El milagro marsell¨¦s
El OM voltea el resultado ante el Dortmund (2-3) en el ¨²ltimo suspiro y destroza al Olympiacos de Valverde.- El Oporto no puede con el Zenit (0-0) y va a la Liga Europa, como el Viktoria
Se daba por descabalgado de Europa el Olympique de Marsella, que sufri¨® de inicio y de lo lindo ante un Borussia Dortmund delicioso, equipo que record¨® al del curso pasado, gobernador, con toque, v¨¦rtigo en el ataque y remate oportuno. Un pu?al que mataba suave. Kuba finiquit¨® un centro desde el costado y Hummels defini¨® en un penalti que llev¨® a Kehl a la enfermer¨ªa. Era el Dortmund m¨¢s fiero, una versi¨®n inigualable. Pero quedaba por ver al Borussia, el otro equipo, el que parece no haber asumido la marcha del tim¨®n (Sahin), m¨¢s blando, irregular, inconstante. As¨ª, un centro de Amalfitano y un remate del internacional R¨¦my justo antes de ponerle el lazo al primer acto, acab¨® en el primer disparo del OM y en el primer gol. Luz francesa. Fue suficiente. Eso y Valbuena.
El Signal Iduna Park (otrora Westfalenstadion), silencioso porque el triunfo de nada serv¨ªa -venc¨ªa el Olympiacos en el otro duelo del grupo y les apeaba de Europa a las primeras de cambio-, no contagi¨® al Marsella, que depend¨ªa de s¨ª mismo para seguir en la m¨¢xima competici¨®n europea. Abatido, el Borussia ense?¨® su peor cara, la flaca, la que no resuelve, no controla el duelo, recula metros y concede oportunidades por definici¨®n. Por lo que un de nuevo el pie de Amalfitano puso un bal¨®n al ¨¢rea y Andr¨¦ Ayew, atento, envi¨® el cuero a gol. Quedaban cinco minutos. M¨¢s que de sobras para Valbuena, que en un santiam¨¦n, en un abrir y cerrar de ojos, recibi¨® la pelota en el costado izquierdo, lanz¨® un quiebro, se adecu¨® el bal¨®n a su perfil bueno y solt¨® un zapatazo con rosca que no fue a la escuadra pero tampoco le falt¨® mucho. 2-3. El OM pasaba ronda, todo un milagro de cinco minutos. Afon¨ªa provocada en Alemania y mazazo terrible en Grecia.
El club paga a medias, con bastantes cuentas pendientes porque la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs es raqu¨ªtica. El club tiene un presidente, Vaggelis Marinakis, que se excede en ocasiones al tomar funciones de director deportivo. El club ya no atrae a futbolistas de renombre como anta?o porque ha desvanecido el boom griego, cuando se vend¨ªa el ambiente, la competici¨®n y el pago puntual. Pero el club, el Olympiacos, compite de maravilla, sobre todo porque el t¨¦cnico Ernesto Valverde sabe lo que se hace. Solo el gol de Valbuena sobre la bocina le impidi¨® seguir en la Champions, quiz¨¢ la ¨²nica deuda de Valverde con la entidad del laurel, que anoche se impuso a un Arsenal (3-1) de post¨ªn -los gunners no se jugaban nada, primeros de grupo, con m¨¢s suplentes y juveniles de habitual en Wenger- , y certific¨® su pase para la Liga Europa.
Para Marinakis, tambi¨¦n populista, no hay otro como Valverde. Por eso hace dos a?os, cuando el equipo estaba roto, perdedor en la Liga ante el Panathinaikos (eterno rival) y apeado en la previa de la Liga Europa ante el Maccabi israel¨ª, le llam¨® hasta en tres ocasiones para seducirle, para convencerle de que regresara. No en vano, la afici¨®n le idolatra porque en su primera aventura (2009) fue capaz de ganar el doblete. La Liga la gan¨® con solvencia y la Copa, en un duelo tremendo, en una tanda de penaltis tras un intenso 4-4 ante el AEK Atenas. Pero Valverde, sin embargo, ten¨ªa un regusto amargo, sabedor de que fracas¨® en la Champions; perdi¨® en la previa ante el modesto Anorthosis chipriota. As¨ª, Valverde acept¨® regresar a la tercera llamada del presidente y, tras recuperar el t¨ªtulo liguero el a?o anterior, a punto ha estado de hacer historia, de meter al equipo entre los 16 mejores de Europa. No ha sido as¨ª, pero Valverde, como le reconoce la afici¨®n y el presidente, es el laurel del Olympiacos, ese mismo que porta el joven atleta ganador de los Juegos Ol¨ªmpicos que se representa en el escudo del club.
GRUPO F: Arsenal, 11; Marsella, 10; Olympiacos, 9; y Dortmund, 4.
El Leverkusen, detr¨¢s del Chelsea
El campo del Genk, Fenix Stadion, ha resultado de lo m¨¢s decisivo, juez ¨²nico del grupo. All¨ª, empat¨® el Valencia en la apertura del torneo -debilidad que le ha costado la clasificaci¨®n-, all¨ª igual¨® el Chelsea y ah¨ª firm¨® las tablas anoche el Leverkusen (1-1), que perdi¨® la primera plaza, incapaz de doblegar al equipo belga.
Queda primero de grupo el equipo de Villas-Boas, que mantiene su apuesta por el relevo generacional, que fue capaz de sentar a Lampard ante el partido m¨¢s capital en lo que iba de curso. Le fue bien; super¨® con holgura al Valencia (3-0) y aguarda rival en los octavos de final.
GRUPO E: Chelsea, 11; Leverkusen, 9; Valencia, 8; y Genk, 2.
El Oporto, apeado
Con el APOEL clasificado, el Zenit y el Oporto se jugaban en un duelo de alta alcurnia la vida en la m¨¢xima competici¨®n continental. Le bastaba al Oporto con la victoria en Do Drag?o. Pero no es el a?o del equipo portugu¨¦s, por m¨¢s que vaya primero en la Liga con el Benfica; ya perdi¨® hace dos semanas en la Copa ante el Acad¨¦mica (3-0) y anoche no pudo pasar del empate (0-0) ante el conjunto ruso. Queda apeado de la Champions, que no de la Liga Europa.
El fiasco, en cualquier caso, ha sido el Shakhtar. No le ha servido en esta ocasi¨®n la mezcla de brasile?os ofensivos y solo ha sumado un triunfo en la liguilla, el obtenido ayer ante el chipriota APOEL (0-2), tan sorprendente como exitoso campe¨®n y l¨ªder del grupo.
GRUPO G: APOEL, 9; Zenit, 9; Oporto, 8; y Shakhtar, 5.
El Viktoria, a la Liga Europa
Resuelto el grupo en la jornada anterior, con el Bar?a como campe¨®n y el Milan segundo, los duelos sirvieron para el festejo. Sobre todo el del Camp Nou, que celebr¨® el futuro que le viene, con la goleada de los ni?os (4-0) al Bate Borisov bielorruso. El otro homenaje se dio en la Rep¨²blica Checa, puesto que el Viktoria Plzen, clasificado para la Liga Europa, fue capaz de remontar su encuentro para firmar las tablas definitivas (2-2) con el Milan, que tuvo en Robinho y Pato a sus goleadores.
Clasificaci¨®n: Barcelona, 16; Milan, 9; Viktoria Plzen, 5; y Bate, 2.
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