Una emocionante equivocaci¨®n
Froome esprinta por una bonificaci¨®n inexistente y Cobo se perfila como ganador
En esto que el Sky de Froome se pone a tirar en Urkiola con una escapada por delante. Al trantr¨¢n, sin exponerse. ?Uhmmm! Quiz¨¢s Froome quiera romper a Cobo en los ¨²ltimos kil¨®metros, en las ¨²ltimas herraduras atestadas de p¨²blico. En esto que Froome no ataca, que Cobo le sigue y le sigue con la mirada del Bisonte, cabeza abajo, huidizo, nada de reojos, resoplando. C¨¢balas en el pelot¨®n. Si no ataca aqu¨ª, un puerto corto, ?qu¨¦ ha tramado?: ?el sprint intermedio?, ?el final? ?Uhmmm! El final es dif¨ªcil en un grupo amplio. Hay sprinters Como no sea que el Sky ponga una barrera de nueve hombres en los ¨²ltimos 500 metros, dif¨ªcil que el keniano-brit¨¢nico pueda coger una bonificaci¨®n en la meta. ?Entonces? ?Ya est¨¢! El sprint bonificado. ?Cuidado!
En esto que se avista una pancarta y el Sky se estira, aprieta, y Froome levanta sus 191 cent¨ªmetros. Parece un albatros hambriento en busca de los segundos de bonificaci¨®n. Cobo, el bisonte, sigue al albatros. Encogido, m¨¢s bajo pero m¨¢s ancho, sobresale por los costados m¨¢s que por las alturas, donde no le da el sol. Y esprintan. Antes ha pasado Barredo, escapado, que les ha robado el premio gordo. Luchan por el segundo premio, pero cualquier cosita vale. Froome es segundo y Cobo es tercero. Pero... En esto que el sprint intermedio se ha cambiado y aquella pancarta pod¨ªa ser publicitaria o de las fiestas del pueblo. El sprint est¨¢ cuatro kil¨®metros m¨¢s adelante porque, a ¨²ltima hora, se ha cambiado, aunque se supone que todos los directores y los ciclistas estaban avisados. "Yo pens¨¦ que era un ataque de lejos de Froome", dijo despu¨¦s Cobo, "y por eso salt¨¦ a su rueda. Luego, cuando cruzamos la pancarta, le dije que ese no era el sprint intermedio y la verdad es que se qued¨® muy sorprendido". La tensi¨®n no atiende a razones. As¨ª es esta Vuelta, con el tensi¨®metro permanentemente en el brazo y con dos meritorios elevados a la categor¨ªa de estrellas por sus propios medios.
Froome y Cobo son como hermanos siameses: no pueden separarse. Si uno se levanta, el otro se levanta; si uno mea, el otro mea. Pancarta de sprint o pancarta de fiestas... ?Qu¨¦ m¨¢s da! La Vuelta est¨¢ en un pa?uelo de 13 segundos. Como para ruborizarse por un estornudo, por unos mocos inoportunos...
Ah¨ª, en ese intento err¨®neo, en esa equivocaci¨®n, en esa alteraci¨®n de los sentidos, en esa taquicardia del ¨¢nimo, se dio casi por finalizada la Vuelta. En la meta gan¨® un sprinter nato, Bennatti, con relativa facilidad en un festival italiano (Gasparotto fue segundo y Caruso tercero). Era m¨¢s emotivo que significativo. De haberse producido aquel resultado fallido, un poco chusco, Froome habr¨ªa restado un segundo a Cobo. N¨¢. Aun as¨ª, el c¨¢ntabro es tan cauto como sincero. "Matem¨¢ticamente, todav¨ªa no he ganado la Vuelta. Quedan dos sprints bonificados y tres bonificaciones m¨¢s en la meta de Madrid. Por eso solo puedo pensar que estoy muy cerca de ganar la carrera", advirti¨®, "pero me parece que Froome tiene todo el derecho del mundo a atacar en Madrid. La ¨²ltima etapa es un d¨ªa m¨¢s en la cerrera. ?l pensar¨ªa lo mismo si estuvi¨¦ramos al rev¨¦s en la clasificaci¨®n".
La Vuelta dio el ¨²ltimo aliento en Urkiola: "Me relaj¨¦ al ver que lleg¨¢bamos juntos", dijo Cobo. Y el ¨²ltimo suspiro, en el dichoso sprint intermedio fallido. Queda Madrid, donde Froome no puede ganar frente a los malditos roedores de las llegadas veloces, y quedan los dos enigm¨¢ticos pasos por los sprints intermedios de La Cibeles. Las ¨²ltimas bocanadas de una carrera extra?a, sorprendente, inquietante, alterada, variable y con un final inesperado. Quiz¨¢s por eso, bella.
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