El Madrid tiene de todo
Con Ramos imperial en el eje de la defensa y Benzema en el frente, el equipo espa?ol golea al Lyon
No es una obra redonda, pero el Madrid transmite una extraordinaria sensaci¨®n de poder¨ªo. Es contundente como pocos y ante su espejo los rivales se empeque?ecen. Le ocurri¨® al Lyon, manso como nunca, atrincherado a la espera de un milagro, pero este Madrid no es un equipo que conceda. Tiene mand¨ªbula y pu?o de hierro. Ni siquiera precisa la excelencia para resolver la mayor¨ªa de los partidos, lo mismo da la Liga que la Champions. En noches como la de ayer le basta con la firmeza de Sergio Ramos, buen lateral, magn¨ªfico central; la arquitectura de Xabi Alonso, la sociedad Marcelo-Cristiano y la sinton¨ªa de Benzema, goleador y asistente.
Ante el momento sublime de Higua¨ªn, a nadie med¨ªa tanto el duelo con el Lyon como a su exinquilino Benzema. Aquel chico que evocaba al hier¨¢tico Anelka quiere competir. Pese a las sospechas por su aire asc¨¦tico, el franc¨¦s, definitivamente, se ha sumado a la causa. Mourinho se lo ha ganado y, si el curso pasado cre¨® un cisma a costa de su n¨®mina de delanteros, hoy tiene dos que valen por cuatro.
REAL MADRID, 4 - LYON, 0
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Khedira (Coentr?o, m. 61), Xabi Alonso; Di Mar¨ªa, ?zil (Kak¨¢, m. 66), Cristiano; y Benzema (Higua¨ªn, m. 72). No utilizados: Ad¨¢n; Varane, Granero y Callej¨®n.
Olympique de Lyon: Lloris; R¨¦veill¨¨re, Kon¨¦, Lovren, Cissokho; Fofana, K?llstrom; Briand, Gourcuff (Ederson, m. 66), Bastos; y Gomis (Dabo, m. 80). No utilizados: Vercoutre; Gassama, Cris, Gonalons, Lacazzete.
Goles. 1-0. M. 19. Benzema. 2-0. M. 47. Khedira. 3-0. M. 55. Lloris, en propia puerta. 4-0. M. 81. Sergio Ramos.
?rbitro. C¨¹neyt Cakir (Turqu¨ªa). Amonest¨® a Xabi Alonso, Briand, Kon¨¦ y Briand.
85.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Tras una puesta en escena explosiva, con Marcelo y Cristiano al asalto una y otra vez, sin adversarios que cerraran la fuga, el Madrid abri¨® la cuenta desde una esquina. ?zil ejecut¨® un c¨®rner del laboratorio de Valdebebas, CR pein¨® la pelota y al poste m¨¢s lejano llegaron desbocados Ramos y Benzema. Marc¨® el franc¨¦s como pudo hacerlo el andaluz. No hubo, ni antes ni despu¨¦s, se?ales del Lyon, con nueve jugadores colgados del tendal de su portero. Nada que ver con el equipo que tanto hab¨ªa torturado al Madrid en las ¨²ltimas temporadas. Ha perdido talento y hoy es un grupo asustadizo, sin chicha. Siempre fue a rebufo de todo madridista, hasta cuando el Madrid decidi¨® aflojar. Nunca lo hizo Sergio Ramos, un lateral que siempre tuvo alma de central. Para su disgusto, por unas u otras cuestiones, desde su fichaje por el Madrid en 2005 se ha visto abocado a la orilla, donde no siente la jerarqu¨ªa que concede la posici¨®n en el eje de la zaga. En estas temporadas, Ramos ha ganado m¨¢s peso en el vestuario que en el campo, donde el puesto de lateral exige menos graduaci¨®n. Ante el Lyon, Mourinho le premi¨® como pareja de Pepe y su respuesta fue impecable: sobrio, atento e inexpugnable, sin una fisura. Tan dominante en su ¨¢rea como en la contraria. Si pudo marcar el primer gol, le lleg¨® su hora en el cuarto. Es m¨¢s que probable que Carvalho le devuelva al lateral, su marr¨®n particular.
Notable en todas sus l¨ªneas, el Madrid se manej¨® a su antojo, gobern¨® los tiempos con suficiencia. A cada aceler¨®n local, el Lyon perd¨ªa la cadena. Lleg¨® a Madrid para empatar y se pudo ir a¨²n m¨¢s vapuleado si el ¨¢rbitro no se enreda como ¨¦l solo. Con un 1-0, Alonso, p¨ªcaro, sac¨® una falta con premura hacia Benzema, que marc¨®. Lo ¨²nico ilegal de la jugada fue la actuaci¨®n del turco Cakir, que dio la espalda a la jugada para contar unos pasos que nadie le pidi¨®.
El Madrid puso r¨¢pidamente remedio a la pifia arbitral. Kon¨¦ y Lloris entregaron la cuchara apenas iniciado el segundo acto. La superioridad del conjunto de Mourinho era elocuente. No precisaba regalo alguno. Pero los tuvo: primero, a Kon¨¦ se le anudaron las piernas y se resbal¨® mientras esprintaba con Benzema, que prest¨® el gol a Khedira. Luego, tambi¨¦n con Benzema por el medio, ?zil, que ha perdido hilo en los ¨²ltimos partidos, irrumpi¨® por la izquierda del ¨¢rea de Lloris, que con su cadera convirti¨® en gol lo que era un centro. Luego lleg¨® Ramos, el triunfador de la noche, y puso el broche.
Coser y cantar para un Madrid que tiene otro vuelo, inalcanzable para la mayor¨ªa. A la espera del Bar?a, el equipo crece, exprime cada vez mejor su versatilidad y enchufa adeptos a la causa. El sosiego general ha sido su mejor receta. Ahora hay sonrisas. El equipo funciona mejor sin vinagre por mucho que Cristiano se quede dos partidos seguidos sin marcar cuando su gente ha hecho ocho goles.
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