Phelps se quita un piano de encima
El estadounidense gana en los 200 metros mariposa su primer oro y da por terminada su traves¨ªa del desierto con la vista en los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres
Por primera vez en dos semanas se distingui¨® el azul del cielo en el brumoso delta del Yangts¨¦ y el pabell¨®n principal del centro acu¨¢tico de Shangh¨¢i se abarrot¨® con miles de chinos que se apresuraron a salir del trabajo antes de las cinco de la tarde para verlo en vivo. La multitud esperaba asistir a un acontecimiento cargado de simbolismo: el h¨¦roe local, Wu Peng, sometiendo a la leyenda estadounidense, Michael Phelps, en la final de los 200 metros mariposa. La atm¨®sfera se carg¨® de un rumor electrizante cuando los nadadores saltaron al agua. Un chillido general acompa?¨® el primer 50. A partir de ah¨ª comenz¨® a hacerse el silencio. La quietud fue completa cuando el cron¨®metro se detuvo en 1m 53,34s. Phelps acababa de conquistar su primer oro en estos Mundiales.
A lo largo de la historia del deporte, han sido contadas las ocasiones en que un hombre ha dominado durante tanto tiempo, y con tanta frecuencia, una disciplina. En la nataci¨®n no ha existido un caso igual al de Phelps, que entre 2002 y 2011 gan¨® todas las pruebas de 200m mariposa que disput¨®. M¨¢s de 60 carreras. Ocho r¨¦cords del mundo consecutivos. Cinco t¨ªtulos mundiales y dos oros ol¨ªmpicos. Todo eso logr¨® el nadador de Baltimore en los 200m mariposa antes de cumplir los 26 a?os. Hasta que una tarde de s¨¢bado, en abril de este a?o, en Ann Arbor, un pueblo perdido en el bosque, en el que la Universidad de Michigan tiene su sede, un joven del club local, los Wolverines, acab¨® con la magia de su imbatibilidad. El vencedor hab¨ªa nacido en China y se llamaba Wu Peng. Por detr¨¢s tocaron la pared Marcin Cieslak y Scott Clary. En la cuarta posici¨®n, con un tiempo de 1m 57,79s, una marca que habr¨ªa sido buena hace 20 a?os, lleg¨® Phelps. Lo hizo agotado. Se sinti¨® como un extra?o.
El Gran Premio de Michigan anticip¨® lo que suceder¨ªa en el de Charlotte y en el de Santa Clara, en los que Phelps volvi¨® a ser superado por Wu Peng y por el australiano Nick D'Arcy en la prueba que hab¨ªa sido su territorio sagrado. La sucesi¨®n de derrotas, en medio de los rumores de su vida disoluta y su creciente desapego por la competici¨®n, alimentaron la idea de que su retirada, anunciada para despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres, ser¨ªa un acontecimiento menos glorioso para el deporte que para el m¨¢rketing. Pero en Shangh¨¢i la realidad, los tiempos, la voluntad, han revelado una situaci¨®n totalmente diferente. Phelps ha regresado.
"Me siento muy bien", dijo, con una sonrisa medida, al acabar una jornada en la que tambi¨¦n se clasific¨® para la final de los 200m estilos; "he tenido un a?o muy duro en esta carrera [los 200m mariposa]. He estado escribiendo continuamente en mi diario todos los tiempos que me propongo hacer en este evento. Voy a buen ritmo. Todo lo que me he propuesto lo he conseguido. Escrib¨ª que para los Mundiales estar¨ªa por debajo de 1m 53s y ah¨ª estoy. Siento que he regresado, que soy mi viejo yo. En los ¨²ltimos 100 metros, y especialmente en los ¨²ltimos 25, esta primavera me sent¨ªa morir. Cada vez que sacaba los brazos fuera del agua era como si cargara un piano en la espalda. Ahora quiero ser m¨¢s r¨¢pido todav¨ªa. Este ha sido solo un peque?o paso".
Bob Bowman, el rubicundo entrenador que ense?¨® a nadar a Phelps desde que era un alev¨ªn, le sigui¨® con la mirada desde la grada de Shangh¨¢i mordiendo los papeles de las listas de salida. Cuando le preguntaron qu¨¦ desenlace se esperaba, respondi¨®: "?Sab¨ªa que iba a ganar!". El brillo entusiasmado en la mirada de Bowman, gran aficionado a las carreras de caballos, delataba que la puesta a punto para los Juegos de 2012 va bien encaminada. "Esta prueba es mi pan y mi mantequilla", dijo Phelps, que admiti¨® nadar una carrera muy t¨¢ctica: "No trabaj¨¦ el nado subacu¨¢tico como deb¨ªa porque me ahorr¨¦ las piernas para acelerar al m¨¢ximo en los ¨²ltimos 50. Me imagin¨¦ que Matsuda [el japon¨¦s, en la calle de su izquierda] acabar¨ªa muy fuerte".
Matsuda fue plata con 1m 54,01s. Wu Peng fue bronce con 1m 54,67s. Y Phelps, que baj¨® de 1m 54s e hizo una de esas marcas que hac¨ªa en 2006, se quit¨® un piano de encima.
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