Un penalti para la eternidad
Italia elimina a Inglaterra con un lanzamiento a lo Panenka de Pirlo en la tanda decisiva y se enfrentar¨¢ en semifinales a Alemania
A los mejores futbolistas se les mide en las situaciones m¨¢s exigentes. Pocas como una tanda de penaltis en los cuartos de final de una Eurocopa, como la de ayer en Kiev. All¨ª estaba Italia, derrengada despu¨¦s de perdonar la vida a Inglaterra durante el partido y en la pr¨®rroga y abajo en la cuenta por el fallo de Montolivo. Entonces le toc¨® el turno a Pirlo. Agarr¨® la pelota y respondi¨® al momento m¨¢s dram¨¢tico de la noche con un tiro a lo Panenka, la suerte que invent¨® el bigotudo jugador checoslovaco ante el alem¨¢n Maier en la final de 1976, un gesto t¨¦cnico que solo admite la admiraci¨®n o la burla. Pirlo, naturalmente, enga?¨® a Hart. El bal¨®n entr¨® suave y lentamente en la meta y ya no se supo nada m¨¢s de los ingleses, pues solo hab¨ªa vida para los italianos. El tiro marc¨® la suerte del encuentro: fallaron Young y Cole, abatidos por el impacto del lanzamiento de Pirlo, y atinaron Nocerino y Diamanti, liberados por la grandeza de su l¨ªder.
INGLATERRA, 0 ¨C ITALIA, 0
Inglaterra: Hart; Johnson, Terry, Lescott, Ashley Cole; Milner (Walcott, m. 61), Parker (Henderson, m. 94), Gerrard, Young; Rooney y Welbeck (Carroll, m. 61).
Italia: Buffon; Abate (Maggio, m. 91), Barzagli, Bonucci, Balzaretti; Marchisio, Pirlo, Montolivo, De Rossi (Nocerino, m. 80); Balotelli y Cassano (Diamanti, m. 78).
Penaltis: 0-1. Balotelli; 1-1. Gerrard. 1-1. Montolivo (fuera). 2-1. Rooney. 2-2. Pirlo. 2-2. Young (al larguero). 2-3. Nocerino. 2-3. Cole (para Buffon). 2-4. Diamanti.
?rbitro: Pedro Proen?a (POR). Mostr¨® la cartulina amarilla a Barzagli y Maggio.
Muy sorprendente durante el torneo, sobre todo por su capacidad agon¨ªstica y resolutiva, Inglaterra hab¨ªa vuelto a ser reconocible en la rueda de los penaltis, un desenlace que, hist¨®ricamente, le ha sido esquivo en las grandes citas: solo ha ganado una tanda, contra Espa?a en 1996. Adem¨¢s, en las 10 ¨²ltimas fue eliminada en los penaltis en seis ocasiones. Ayer, sin embargo, parec¨ªa m¨¢s decidida que nunca a cambiar su suerte, sobre todo porque durante mucho tiempo la nueva Inglaterra se parec¨ªa a la vieja Italia e Italia era Inglaterra. Hasta los penaltis, cuando los chicos de Hodgson y los de Prandelli fueron respetuosos con la tradici¨®n y el triunfo cay¨® del bando azzurro simplemente porque jugaba el gran Pirlo, un futbolista excepcional, figura en el Milan y ahora l¨ªder del Juventus, pieza decisiva en la selecci¨®n que est¨¢ armando el bueno de Prandelli. Balotelli podr¨¢ continuar fallando goles mientras tenga a Pirlo.
