Las edades de La Roja
La selecci¨®n espa?ola ha perdido espontaneidad a cambio de competir cada vez mejor
Cuatro a?os despu¨¦s del triunfo en Viena que cambi¨® la historia del f¨²tbol espa?ol, el equipo ha administrado fuerzas pensando en ganar por encima de todo. En el coraz¨®n de la selecci¨®n espa?ola se ha jugado menos a la Play y m¨¢s al parch¨ªs; la mayor¨ªa de los futbolistas que en 2008 no ten¨ªa hijos o estos eran beb¨¦s, como Aitor, el de Xabi Alonso, ya tiene ni?os y hasta Navas, que renunci¨® hace cuatro a?os a la llamada de Luis Aragon¨¦s, se ha soltado, bromea en p¨²blico y est¨¢ a punto de ser padre, s¨ªntoma inequ¨ªvoco de su madurez. Busquets, que en Sud¨¢frica ejerc¨ªa de esponja ¡ªlo asimilaba todo, no abr¨ªa la boca ante los mayores¡ª ha organizado la porra, que ya antes de la final gan¨® Albiol, se?al evidente de que los nuevos asumen responsabilidades. Como Piqu¨¦, que tampoco estaba en Viena, o Sergio Ramos, que se llevaba todas las broncas de Aragon¨¦s y hoy ejerce de l¨ªder hasta para tirar un penalti y anudar la garganta a sus compa?eros. Una prueba de su jerarqu¨ªa.
Ya lo dice Iker Casillas. El n¨²cleo duro de la selecci¨®n se ha hecho tan mayor que no se va de fiesta si pasa los cuartos y aunque celebre llegar a la final, lo hace con cautela. ¡°Se les nota que han crecido. Ahora las bromas las hacen Javi Mart¨ªnez, Mata...¡±, admiten en el coraz¨®n del equipo. Ahora, de pater, en ausencia de Marchena, ejerce Iker, que ha liderado otra vez el grupo con su amigo Xavi. No han sido pocas las decisiones que han tenido que tomar sobre la marcha, siempre de acuerdo con Mar¨ªa Jos¨¦ Claramunt, la directora de la selecci¨®n, que como la mayor¨ªa de delegaciones no sale de su asombro con la cantidad de imprevistos que les ha generado la organizaci¨®n de la UEFA.
Vicente del Bosque ha vuelto a conducir el grupo de manera silenciosa, siempre dialogante, dispuesto a entender al futbolista como futbolista que fue y adapt¨¢ndose a los nuevos tiempos. En el interior de este hombre de lentos movimientos, reflexivo, calmado y bonach¨®n, no hay un inmovilista. Ni mucho menos. Es un intervencionista sigiloso: ha cambiado la mitad del equipo respecto al que gan¨® a Alemania con aquel inolvidable gol de Torres, ha logrado que cuatro a?os despu¨¦s y manteniendo el n¨²cleo duro de los pilares (Casillas, Xavi, Alonso, Reina, Ramos¡) no ha envejecido al equipo. La media de edad fue de 26 a?os y 5 meses en Austria-Suiza 2008 y en Polonia-Ucrania ha sido de 26 a?os y siete meses. Del Bosque ha sido h¨¢bil al mezclar, porque los nuevos siguen aportando frescura y respeto a los mayores y todos han cuajado bien. Jordi Alba ha sido el ¨²ltimo ejemplo del concilio general: en esta familia congenian con normalidad los Mart¨ªnez, los Rodr¨ªguez y Shakira.
La selecci¨®n, m¨¢s madura, campeona de todo, lleg¨® dispuesta a luchar, principalmente, contra s¨ª misma, como el adolescente que intenta pisotear su lado m¨¢s infantil para demostrar que ya es mayor. Ha perdido Espa?a la chispa de aquel equipo que jugaba por encima de todo, pero compite con una solvencia que siempre se envidi¨® a alemanes e italianos. ¡°Antes jug¨¢bamos mal y perd¨ªamos, ahora ganamos¡±, enfatiza, que, por supuesto, no acepta que ahora se juegue mal.
El equipo es como el adolescente que pisotea su lado infantil para demostrar que es mayor
Si en Austria la selecci¨®n vivi¨® feliz en las monta?as que rodeaban Neustift y en Sud¨¢frica se sinti¨® a gusto, en Polonia se ha acomodado a la austeridad contagiosa del pueblo polaco. No ha perdido cercan¨ªa, pero seguramente es menos espont¨¢nea. Ya poco les sorprende. En Gniewino, en medio de la nada, los espa?oles convivieron de espaldas al campeonato, solo preocupados por s¨ª mismos y el rival de turno. No es f¨¢cil asumir el papel de favorito que concede la estrella mundial y La Roja lo ha hecho con naturalidad, sin miedo a perder porque saben c¨®mo se gana y tienen metabolizado que las derrotas ya no son tan incendiarias como antes. Vencer es la mejor escuela para saber perder. Para ellos, el reto era estar en la final y lo consiguieron compitiendo como el mejor y su f¨²tbol, menos chisposo, si se quiere, no ha sido peor que el de nadie. Se mantiene el pensamiento propio, el estilo, y el equipo ha tocado y tocado, y se ha sobrepuesto a dos bajas fundamentales como las de Puyol, muy bien suplida en defensa, y la de Villa, maquillada por los distintas variantes del entrenador. Con Cesc, Torres, Negredo, Pedro y Navas ha buscado esa profundidad que daba El Guaje. El compromiso profesional ha sido clave. Cuando Aragon¨¦s lleg¨®, el grito de guerra en el vestuario era ?Espa?a, Espa?a, Espa?a! Al de Hortaleza le pareci¨® algo cavernario y, desde entonces hasta hoy, los jugadores hicieron suyo el ?Ganar, ganar y ganar! que el t¨¦cnico les inculc¨®. Y coro a coro llevaron el grito hasta la disputa de otro t¨ªtulo.
En su nueva edad, al grupo le gusta tanto jugar como ganar, porque domina las dos facetas. De Viena a Kiev, as¨ª son las edades de la Roja.
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