Homenaje a Seve, pasillo a McIlroy

El Open Brit¨¢nico que ma?ana levanta el tel¨®n en el Royal Saint George de Sandwich, en la costa este de Inglaterra, mira al pasado tanto como al futuro. Imposible abstraerse al recuerdo y al homenaje a Severiano Ballesteros, el golfista m¨¢s amado en las islas, cuya imagen evoca cada rinc¨®n del campo brit¨¢nico. Imposible tambi¨¦n no tender la alfombra a Rory McIlroy, el chico de moda, el reciente ganador del Abierto de Estados Unidos y el gran favorito en todas las apuestas.

Seve gan¨® el Open Brit¨¢nico en tres ocasiones, pero ninguna en este campo de Sandwich que sin embargo se convertir¨¢ en el centro de todos sus homenajes en Inglaterra. El logo de Ballesteros preside las gradas y los pasillos del club, los jugadores veteranos recuerdan emocionados los tiempos en los que maravillaba al mundo, y los j¨®venes admiten su legado y su influencia en el golf europeo. Nada escapa al tributo al hombre que se retir¨® en Inglaterra y que hasta ¨²ltima hora so?¨® con volver a pisar un link con el palo en la mano.

Cuando la bola eche a rodar, ser¨¢ el turno de McIlroy. Despu¨¦s de hacerse grande en Estados Unidos, el peque?o genio norirland¨¦s tiene una cuenta pendiente con el Open, el major de su casa. El a?o pasado, en Saint Andrews, sorprendi¨® con una primera vuelta de nueve bajo par, la mejor jornada inicial en un grande. Claro que se hundi¨® en la segunda con 80 golpes, y ah¨ª perdi¨® todas sus opciones. Lecci¨®n aprendida, como la del Masters pasado, lo que convierte al chico en el hombre a batir. Tiene la confianza por las nubes, su juego est¨¢ en un momento dulce, el swing es pr¨¢cticamente perfecto, y encima no hay ni rastro ahora de Tiger Woods, el golfista que pod¨ªa hacerle sombra. El Tigre llora sus heridas mientras se recupera de una lesi¨®n de rodilla, y desde su casa de California ve c¨®mo McIlroy y el resto de golfista europeos han tomado el mando. La sequ¨ªa de grandes consecutivos sin un triunfo estadounidense es la mayor de la historia: cinco, desde la victoria de Mickelson en Augusta 2010.

El Open ser¨¢ m¨¢s que nunca, o eso parece, una fiesta europea. Martin Kaymer, Lee Westwood y Luke Donald calientan para seguir los pasos de McIlroy y, este a?o, con menos focos que en otras ediciones, Sergio Garc¨ªa espera agazapado una oportunidad. El Ni?o llega despu¨¦s de sufrir como nunca para clasificarse para los dos ¨²ltimos grandes, pero esperanzado por se?ales optimistas en su juego, m¨¢s concentrado y m¨¢s seguro con el putt. El golf, dice, est¨¢ volviendo a sus dedos, ?lvaro Quir¨®s, con problemas f¨ªsicos, Miguel ?ngel Jim¨¦nez, Pablo Larraz¨¢bal (ganador en M¨²nich) y Alejandro Ca?izares completan la representaci¨®n espa?ola. Todos ellos, claro, rendir¨¢n su particular homenaje a Seve, un mito para la eternidad, mientras luchan contra McIlroy, el jugador del futuro.