La cueva de los sue?os olvidados
Se terminaron las previas, el Giro de Italia 2011 es ya una realidad. Esto as¨ª dicho parece una tonter¨ªa, pero en la mente de los corredores, donde por cierto yo a¨²n sigo instalado por diferentes razones, ¨¦sto es ya un gran avance. Se terminaron los d¨ªas de nervios y compromisos protocolarios, particularmente asfixiantes en esta ocasi¨®n por lo que parece. Ya quedan 20 kil¨®metros menos y ya se ha superado el primer tr¨¢mite. El resultado no ha variado mucho de lo esperado, lo que es bueno para unos y no tanto para otros. Los segundos perdidos o ganados por los favoritos no son muchos y a final de Giro no ser¨¢n significativos; pero ahora mismo son suficientes para situarte a un lado o a otro de la l¨ªnea que delimita qui¨¦n debe atacar o qui¨¦n debe defenderse.
Hoy ojeaba el peri¨®dico mientras segu¨ªa las evoluciones de los equipos participantes por las calles de Tur¨ªn. Como el recorrido desde el punto de vista paisaj¨ªstico no inspiraba nada especial, me distra¨ªa viendo la composici¨®n de cada equipo y tratando de hacer c¨¢balas sobre lo que nos puede deparar esta carrera en su segunda mitad, en la mitad excesiva. M¨¢s que en los l¨ªderes, a quienes todos conocemos y quienes iremos desmenuzando estos d¨ªas, me fijaba en los que van a jugar el papel de guardia pretoriana de esos que lucen el dorsal terminado en 1 de cada equipo.
Y por esas extra?as asociaciones de ideas, pensaba en Nibali, uno de los candidatos a la maglia rosa por m¨¦ritos propios tanto como Contador, cuando vi en la rampa de salida a un viejo conocido: Andrea No¨¦, integrante del equipo Farnese Vini. No¨¦, el mismo corredor que gan¨® una etapa en San Marino en el a?o 98 en la que fue mi primera participaci¨®n en esta carrera. Yo formaba parte de la fuga de aquel d¨ªa, y Andrea fue el ¨²nico superviviente de aquella escapada. No¨¦, el mismo que fue compa?ero m¨ªo de equipo un par de a?os durante mi estancia en el Mapei italiano.
A?os despu¨¦s, en la salida de otra etapa del Giro 2007, charlaba con Nibali y No¨¦, entonces compa?eros en el equipo Liquigas. He apostado en Internet 500 euros a que Andrea se viste hoy de rosa, les dije bromeando para motivar al viejo Andrea por la oportunidad que se le presentaba aquel d¨ªa. Y al d¨ªa siguiente, se me acerc¨® Nibali pidi¨¦ndome parte de los beneficios, pues efectivamente, era su compa?ero y amigo m¨ªo Andrea No¨¦ quien portaba la maglia rosa despu¨¦s de una extraordinaria jornada de ciclismo en las cercan¨ªas de G¨¦nova. No le dej¨¦ muy convencido al joven Nibali cuando le dije que todo hab¨ªa sido una broma y que no hab¨ªa ninguna plusval¨ªa en la operaci¨®n.
As¨ª que pasando p¨¢ginas durante la retransmisi¨®n, llegu¨¦ al art¨ªculo de Mu?oz Molina sobre la cueva de Chauvet, la cueva de los sue?os olvidados, sobre la que se acaba de presentar un documental. Una perfecta c¨¢psula de tiempo, como dice el director del documental impresionado por lo que encontraron all¨ª despu¨¦s de que durante veinte mil a?os nadie tuviese acceso a esa maravilla de pinturas rupestres porque un derrumbe de rocas tap¨® la entrada de la cueva.
No s¨¦ qu¨¦ me impresion¨® m¨¢s, si lo que le¨ª en el art¨ªculo, o saber que No¨¦ sigue a¨²n rondando por ah¨ª a sus 42 a?os como un fantasma del pasado que ha encontrado la f¨®rmula para conjurar al paso del tiempo y a sus efectos. O ambas cosas por igual, pues aunque no sea capaz a¨²n de explic¨¢rmelo, tengo la sensaci¨®n de que hay alguna extra?a relaci¨®n entre ambos hechos.
Ahora tengo dos tareas. Una, tratar de encontrar la oportunidad de ver ese documental de Werner Herzog, pues siento la necesidad de ver eso que durante 200 siglos -uf, se dice pronto- ha permanecido oculto. Y dos, buscar a No¨¦ d¨ªa a d¨ªa en las clasificaciones de este Giro para ver de lo que es a¨²n capaz el viejo Andrea. Y lo mejor es que estoy seguro de que voy a disfrutar de ambas tareas y estoy expectante por lo que me pueden aportar. Y lo mejor es que hace apenas un par de horas, desconoc¨ªa por completo estos dos hechos, que esta cueva exist¨ªa, y que No¨¦ a¨²n segu¨ªa en activo.
As¨ª es el ciclismo para lo bueno y para lo malo, nunca sabes lo que te puedes encontrar despu¨¦s de una curva. O detr¨¢s de unas rocas, dir¨ªa el paleont¨®logo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.