Una genialidad puede con Zoric

La genialidad de Mirotic pudo con la determinaci¨®n de Zoric. El tino del Madrid tumb¨® el voluntarismo de Unicaja. A una mano, a pie cambiado, con un tiro a tabla en el ¨²ltimo suspiro, Nikola Mirotic resolvi¨® un pulso de mand¨ªbulas apretadas y dio al Madrid una victoria de oro para arrancar el Top 16 de la Euroliga. A punto estuvo de impedirlo Luka Zoric, el p¨ªvot croata de Unicaja. Iluminado, reclam¨® los galones en ausencia de Freeland y firm¨® el partido de su vida: 32 puntos, nueve rebotes y dos tapones (para un 32 de valoraci¨®n), que no le bastaron para conseguir el premio de la victoria en un partido de quilates.

Se enfrentaban en el escenario europeo los dos mejores ataques de la Liga (83 puntos de media por partido para el Madrid frente a los 80,19 de Unicaja). Pero adem¨¢s de en la anotaci¨®n, el m¨¢s lustroso de los argumentos, las bondades de las propuestas de Laso y Mateo obtienen refrendo tambi¨¦n en otros apartados. Sobre el parquet, los dos mejores equipos en asistencias, porcentajes de tiros de dos, rebotes defensivos y valoraci¨®n. Argumentos suficientes para regocijo del Carpena. Si no fuera porque el conjunto malague?o se presentaba a la cita sin Freeland, su jugador franquicia, sin Darden ni Abrines y con Berni, Payne y Peric tocados. Un parte de guerra desmoralizador que, sin embargo, no les hizo tambalearse ante el Madrid.

Singler fue el encargado de romper las hostilidades. De nuevo efervescente, el estadounidense lanz¨® al Madrid a la carrera. Pero antes de que los blancos hicieran caja despertaron los locales. Chus Mateo agit¨® su pizarra, dispuso una defensa en zona en la que se enred¨® Llull y la producci¨®n ofensiva visitante languideci¨®. Zoric en la pintura y Valters desde el per¨ªmetro comenzaron a buscar las cosquillas a la defensa blanca y con 14 puntos entre ambos dieron la iniciativa al conjunto malague?o desde el primer acto.

Con los exteriores madridistas apagados (dos de 10 en triples en el primer tiempo), Laso traslad¨® las operaciones bajo los aros. Sinanovic y Begic se retaron en las alturas en el arranque del segundo acto, pero para entonces Zoric hab¨ªa comenzado a campar a sus anchas y a hacer fortuna sin que los p¨ªvots del Madrid encontraran el ant¨ªdoto. Convencido de que era su noche, la torre croata rellen¨® la instancia para liderar a los suyos mientras sub¨ªan los decibelios y las revoluciones del choque.

Se jugaba a r¨¢fagas, en un vaiv¨¦n que atend¨ªa al impulso y el descaro de los m¨¢s valientes. Ah¨ª apareci¨® Felipe, el m¨¢s acreditado de los guerreros, para sumar puntos a los rebotes de Tomic, Begic y Mirotic e intentar sujetar entre todos a Zoric. Misi¨®n imposible. Los blancos dominaban el rebote pero eran incapaces de gobernar el choque. A falta de cinco minutos, el marcador (66-66) evidenciaba la falta de due?o y cada canasta costaba un suplicio.

Unicaja se agarraba a Zoric, como qui¨¦n sigue a un mes¨ªas, para no sucumbir en la orilla y el Madrid se entregaba a la batuta Sergio Rodr¨ªguez para descifrar el camino de la victoria. En el momento de la verdad, El Chacho reclam¨® el tim¨®n, regal¨® asistencias y se prodig¨® en penetraciones.

Pero, a pesar de su impulso, Garbajosa igual¨® el partido (76-76) a un minuto del final y empez¨® la ruleta rusa. Valters dej¨® a Unicaja con un punto de renta a falta de 9,8s. Entonces, y tras el pertinente tiempo muerto, Sergio Rodr¨ªguez cogi¨® la pelota, recorri¨® impetuoso la pista, sorte¨® rivales, entr¨® hasta la cocina y envi¨® un pase imperfecto hacia el per¨ªmetro. Mirotic rescat¨® el bal¨®n y lo convirti¨® en oro.