An¨ªbal, m¨¢s mexicano que nunca

An¨ªbal Zurdo (Villahermosa, M¨¦xico; 1982) entr¨® en la historia del Guadalajara hace apenas dos semanas. En el minuto 21 del partido ante el Xerez (0-2), se convirti¨® en el primer futbolista del club en marcar un gol en la Segunda Divisi¨®n, dado que el primer tanto de los alcarre?os ante Las Palmas (1-1), en su debut absoluto en la categor¨ªa de plata, fue un autogol. En la siguiente jornada el delantero repiti¨® con su derecha afinada, inaugurando el marcador en el triunfo (2-1) ante el Huesca. Los horizontes de An¨ªbal, sin embargo, van mucho m¨¢s all¨¢ de hacerse un hueco en los anales del Guadalajara. Su objetivo es vestir la camiseta de la selecci¨®n de M¨¦xico. Poco le importa que ya tenga 28 a?os, que nunca haya pisado los campos de Primera Divisi¨®n -y hasta este curso, ni siquiera de Segunda- y, sobre todo, que haya vivido toda su vida en Espa?a desde los dos a?os. "Mi padre es de Zamora y mi madre, de Madrid. Dos a?os antes de que yo naciera, se fueron a visitar a un t¨ªo que se ha pasado en M¨¦xico media vida", explica el punta; "se quedaron para trabajar cuatro a?os y en ese periodo nac¨ª yo; por eso tengo doble nacionalidad".

El suyo no es un sue?o que arrastre desde sus primeras patadas a un bal¨®n, sino algo reciente. Un sue?o tard¨ªo, nacido el pasado verano por unas llamadas desde el otro lado del oc¨¦ano. "Me contactaron unos representantes de la Federaci¨®n mexicana para preguntarme sobre mis papeles, si ten¨ªa la nacionalidad; iban a hacer una preselecci¨®n de 35 futbolistas y estaban sigui¨¦ndome desde los playoffs", relata An¨ªbal, que con 12 tantos fue uno de los protagonistas del ascenso del Guadalajara. "Entonces vinieron a entrevistarme alg¨²n diario sobre el asunto y despu¨¦s me llamaron unas radios mexicanas, as¨ª que empec¨¦ a so?ar con eso, aunque de momento no ha habido nada m¨¢s", precisa el punta. Que se abra de repente la posibilidad de jugar con la selecci¨®n campeona de la ¨²ltima Copa de Oro -la competici¨®n continental de Norte y Centro Am¨¦rica- es todo un lujo para un futbolista crecido en los campos de la Segunda B. Benidorm, Lanzarote, Legan¨¦s y Guadalajara han sido sus ¨²ltimos paraderos. Sus registros goleadores suelen rondar los 10 tantos por temporada. "Siempre me ha pasado marcar poco al principio y mejorar despu¨¦s, porque cuanta m¨¢s presi¨®n hay, m¨¢s rindo. Este a?o, he empezado bien porque en Segunda hay presi¨®n desde el primer minuto".

Como todo sue?o maduro, el de An¨ªbal tiene mucho de pragmatismo. "Ser¨ªa una ocasi¨®n ¨²nica, pero factible. No ser¨ªa como so?ar con la camiseta de La Roja", argumenta. Aunque los delanteros que copan las l¨ªneas avanzadas de la Tri, como Chicharito Hern¨¢ndez (Manchester United), Giovani dos Santos (Tottenham) y Carlos Vela (Real Sociedad) parezcan de momento de otra galaxia. "Asustan, claro que asustan. Pero en el caso de que se concretase una llamada, hay que ir all¨ª con la humildad que siempre me ha caracterizado. Con los m¨¦ritos que he hecho en los campos menores", aclara.

Para su entrenador, Carlos Terrazas, las comparaciones con las estrellas mexicanas no deber¨ªan amedrentar a su delantero. "?l est¨¢ muy ilusionado con este asunto, es un jugador ambicioso a pesar de su edad, y ser¨ªa capaz de adaptarse y conectar con futbolistas de ese nivel"; considera Terrazas; "ha mejorado mucho con los a?os, sobre todo en la fase de construcci¨®n del juego. En Segunda B, mucha gente de valor es condenada al ostracismo solo por haber empezado en esa categor¨ªa. Ahora est¨¢ demostrando que pod¨ªa jugar en Segunda ya desde hace a?os". De M¨¦xico, An¨ªbal sabe poco. All¨ª le llamaban El Rubio porque el color de su pelo contrastaba con los ni?os morenos de Tabasco, pero eso se lo contar¨ªa su t¨ªo a?os m¨¢s tarde. ?l, que regres¨® con sus padres a Espa?a con dos a?os, no tiene recuerdos de aquella etapa de su vida. "Solo volv¨ª hace un a?o, por mis vacaciones. Fui a Canc¨²n y desde all¨ª recorr¨ª el pa¨ªs para conocerlo. No es mucho. Ser¨ªa un honor vestir la camiseta de M¨¦xico, pero no puedo decir que lo extra?o", admite honestamente el ariete. Otra cosa es que jugar con una selecci¨®n, aunque sea de rebote, no le ocurre a cualquiera. An¨ªbal se siente ahora m¨¢s mexicano que nunca.