El Madrid resiste al descontrol

Un rato de f¨²tbol en la primera parte y mucho de oficio en la segunda para matar el encuentro a la contra. Eso hizo el Madrid para derribar un Valencia apasionado que se qued¨® sin partido cuando m¨¢s lo necesitaba. Mestalla hubiese deseado media hora m¨¢s porque se hab¨ªa enamorado de su equipo, del orgullo de su capit¨¢n, Albelda, que levant¨® a su equipo de las cenizas. Aunque fuera insuficiente ante un Madrid m¨¢s eficiente que brillante, muy acertado ante Diego Alves.

Si el objetivo de Emery con la alineaci¨®n de Parejo era emparejarlo con Xabi Alonso, en ese aspecto fracas¨®. Entre que uno no es muy intenso en la presi¨®n y el otro es muy h¨¢bil para desmarcarse, el mediocentro donostiarra jug¨® a placer. Alonso dict¨® una lecci¨®n m¨¢s en Mestalla, marcando el ritmo que en casa momento le interesaba al Madrid. Ahora lo sub¨ªa, ahora lo bajaba. Y mientras unos y otros se despistaban tras una falta de Miguel a Marcelo en el centro del campo, ¨¦l envi¨® largo y raudo el bal¨®n a la espalda de Rami. Lleg¨® a ese espacio Benzema, pinch¨® la pelota con la derecha y la vole¨® cruzado a gol con la izquierda, junto al poste de Diego Alves. Un gol de alta escuela por la rapidez y la precisi¨®n tanto en el pase como en el control y el remate.

Las revoluciones iniciales del Valencia quedaron silenciadas a los 10 minutos, cuando el Madrid conquist¨® el medio del campo local con suma facilidad. Y la ayuda impagable de Sergio Ramos, que act¨²a cuando le da la gana de mediocentro, una m¨¢s de impulsar a su equipo hacia la porter¨ªa contraria. El Madrid presion¨® muy arriba, obligando a un ejercicio de prestidigitaci¨®n de la zaga valencianista alrededor de Diego Alves, pero acab¨® por taparle todas las salidas al conjunto de Emery.

Mou gan¨® la batalla del centro del campo. Su trivote funcion¨® mejor que el valencianista. Lass y Khedira tuvieron m¨¢s presencia que Tino Costa y Parejo, mientras que Xabi y Albelda, en las posiciones m¨¢s retrasadas, equilibraban la balanza. Tambi¨¦n porque la aportaci¨®n de los interiores valencianistas, Feghouli y Mathieu, fue m¨ªnima: se quedaron colgados en la l¨ªnea defensiva de cuatro madridista, sin darle ninguna salida a sus compa?eros. Soldado, una isla, no pudo competir con los gigantes Pepe y Sergio Ramos.

El Madrid levant¨® el pie en el cuarto de hora final de la primera parte. ?O era cansancio tras la extenuante semana? Porque arranc¨® la segunda parte con algunos s¨ªntomas preocupantes: perdiendo tiempo en la marcha de Arbeloa, sustituido por Albiol, recibido con aplausos en su vuelta a casa.

El Valencia empez¨® a pisar, ahora s¨ª, el ¨¢rea madridista y Soldado se qued¨® a un palmo de embocar un centro desde la izquierda de Mathieu. Los madridistas llegaban siempre tarde y empezaron a recibir tarjetas. El partido se ensuci¨® y el conjunto de Emery perdi¨® el hilo con el que hab¨ªa comenzado la segunda parte. A fin de recuperarlo, el t¨¦cnico vasco recurri¨® a Jonas, feliz tras haber marcado esta semana dos goles con Brasil, jugador mucho m¨¢s punzante que Parejo. Pero despu¨¦s de tantas interrupciones, en las que el Madrid parec¨ªa tomar aire, el Valencia se encall¨®.

Y el Madrid se cerr¨®, partido en dos, dejando que Cristiano Ronaldo les diera un respiro en alguna contra. CR7 arranc¨® en su campo, zigzague¨® pero choc¨® contra la roca de Rami. Sali¨® un c¨®rner, sin embargo, y, al centro de ?zil lo cabece¨® picado Sergio Ramos, imperial en el salto, provocativo en la celebraci¨®n, coloc¨¢ndose la mano en la oreja para o¨ªr sarc¨¢sticamente a la grada.

Tras deliberar Emery con su segundo, Carcedo, llegaron a la conclusi¨®n de que Pablo le dar¨ªa m¨¢s profundidad a su equipo que un desacertado Feghouli. Lo hizo, en la primera acci¨®n: recogi¨® un pase de Jonas y, tras rechazar Casillas su disparo, Soldado lo emboc¨® con precisi¨®n desde la frontal. Pablo iba a ser decisivo tambi¨¦n en el segundo gol local. Su centro, muy forzado desde la derecha, lo remat¨® otra vez Soldado de forma acrob¨¢tica.

El Valencia volvi¨® a acercarse despu¨¦s de que Cristiano hubiera abierto brecha, en otra acci¨®n vertiginosa de contragolpe, aprovechando una mala salida de Alves. Mestalla se acord¨® de Messi para mitigar el dolor del gol del delantero luso. Los ¨²ltimos minutos fueron apasionantes. El Valencia carg¨® con todo, ya con Aduriz en el campo, y termin¨® enviando un bal¨®n al larguero y reclamando otras manos dentro del ¨¢rea que el ¨¢rbitro no apreci¨®.

Valencia 2 - Real Madrid 3