La leyenda del Mediterr¨¢neo

"Olviden el rescate de la Uni¨®n Europea, dejen paso a la leyenda". Con esa visceralidad que es se?a de identidad nacional, un diario de Nicosia abri¨® a toda plana despu¨¦s de que el Apoel Nicosia se garantizara con un empate en el feudo del Zenit su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones. El hito retrata a un equipo sorprendente, edificado en un escenario que se identifica con el vag¨®n de cola del f¨²tbol europeo, pero que mud¨® con la adhesi¨®n a la UE en 2004 y la apertura de fronteras para armar equipos plurinacionales.

El Apoel, el Club Atl¨¦tico de Griegos de Nicosia, se benefici¨® de esa permeabilidad y de la modernizaci¨®n de su estructura bajo un tamiz empresarial para reclutar una mayor¨ªa de jugadores portugueses y brasile?os con pasaporte comunitario en un vestuario que tambi¨¦n encuentra espa?oles, paraguayos, macedonios, griegos o argentinos y cuya proeza se explica desde la experiencia. El perfil del futbolista que se enfrenta hoy en Gerland al Olympique de Lyon es el de un veterano sin pedigr¨ª, pero con bagaje en varias Ligas europeas. Ninguno de los integrantes de la amplia prole brasile?a lleg¨® desde su pa¨ªs y muchos se forjaron en destinos poco amables. El lateral Boaventura pas¨® por Donetsk y Krasnodar. Manduca, un zurdo con gol, creci¨® en el Gremio y con 18 a?os jugaba en la Segunda finlandesa. Luego, inici¨® un recorrido de seis a?os por otros tantos clubes portugueses, se faj¨® en Felgueiras, Esposende o Chaves antes de labrarse una oportunidad fallida en el Benfica, que le cedi¨® al AEK. Hace dos veranos lleg¨® a Nicosia al tiempo que Almeida, delantero que con 20 a?os busc¨® fortuna en el Oergryte, sueco, y el Copenhague. El Apoel pag¨® por ¨¦l 700.000 euros y responde con goles. Siete lleva en la Liga de Campeones desde que el 13 de julio empez¨® a hacer camino ante el Skenderbeu, alban¨¦s. Luego cayeron el Slovan de Bratislava y el Wisla de Cracovia y lleg¨® el liderato en la fase de grupos.

Sin embargo, la her¨¢ldica propicia que el Lyon sea el favorito. "Es el sorteo m¨¢s ben¨¦volo en a?os", asegura su presidente, Jean Michel Aulas. "Tuve que buscar Nicosia en Google", reconoce el brasile?o Ederson. "Hemos puesto a nuestro pa¨ªs en el mapa", asume Charalambidis, uno de los dos chipriotas con vitola de titularidad en el Apoel. Es un hombre de la casa (entr¨® con ocho a?os en el equipo) que gan¨® experiencia en Grecia y Alemania. Pero donde m¨¢s ha crecido es en su isla, destino que ha revalorizado a Paulo Jorge, central portugu¨¦s que llevaba 10 a?os como secundario en el Braga, o a sus paisanos H¨¦lio Pinto, de fugaz paso por el filial del Sevilla, y Nuno Mor¨¢is, un mediocentro que se fue de la Segunda lusa al equipo reserva del Chelsea.

Chipre es tierra para reivindicar peripecias personales. El paraguayo Adorno se fue joven a M¨¦xico, pas¨® por Israel, apenas se dej¨® ver en el Almer¨ªa y estuvo en el Baza antes de cruzar el Mediterr¨¢neo. Urko Pardo, nacido en Bruselas, hijo de vasco y gallega, dej¨® con 16 a?os el Anderlecht por La Masia. Cuando ya alternaba con el primer equipo del Bar?a se destroz¨® una rodilla y acab¨® en Segunda B, Cartagena y Sabadell, antes de hacer la maleta y pasar por el Rapid de Bucarest y el Olympiacos. Lleg¨® al Apoel en el verano justo al cierre del mercado. En el partido que dio el pase a los octavos a su equipo, el Zenit le dispar¨® 23 veces sin poder batirle. Ahora es un h¨¦roe en Nicosia, en el club que naci¨® en una confiter¨ªa, tom¨® la bandera helena contra la ocupaci¨®n brit¨¢nica y sus partidarios conocen como La Leyenda.