El ardor del N¨¢poles es suficiente
El conjunto italiano vence al Villarreal (0-2) y se clasifica para la siguiente ronda europea dos d¨¦cadas despu¨¦s
Como no pod¨ªa resultar de otra manera, a falta de f¨²tbol, la pasi¨®n result¨® suficiente al N¨¢poles para vencer a un Villarreal en un periodo de indefinici¨®n, irreconocible en estos momentos, sin nada que le distinga e identifique, carente de alma y de juego, superado de principio a fin en seis encuentros por los tres rivales que le han tocado en la Liga de Campeones y que han destapado sus carencias actuales. Hasta el punto de no lograr ni un m¨ªsero punto en una competici¨®n demasiado grande para equipos intrascendentes y convirtiendo al conjunto de Garrido en el peor representante espa?ol en la historia de la m¨¢xima competici¨®n continental a nivel de clubes con el formato moderno.
Venci¨® el N¨¢poles porque le iba la vida en ello, porque necesitaba la victoria para seguir adelante en la Champions, porque lo deseaba de todo coraz¨®n. El Villarreal complic¨® la existencia napolitana con cierto orden y escasa voluntad durante dos tercios del encuentro. Insuficientes argumentos para derrotar el ardor napolitano que deja fuera de la ¨¦lite al millonario Manchester City.
A pesar de las ausencias de Cani y Borja Valero, Garrido form¨® un once m¨¢s reconocible, con Marco Ruben y Nilmar en la delantera, con Senna en el eje. Tiene achaques f¨ªsicos y 35 a?os, pero no hay sustituto para Senna en el equipo. Mientras tiene gasolina, ofrece sabidur¨ªa y templanza a un grupo que ha perdido el rumbo en los ¨²ltimos tiempos. Liberado de toda presi¨®n, sin nada en juego salvo el apreciado bot¨ªn de 800.000 euros por la victoria, al equipo de Garrido, cuestionado por la grada, le quedaba el orgullo, la dignidad y justificar su presencia en una Champions para olvidar del conjunto castellonense. Por el contrario, al N¨¢poles la victoria en El Madrigal le daba el pase a los octavos de final sin tener que atender a lo que ocurriera en Manchester en el encuentro entre el City y el Bayern de M¨²nich, que termin¨® finalmente con el triunfo de los citizens.
El poder del N¨¢poles se concentra en el ataque, con Lavezzi, Hamsik y Cavani, en un equipo con mucha pegada y escasa creaci¨®n y con una defensa muy r¨ªgida. Para lo bueno y lo malo, la tensi¨®n del conjunto italiano se traslad¨® al terreno de juego. La escuadra de Mazzarri mostraba gran empe?o carente este de precisi¨®n en el inicio y en la finalizaci¨®n de las jugadas, en una primera media hora de partido llena de intenci¨®n en la que todo suced¨ªa en las cercan¨ªas del ¨¢rea de Diego L¨®pez que no necesit¨® emplearse a fondo debido a la falta de tacto de los delanteros del N¨¢poles a los que les costaba encontrar los tres palos de la porter¨ªa del meta lucense. El Villarreal solo contest¨® en los primeros minutos en un disparo de Marco Ruben que repeli¨® el palo de De Sanctis, despu¨¦s de que Z¨²?iga rematara flojo a las manos de Diego L¨®pez encontr¨¢ndose solo en el centro del ¨¢rea peque?a.
Las dudas del N¨¢poles se acrecentaron con las noticias que llegaban de Manchester, con el gol de Silva para el City y el posterior de Yaya Tour¨¦. Los nervios en el tapiz del conjunto del sur de Italia se trasladaron al banquillo, hasta que Mazzarri fue expulsado. El t¨¦cnico napolitano empuj¨® a Nilmar cuando el brasile?o sali¨® despedido a la zona t¨¦cnica. Para entonces el duelo ya ten¨ªa tintes dram¨¢ticos para los italianos cuya trascendencia le bloqueaba las ideas pero no le hac¨ªa menguar en el esfuerzo, mucho m¨¢s intenso que el del Villarreal. La persistencia napolitana encontr¨® el premio en un disparo lejano de Ilner. Poco despu¨¦s, Hamsik certificaba el pase a octavos de final del apasionado N¨¢poles, que hac¨ªa dos d¨¦cadas que no pisaba tales terrenos.
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