El d¨ªa que naci¨® el mito Jordan

¡ª?T¨² crees que ha sido un gran tiro? ?Crees que la gente lo recordar¨¢?

¡ªMichael, ha sido el tiro m¨¢s importante que hayas metido jam¨¢s.

¡ªPero no ha sido sobre la bocina.

¡ªMichael, ser¨¢ el m¨¢s importante de tu carrera.

¡ªYa veremos...

El di¨¢logo entre Michael Jordan y su excompa?ero Buzz Petersen, en los vestuarios del Superdome de Nueva Orleans donde el 29 de marzo de 1982 se disput¨® la final de la Liga Universitaria entre Carolina del Norte y Georgetown, revela la inopia de aquel chaval de 19 a?os en torno a lo que acababa de conseguir y, al mismo tiempo, su may¨²scula ambici¨®n. La pasada madrugada, aquel episodio, del que se acaban de cumplir 30 a?os, habr¨¢ sido rememorado con ocasi¨®n de la final que enfrentaba esta vez a unas de las universidades con m¨¢s t¨ªtulos, Kentucky y Kansas.

¡°Aquel tiro dio inicio a la leyenda de Michael Jordan¡±, afirm¨® tiempo despu¨¦s John Thompson, el entrenador de Georgetown. Carolina del Norte venci¨® por 63-62 gracias al lanzamiento en suspensi¨®n de Jordan, cuando faltaban 17 segundos para el final. Por entonces, en su segundo a?o universitario, era poco m¨¢s que un telonero. Las estrellas de Carolina del Norte eran James Worthy, elegido MVP, y Sam Perkins; la de Georgetown, Patrick Ewing. Aunque Jordan ya hab¨ªa sido elegido el mejor jugador de primer a?o en la Conferencia del Atl¨¢ntico, todav¨ªa no se esperaba tanto de ¨¦l.

¡°Nunca mir¨¦ la bola. Simplemente, rec¨¦ para que acabara entrando¡±, explic¨®

La igualdad presidi¨® el partido. El marcador cambi¨® hasta 15 veces de signo. A poco menos de un minuto para el final, Eric Sleepy Floyd, otra de las figuras en ciernes, adelant¨® a Georgetown, 61-62. Entonces, el entrenador de Carolina del Norte, Dean Smith, el mismo que hab¨ªa sermoneado durante meses a Jordan y le hab¨ªa amenazado con dejarle sin jugar si no pasaba m¨¢s el bal¨®n, recurri¨® a su plan B. El A consist¨ªa en meter el bal¨®n dentro de la pintura para Worthy. Pero Thompson ten¨ªa m¨¢s que cubierta esa opci¨®n, que ca¨ªa por su propio peso.

Aquella jugada cambi¨® la vida de Smith, que hab¨ªa llevado seis veces a Carolina del Norte a la final pero no hab¨ªa ganado ninguna, y, por supuesto, la de Michael Jordan. ¡°No vi c¨®mo entraba¡±, declar¨® poco despu¨¦s Jordan. ¡°Simplemente rec¨¦ para que acabara entrando. Nunca mir¨¦ la bola¡±. Tiempo despu¨¦s, confes¨® que aquel tiro supuso el momento m¨¢s crucial de su carrera.

Un a?o despu¨¦s fue elegido el mejor jugador universitario. A partir de ah¨ª, fue dos veces campe¨®n ol¨ªmpico, gan¨® seis anillos en la NBA con los Bulls de Chicago, entre 1991 y 1998, y todav¨ªa mantiene, entre otros r¨¦cords, los de mejores promedios anotadores a lo largo de su carrera tanto en la fase regular (30,21 puntos) como en los playoffs (33,45).

Nunca olvid¨® su aprendizaje en Carolina del Norte y por eso siempre jug¨® con una camiseta de la universidad bajo las dos que defendi¨® como jugador de la NBA: Chicago (1984-1998) y Washington (2001-2003).