Azarenka apabulla a Sharapova

"En la vida hay d¨ªas buenos, d¨ªas malos y d¨ªas en los que nada funciona", dice, al borde de las l¨¢grimas, Maria Sharapova. La rusa acaba de perder 3-6 y 0-6 la final del Abierto de Australia y el n¨²mero uno mundial a favor de la bielorrusa Victoria Azarenka. Algo peor: en uno de los m¨¢s prestigiosos escenarios, ha firmado una actuaci¨®n sonrojante que retrata la falta de alternativas en su juego. Dominante desde el fondo, su contraria hizo suyo el partido y puso el sello a un vaiv¨¦n m¨¢s en el circuito femenino: ha habido cinco campeonas distintas en los cinco ¨²ltimos grandes, siete en los ¨²ltimos ocho.

En un pasillo, las dos rivales esperan para salir a la pista. Sharapova marcha la primera, sin mirar a su contrincante. Detr¨¢s, Azarenka escucha m¨²sica a todo trapo y lleva echada la capucha de la sudadera, como una boxeadora. Es la final del Abierto de Australia. Un terreno inexplorado para la bielorrusa, que parece en manos de su experimentada contraria. Es 0-2 y 0-30 para Sharapova, que sue?a con el segundo break, que ya piensa en c¨®mo celebrar¨¢ la primera manga. El cambio de guion es brusco y demuestra nuevamente que la rusa es una tenista monocorde, con un ¨²nico plan de ataque, al que solo su incre¨ªble capacidad competitiva puede salvar cuando no funciona el pega y corre. Del 0-2 y 0-30 se pasa al 6-3 y 6-0. Ocurre en un abrir y cerrar de ojos. Son nueve juegos seguidos perdidos. La rusa termin¨® con la b¨¢rbara cantidad de 30 errores no forzados.

Azarenka acaba de rodillas en la pista. Con el micr¨®fono en la mano, no tiene al principio palabras, solo una risita nerviosa, tan especiales son las circunstancias: suma su primer grande y el n¨²mero uno mundial. 'Vika' habl¨® con la raqueta. Inclemente desde el fondo, tampoco la variedad le distingue, pero al d¨ªa de hoy pega m¨¢s fuerte y cubre m¨¢s pista que Sharapova. De Melbourne se marcha como la mejor del mundo, de Australia se despide como portavoz de la renovaci¨®n del circuito: en el ocaso de las hermanas Williams, competidoras siempre fieras pero ya en la treintena, es su hora y la de la checa Petra Kvitova.