La transformaci¨®n del rey lagarto
Ryan Lochte, vencedor de los 200 libres, sigui¨® un programa espec¨ªfico desde 2008 para derrotar a Phelps
El campus de la Universidad de Florida en Gainesville contiene uno de esos pantanos t¨ªpicos del sur de Estados Unidos. Se lo conoce como lago Alice y es c¨¦lebre entre los estudiantes por su poblaci¨®n de alig¨¢tores. Ryan Lochte pasa a diario junto al pantano camino de sus entrenamientos en seco y al ver a los reptiles no puede impedir que su imaginaci¨®n le ofrezca posibilidades disparatadas. "Cada vez que veo a esos alig¨¢tores tomando el sol en el agua", dice, "me dan ganas de parar el coche y arrojarme a por ellos. Me encantar¨ªa poder luchar cuerpo a cuerpo con esos animales".
De haber nacido en otra ¨¦poca, probablemente Ryan Lochte se habr¨ªa convertido en el mejor nadador de todos los tiempos. Pero naci¨® en 1984. Un a?o antes que Michael Phelps. Otros habr¨ªan desistido ante la idea. Pero ¨¦l se empe?¨® en confrontarse con una leyenda viviente. Dej¨® que su imaginaci¨®n le hiciera volar y se someti¨® a una de las rutinas de entrenamientos m¨¢s duras e innovadoras que se han puesto en pr¨¢ctica. Ayer, Lochte y Phelps se retaron en una prueba, los 200 libres, que no se ajusta a sus condiciones de estilistas. Lochte en la calle tres y su amigo en la calle dos. Gan¨® Lochte, que nunca se hab¨ªa impuesto a Phelps en unos Mundiales ni en unos Juegos. Su marca, 1m44,44s se aproxim¨® mucho al 1m44,06s de Thorpe en la ¨¦poca previa a la explosi¨®n de los ba?adores impermeables, hoy prohibidos por la FINA. El resultado no cierra la saga sino que la proyecta hasta los Juegos de Londres.
"Ryan es de esp¨ªritu m¨¢s libre, pero no tiene su envergadura", dice su t¨¦cnico
Hijo de Steve Lochte, ex nadador universitario y actual entrenador, siempre tuvo una aproximaci¨®n juguetona al deporte. Comenz¨® en Nueva York, su estado de nacimiento, en un equipo de f¨²tbol escolar. "Lo suyo era el 'soccer'", recuerda su madre, Ileana. "Era un gran lanzador de faltas. Ten¨ªa un excelente golpeo". La mudanza de la familia a Florida le hizo cambiar de actividad. Se inclin¨® por el skate, el surf y la nataci¨®n. Su talento natural para el agua le habilit¨® para nadar los estilos. Pero en los Juegos de 2008 se encontr¨® con dos dificultades insuperables: una indigesti¨®n por empacho de hamburguesas y Michael Phelps.
Su entrenador, Greg Troy, dice: "Hay dos cosas que diferencian a Ryan de Phelps. Primero, tiene un esp¨ªritu un poquito m¨¢s libre. Segundo, no tiene su envergadura". El segundo punto ha marcado su transformaci¨®n como nadador. Con los brazos en cruz, la distancia de una mano de Phelps a la otra es de m¨¢s de dos metros. Lochte no pasa de los 187 cent¨ªmetros. Esto significa que posee casi 20 cent¨ªmetros menos de palancas. Sus apoyos en el agua tienen un l¨ªmite antropom¨®rfico. Para compensarlo, Greg Troy lo someti¨® a un programa doble: por un lado, ganar m¨²sculos para aumentar la eficacia y la frecuencia de las brazadas, por otro, mejorar el nado subacu¨¢tico para nadar todo el tiempo posible bajo el agua, con la ondulaci¨®n del tronco y las piernas. Despu¨¦s de dos a?os de hacer series de 50 metros en apnea, fortaleciendo su tronco con pesas, levantando neum¨¢ticos de tractor y moviendo cuerdas de 20 kilos en una simulaci¨®n de los gestos de la mariposa, Lochte dej¨® de ser el nadador sutil que hab¨ªa sido para convertirse en una especie m¨¢s agresiva.