Ahora que ha encontrado el bal¨®n, Italia no da con la porter¨ªa. Ayer perdon¨® la vida a Inglaterra hasta el penalti de Pirlo. Tuvo m¨¢s ocasiones y fue m¨¢s equipo, pero no tiene un delantero goleador y Prandelli solo se fio de Balotelli, genial en lo imposible y torpe en lo simple, an¨¢rquico y sin capacidad para interpretar el juego, negado ante Hart, su compa?ero en el Manchester City. Tampoco estuvo fino Rooney, fuera de juego, de manera que no sorprendi¨® que por primera vez un partido del torneo acabara 0-0. Inglaterra estuvo muy bien al inicio, cuando jug¨® en el ¨¢rea peque?a de Italia, una imagen sorprendente, propiciada sobre todo por el desequilibrio que creaban las llegadas de Johnson. Los muchachos de Hodgson contaron hasta cuatro llegadas en un cuarto de hora y si no marcaron fue porque no atinaron en el ¨²ltimo pase o el remate o se toparon con la mano izquierda de Buffon.
Las respuestas de Balotelli ante las situaciones extremas son desesperantes
Alegres, los ingleses se desplegaban de forma muy organizada y directa, muy a gusto con el encuentro, como si fuera un regalo inesperado despu¨¦s de llegar de inc¨®gnito y de modo improvisado a la Eurocopa. Han crecido en el campo de entrenamiento y en la cancha, cada vez m¨¢s solidarios y compactos, capaces de competir con los italianos, que llevan jugados mil y un encuentros como el de Kiev, muy exigentes. A Italia le cost¨® un buen rato entrar en el encuentro despu¨¦s de que De Rossi rematara a la madera con un espl¨¦ndido zurdazo desde la media distancia. Muy esmerado en la salida del bal¨®n, el equipo de Prandelli no consegu¨ªa pisar el ¨¢rea de Inglaterra hasta que compareci¨® Pirlo. Muy poco a poco, de forma paciente, los azzurri sacaron a los ingleses de su cancha y empezaron a conectar con el imprevisible Balotelli.
El equipo de Hodgson sobrevivi¨® gracias a la fortaleza de su defensa
Al delantero italiano le sobr¨® tiempo y espacio para el remate y le falt¨® oficio, circunstancia que facilit¨® los bloqueos defensivos de los ingleses, muy competitivos hasta el descanso, condicionados solo por la poca participaci¨®n del tr¨ªo del Manchester United: Young-Rooney-Welbeck. A la que revent¨® Gerrard, sin embargo, se acabaron las acometidas inglesas y el partido se convirti¨® pr¨¢cticamente en un mon¨®logo italiano. El problema es que no hab¨ªa un solo delantero azzurro capaz de meter un gol y menos Balotelli, cuyas respuestas son desesperantes en las situaciones extremas, como si no tuviera capacidad de reacci¨®n, siempre a c¨¢mara lenta cuando est¨¢ cara al gol. As¨ª que Inglaterra fue sobreviviendo, siempre a contracorriente, pendiente de una contra, confiada en su defensa y su portero, buscando aire con Walcott y Carroll, aguardando una jugada de estrategia para el pie de Gerrard.
Aguant¨® Inglaterra e Italia, cada vez m¨¢s fatigada, ya nada hizo para evitar la pr¨®rroga. Ni siquiera Prandelli, que no sac¨® a ning¨²n delantero, como tampoco intervino el ¨¢rbitro, que se desentendi¨® de los agarrones en las ¨¢reas en los saques de esquina. El tiempo a?adido prolong¨® la sensaci¨®n ya vivida durante muchos momentos del partido: los ingleses se defend¨ªan como italianos y los italianos atacaban como ingleses. Llegada la tanda de los penaltis, despu¨¦s de que Diamanti hubiera rematado a la madera, solo faltaba por contrastar si el intercambio de papeles tambi¨¦n se confirmaba en la suerte suprema. Y all¨ª se recuper¨® la normalidad. Imposible superar en un momento tan dram¨¢tico a un portero como Buffon y un especialista como Pirlo. Ning¨²n momento del torneo hab¨ªa tenido hasta ahora la solemnidad que adquiri¨® el tiro de Pirlo. Viva Pirlo. Nadie honr¨® mejor a Panenka. Hoy, los penaltis al estilo Panenka, tambi¨¦n se pueden tirar sin carrera, sin fuerza, sin ganas, como no queriendo la cosa, solo con la magia del pie de Pirlo.
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