¢s rigurosos que los de la Liga espa?ola. Entiende Mourinho que los ¨¢rbitros espa?oles son m¨¢s proclives al di¨¢logo y menos tarjeteros a la hora de castigar el juego duro. Esto implicaba una carga extra para los apercibidos de sanci¨®n: Albiol, Ramos, Cristiano y Di Mar¨ªa.
La tarea que encomend¨® el entrenador a sus jugadores encerraba riesgos muy dif¨ªciles de controlar: jugar sin bal¨®n, ir fuerte, y no recibir tarjetas. La tarea result¨® imposible para Ramos, que arrastr¨® a Messi cuando lo encar¨® en la segunda parte. Tambi¨¦n fue una misi¨®n insuperable para Pepe.
El defensa central brasile?o, reconvertido en medio centro de largo recorrido por Mourinho, ha sido la gran ocurrencia t¨¢ctica del entrenador madridista esta temporada. Pepe fue uno de los h¨¦roes de la Copa y tuvo un papel distinguido en el ¨²ltimo cl¨¢sico de Liga. Ayer, sin embargo, el hombre pag¨® el terrible desgaste f¨ªsico que hab¨ªa hecho en las dos ¨²ltimas semanas. Cuando comenzaba la segunda mitad le meti¨® un plantillazo injustificable a Alves, le peg¨® en la espinilla, y lo hizo dar una vuelta de campana. El ¨¢rbitro le mostr¨® la roja directa. Quiz¨¢s fue excesivo. Pero Pepe estaba avisado. Mourinho se lo hab¨ªa advertido.
Poco a poco, la hinchada se fue apagando. La retirada de Pepe al t¨²nel de vestuarios fue como una capitulaci¨®n. El defensa hab¨ªa sido la bandera de la resistencia. El gran combatiente. Cuando los aficionados dejaron de ver su pelada cabeza recorriendo el campo percibieron que la lucha declinaba. Para mayor honra del jugador, hab¨ªa sido el primero en rematar entre los tres palos de Vald¨¦s. A la salida de una falta lateral de Xabi Alonso. Su cabezazo result¨® el tiro m¨¢s peligroso del Madrid en todo el partido. Un dato alarmante para un equipo que, en los ¨²ltimos cuatro a?os invirti¨® 500 millones de euros en reforzar su plantilla, sobre todo con atacantes.
Tan extra?o como que, mediado el duelo, la estad¨ªstica que emiti¨® la UEFA fue de 485 pases del Bar?a por 120 del Madrid. En Chamart¨ªn. En la sede del club m¨¢s laureado del planeta. Expulsado Mourinho por quejarse de la roja a Pepe, y por aplaudir al ¨¢rbitro con aire ir¨®nico, el p¨²blico, tan entregado hac¨ªa una hora, se hundi¨® en un profundo silencio. Un silencio del que no volvi¨® a despegarse cuando enfil¨® los vomitorios a falta de diez minutos. Mourinho se encarg¨® luego de dictar sentencia: "Esto es ya una misi¨®n imposible. Estamos eliminados".
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