El Cruyff de los Balcanes

El d¨ªa de su debut con la selecci¨®n croata un aficionado se acerc¨® a Luka Modric y le hizo un regalo muy especial, una camiseta naranja con el n¨²mero 14, una r¨¦plica de la que visti¨® Johan Cruyff en el mundial alem¨¢n de 1974. Con ese dorsal a la espalda y su innegable parecido al genial holand¨¦s, Luka Modric acapara buena parte del talento croata, tierra de virtuosos centrocampistas como Prosinecki o Boban. No llega a la altura de ese talento, pero arribar¨¢ a la Eurocopa en el punto m¨¢s alto de su carrera futbol¨ªstica, valorado en el Tottenham, pretendido por el Chelsea, donde trat¨® sin ¨¦xito de forzar su salida el pasado verano. Ni 40 millones de euros le bastaron a Abr¨¢movich para convencer al equipo de White Hart Lane.

Modric necesita sentirse importante para rendir y tanto en Londres como en Croacia su t¨¦cnico Harry Redknapp y Slaven Bilic le han concedido galones. Joven promesa del balompi¨¦ balc¨¢nico, ha sabido evolucionar desde la mediapunta a posiciones m¨¢s retrasadas. R¨¢pido en una selecci¨®n de lenta cadencia, tiene m¨¢s potencia de disparo y capacidad agon¨ªsitica de la que anuncia su endeblez f¨ªsica (no llega a los 70 kilos de peso y apenas supera el metro y setenta de altura). Naci¨® en la costera Zadar, pero creci¨® en el vivero del gran rival, el Dinamo de Zagreb, que ingres¨® 21 millones de euros por su traspaso a los Spurs tras la Eurocopa de 2008.

Daniel Levy, presidente del club londinense, fue claro con los dirigentes del club croata cuando se acerc¨® a Zagreb a cerrar el traspaso. "Les doy tres millones de libras m¨¢s de la mejor oferta que tengan por ¨¦l". Hac¨ªa poco meses que hab¨ªa deslumbrado en una victoria en Wembley (2-3) con su selecci¨®n. En la pasada Eurocopa se mostr¨®, en ¨¦sta buscar¨¢ su consagraci¨®n y volver a ponerse en el escaparate con un objetivo in¨¦dito en la competici¨®n para su pa¨ªs: superar los cuartos de final.