El Bar?a gana una final formidable
El campe¨®n tuvo en Fran V¨¢zquez y Mickeal sus nombres propios y derrot¨® al Madrid (73-69), que fue m¨¢s coral
Gan¨® el Barcelona pero sobre todo triunf¨® el baloncesto. Los dos eternos rivales nos han deparado una serie formidable, repleta de todos los elementos que hacen a este deporte un espect¨¢culo de primera. Al final fueron los azulgrana los que lo celebraron a lo grande, como merec¨ªa la ocasi¨®n despu¨¦s de haberlas pasado canutas hasta el ¨²ltimo minuto, pero el Madrid tiene tantos motivos para la satisfacci¨®n que no se le puede considerar perdedor ni mucho menos.
Como los buenos guiones, la historia de esta final dej¨® para el ¨²ltimo acto 40 minutos del mejor suspense, con una enorme riqueza t¨¢ctica con el muestrario de zonas por parte de ambos como mejor exponente. El Barcelona pareci¨® dominar siempre, pero tampoco fue capaz de establecer significantes jerarqu¨ªas y las ventajas que hac¨ªan presagiar la rotura del partido eran dinamitadas r¨¢pidamente por corajudos arranques por parte del Madrid. No hubo un h¨¦roe total, pero s¨ª importantes nombres propios. M¨¢s claros en el Bar?a, con un V¨¢zquez imperial que hizo lo suyo y lo que le tocaba al lesionado N¡¯Dong. Anot¨® con inusitada fluidez, rebote¨® con fiereza e intimid¨® como acostumbra. Pete Mickeal, por su parte, con su cara de eterno cabreo, porfi¨® de principio a fin y termin¨® resultando decisivo con una canasta providencial y nervios de acero en el tiro libre. En el Madrid fue todo m¨¢s coral, lo que no le quita m¨¦rito, aunque ech¨® en falta un hombre referencia durante el ¨²ltimo cuarto. Todo esto se jug¨® en medio de un ambiente atosigante en lo emocional y tambi¨¦n en lo f¨ªsico, pues a la exigencia del partido se sum¨® que el Palau parec¨ªa una sauna.
Barcelona, 73 - R. Madrid, 69
Barcelona Regal: Marcelinho Huertas (4), Navarro (6), Mickeal (17), V¨¢zquez (16) y Lorbek (10) ¡ªquinteto inicial¡ª; Sada (5), Ingles (8), Rabaseda (0), Eidson (2), Ndong (0) y Wallace (5).
Real Madrid: Llull (12), Carroll (16), Carlos Su¨¢rez (2), Mirotic (10) y Tomic (2) ¡ªquinteto inicial¡ª; Sergio Rodr¨ªguez (6), Pocius (0), Singler (12), Velickovic (1), Felipe Reyes (6) y Begic (2).
?rbitros: Arteaga, Hierrezuelo y Garc¨ªa Ortiz. Eliminado por cinco faltas Fran V¨¢zquez (m. 38).
Unos 7.000 espectadores en el Palau Blaugrana.
La tremenda tensi¨®n en la que se jug¨® el encuentro fue patente desde el salto inicial. El Madrid, como perdedor del encuentro previo, movi¨® ficha e introdujo cambios significativos que obedec¨ªan tanto a problemas propios como causados por su contrario. As¨ª, puso en pista a Carroll en un intento de que cogiese ritmo lo antes posible, y tambi¨¦n a Mirotic en sustituci¨®n de Velickovic, que ha ido de m¨¢s a menos. El objetivo era incordiar a Lorbek, el hombre que m¨¢s da?o ha hecho al Madrid en esta final. El Bar?a por su parte no vari¨® sus planteamientos principales y al primer ataque blanco coloc¨® su zona 1-4 con Marcelinho sobre Carroll, una de las claves del cuarto partido. Eso s¨ª, se encontr¨® con una sorpresa desagradable. En las dos primeras posesiones, primero Llull y luego Carroll encararon a Navarro sac¨¢ndole dos faltas personales en poco m¨¢s de minuto y medio, lo que le mand¨® al banquillo. Pocas noticias hubo m¨¢s del santo y se?a azulgrana, hasta el punto de que por primera vez en mucho tiempo su equipo se jug¨® el todo por el todo sin su intervenci¨®n, una vez que Laso imit¨® a Pascual y aplic¨® la receta Carroll sobre Navarro, neg¨¢ndole el bal¨®n y hasta el aire.
El partido, comandado siempre por el Bar?a y con el Madrid al rebufo, se movi¨® a tirones, lo que provocaba que los parciales abultados se sucedieran alternativamente. Si los azulgrana encontraban su mina en el tiro de tres (24-16), Sergio Rodr¨ªguez consegu¨ªa revolucionar el gallinero lo suficiente para colocar un 0-8. Cuando V¨¢zquez pareci¨® omnipresente (43-34), Llull y Singler hac¨ªan otro tanto. Otro arre¨®n del p¨ªvot gallego (56-47) fue respondido por los Sergios en pista, Felipe cogiendo rebotes ofensivos y vuelta a empezar (56-53). La final encogida y resumida a cinco minutos.
En estas apareci¨® Lorbek, al que Mirotic le ten¨ªa algo p¨¢lido. Pero el esloveno tiene un valor incalculable en el terreno de definici¨®n. Asumi¨® responsabilidades y logr¨® ocho puntos clave, que unidos al trabajo de hormiguita de Mickeal colocaron al Madrid con la heroica como ¨²nica soluci¨®n. Su contumaz persistencia a no tirar la toalla result¨® de quitarse el sombrero. Los triples de Carroll y Singler les hicieron so?ar, pero al Bar?a no le tembl¨® el pulso y supo rematar el partido y la Liga.
La tremenda tensi¨®n del partido fue patente desde el salto inicial
De esta forma prolonga el Bar?a su dominio en cuanto a t¨ªtulos, con tres ¨¦xitos en las ¨²ltimas cuatro temporadas, pero el salto de calidad y competitividad del Madrid ha sido tan grande que augura un apasionante porvenir a esta cl¨¢sica rivalidad. Nada resulta mejor propaganda a un deporte que el propio juego, por lo que esta final ser¨¢ recordada durante mucho tiempo. El p¨²blico, siempre soberano, ha respondido con una asistencia masiva a los campos y unas audiencias televisivas casi olvidadas. Enhorabuena por tanto a los dos. Al digno campe¨®n que ha superado todos los obst¨¢culos y a un Madrid que no debe temer por su futuro.
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