"Ahora soy mucho m¨¢s fuerte y mucho m¨¢s astuto a la hora de afrontar mis carreras", dijo ayer, cuando se baj¨® del podio. "Hago muchas cosas nuevas en mis entrenamientos. Una de las m¨¢s importantes es comer saludablemente".
Lochte anunci¨® su t¨¢ctica el lunes y el martes la aplic¨® escrupulosamente: "Sab¨ªa que Michael saldr¨ªa adelante. S¨¦ lo r¨¢pido que puede nadar y procur¨¦ mantenerme a una distancia que me permitiera llegar al ¨²ltimo largo en situaci¨®n de dar el golpe. Hice un buen trabajo en la parte que se me da bien, que son los virajes y el nado subacu¨¢tico. Ese fue el plan y funcion¨®".
En los virajes de 100 y de 150 consigui¨® nadar m¨¢s de diez metros bajo el agua, donde el deslizamiento es m¨¢s exigente pero m¨¢s r¨¢pido. Emergi¨® cuando Phelps ya iba en la superficie. La maniobra le ahorr¨® distancia y desgaste de brazos. A¨²n as¨ª, dio 30 brazadas en el tercer largo y 35 en el cuarto, frente a las 31 y 28 de Phelps en los mismos segmentos.
En el tercer largo Lochte consigui¨® preparar su golpe decisivo: hizo 26,29s frente a los 27,20s de Phelps y los 26,91s de Biedermann. En un esfuerzo supremo, Phelps le adelant¨® a falta de 20 metros pero entonces Lochte exhibi¨® lo inefable. La casta. Como record¨® Bob Bowman, entrenador de Phelps: "Ryan acab¨® con mucho coraz¨®n".
Bowman, el hombre que ha moldeado a Phelps desde los diez a?os, estaba m¨¢s que satisfecho con el resultado de una prueba que hab¨ªa mostrado los progresos de su nadador: "Estoy feliz por todo lo que ha pasado en los 200 libres. Si se miran las carreras de Michael su tercer 50 siempre es un poco lento. Probablemente porque no da las suficientes patadas subacu¨¢ticas al virar en la segunda pared. Tal vez quiso ahorrar un poquito de energ¨ªa para el ¨²ltimo 50. Fue un detalle. Al salir del ¨²ltimo viraje iba tercero y creo que recuper¨® de tal manera que se puso en cabeza. Lo hizo muy bien. Creo que para Michael ha sido muy positivo poder nadar en 1,44. Valoro much¨ªsimo los tiempos que se han hecho. Thorpe estableci¨® el r¨¦cord en 1m44,06s en 2001 y Michael hizo 1m44,8s en Atenas. Nadar por debajo de 1m44,8 ha estado muy bien".
Phelps fue m¨¢s lac¨®nico que su entrenador cuando, en tono reflexivo, repas¨® una carrera que le sirve para examinar su puesta a punto para los Juegos de Londres. "Ryan me ha estado matado ¨²ltimamente", dijo, en relaci¨®n a los Nacionales del a?o pasado y a los 200 libres que nadaron juntos en Texas en enero. "S¨®lo llevaba entren¨¢ndome para esta noche entre ocho y seis meses", concluy¨®. "Lo que he dado era todo lo que ten¨ªa en el dep¨®sito. Pero estoy volviendo a donde quer¨ªa estar. Metido en carrera. Implicado y no simplemente destruido cada vez que entro en el agua. Estoy satisfecho. Ser un segundo m¨¢s r¨¢pido que el a?o pasado es todo lo que pod¨ªa pedir en este momento".
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