Un se?or partido en San Siro
A falta de los goles de Messi e Ibrahimovic, resalta el cierre del Milan y la construcci¨®n del Bar?a
Ninguna competici¨®n tiene el dramatismo de la Copa de Europa, sobre todo cuando se baten equipos como el Milan y el Barcelona, anoche especialmente intensos y honestos, poderosos cada uno en lo suyo, admirados por la hinchada del m¨ªtico San Siro. A veces, como ayer, no son necesarios los goles para que un partido sea solemne. Aprende el Milan, cada partido m¨¢s serio, inteligente y competitivo, dispuesto a ser protagonista tambi¨¦n de la Champions, y mantiene su buen tono futbol¨ªstico el Barcelona, al que como de costumbre le falt¨® acabar las jugadas para coronar su actuaci¨®n. Llegada la primavera, las fuerzas se han igualado desde noviembre, como bien se apreci¨® en una contienda muy exigente, de un gran desgaste y una tremenda tensi¨®n psicol¨®gica.
MIL?N, 0 - BARCELONA, 0
Milan: Abbiati; Bonera, Nesta (Mesbah, m. 74), Mexes, Antonini; Nocerini, Ambrosini, Seedorf; Boateng (Emanuelson, m. 67); Robinho (El Shaarawy, m. 51) e Ibrahimovic. No utilizados: Amelia, Aquilani, Maxi L¨®pez y Yepes.
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Piqu¨¦, Mascherano, Puyol; Xavi, Busquets, Keita; Messi, Alexis (Pedro, m. 76) e Iniesta (Tello, m. 65). No utilizados: Pinto, Montoya, Muniesa, Cesc y Thiago.
?rbitro: Jonas Eriksson. Amonest¨® a Seedorf , Ambrosini y Keita.
San Siro, 80.000 espectadores.
La eliminatoria queda muy abierta para el partido de vuelta en el Camp Nou, y peligrosa para el Barcelona, un equipo tan espectacular en el entrejuego como excesivamente chato ante la porter¨ªa cuando no marca Messi. Y en San Siro La Pulga apenas pudo tirar a la porter¨ªa de Abbiati. No le alcanz¨® al Bar?a con la calma y la pausa de Iniesta y Xavi de la misma manera que Ibrahimovic tampoco pudo con Vald¨¦s. La calidad f¨ªsica y t¨¢ctica del Milan pes¨® tanto a fin de cuentas como la t¨¦cnica del Barcelona. Los dos equipos acabaron exhaustos, derrengados por el esfuerzo, s¨ªntoma del inter¨¦s que pusieron por ganar la contienda. No hubo delantero que pudiera con la seriedad de los defensas, solventes en los dos bandos, despu¨¦s de un choque de palabras mayores.
Al Bar?a le cost¨® entrar en juego en San Siro. Descolocado y destensado, concedi¨® una ocasi¨®n clamorosa a Robinho nada m¨¢s empezar el partido, despu¨¦s de un error monumental de Busquets en la salida del bal¨®n. No atin¨® el brasile?o. Mal orientados, resbalaban los azulgrana en la cancha y no hab¨ªa manera que controlaran el bal¨®n, que iba y ven¨ªa, a gusto del Milan. Aunque las arrancadas de Messi manten¨ªan a raya a la zaga italiana, al Barcelona le costaba perfilarse por las bandas, sobre todo por la izquierda, en la que se alineaban sorprendentemente dos diestros y un zurdo: Puyol, Iniesta y tambi¨¦n Keita, un cl¨¢sico contra el Milan, titular en detrimento de Cesc, un futbolista que ha perdido llegada y gol como interior.
La prisa del Milan contagi¨® inicialmente al Barcelona, que de nuevo se ve¨ªa obligado a jugar un encuentro parecido al de la fase de clasificaci¨®n, presidido por el v¨¦rtigo y las llegadas a las dos ¨¢reas, tambi¨¦n a la de Vald¨¦s. Poco a poco, sin embargo, los azulgrana fueron ganando campo y tiempo, sobre todo por la capacidad de asociarse de los volantes y de Messi. Y, pasada la media hora, el rondo del Bar?a acamp¨® en cancha del Milan. Penalizados por la ausencia del central Thiago Silva, los rossoneri eran, adem¨¢s, especialmente permeables en la medular, as¨ª que optaron por juntarse ante Abbiatti y, muy atentos, aguardaron a que se desquiciara o condenara el Barcelona. Nunca necesitaron elaborar el juego para llegar hasta Ibrahimovic.
La calidad f¨ªsica y t¨¢ctica del Milan pes¨® tanto a fin de cuentas como la t¨¦cnica del Barcelona.
A cada triangulaci¨®n barcelonista respond¨ªan los italianos de vez en cuando con una transici¨®n o una descarga para Abracadabra. El Milan se disparaba cada vez que perd¨ªa la pelota el Bar?a. Vald¨¦s, por ejemplo, achic¨® a Ibrahimovic en un mano a mano que hipnotiz¨® San Siro. Las jugadas epis¨®dicas daban fe de la peligrosidad italiana mientras los azulgrana se abanicaban en largas posesiones, tan pacientes y bellas como est¨¦riles, a veces por el exceso de ret¨®rica o falta de tiro y en ocasiones por la intervenci¨®n de la zaga local. La pelota nunca encontraba la porter¨ªa. Aunque la intenci¨®n azulgrana era muy buena, le faltaba precisi¨®n y malicia. Nunca fue un equipo contundente ni tuvo un 9 cl¨¢sico para embocar a la red.
Excelente en el desequilibrio, el Bar?a no supo acabar las jugadas cuando tuvo el encuentro de su parte, excesivamente centrifugado en su juego, poco abierto a los flancos, una suerte para el Milan, atento defensivamente, consciente de que su suerte pasaba por no cometer ning¨²n fallo en su ¨¢rea y aprovechar la fiereza de sus delanteros en la contraria. El encuentro se fue complicando para los azulgrana, que perdieron profundidad, control y desborde, y a cambio fueron m¨¢s apretados defensivamente por el Milan, refrescado por los cambios de Allegri, a menudo mejor con el bal¨®n incluso que el Barcelona. Guardiola respondi¨® con una sustituci¨®n inesperada: retir¨® a Iniesta y se encomend¨® a la velocidad de Tello.
Aunque la intenci¨®n azulgrana era muy buena, le faltaba precisi¨®n y una pizca de malicia
El encuentro se equilibr¨® y gan¨® en incertidumbre, circunstancia que avala la perseverancia y convicci¨®n del Milan en el laboro de Allegri. El intercambio de golpes al que se vio sometido nunca fue la suerte preferida del Barcelona. Los italianos dejaron a cero a los azulgrana, mejores en la confecci¨®n que en el remate, sobre todo si se cuenta que sus ocasiones fueron escasas. A los azulgrana les faltan delanteros con gol cuando no patea Messi. A cambio, han ganado consistencia en su ¨¢rea y ante el Milan no solo fueron capaces de aislar a Ibrahimovic, sino que tambi¨¦n dejaron a cero al Milan. El partido parec¨ªa dise?ado para el duelo de dos grandes individualidades, y al final result¨® un encuentro estupendo desde el punto de vista colectivo y de los dos equipos.
Aunque el campo no ayud¨® por el mal estado del c¨¦sped y el ¨¢rbitro no quiso saber nada de cuanto ocurri¨® en el ¨¢rea de Abbiati, si el Barcelona se qued¨® por vez primera sin marcar despu¨¦s de 29 partidos consecutivos, tambi¨¦n fue por m¨¦rito de un generoso Milan.
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