Cuatro parejas perfectas
Las asociaciones de los d¨²os inflaman a la selecci¨®n en su noche m¨¢s gloriosa
Los espa?oles se desplegaron espont¨¢neamente por parejas. Destacaron Ramos y Piqu¨¦, Silva y Cesc, Alonso y Busquets... Pero s¨®lo Iniesta y Xavi, el d¨²o m¨¢s antiguo, ejerci¨® una influencia global sobre todo el equipo.
? Iniesta. Lleg¨® al torneo sin los problemas f¨ªsicos que suelen lastrar su rendimiento. Jug¨® con soltura, gozando de cada momento sobre el campo, desplaz¨¢ndose con la misma facilidad con la que manej¨® y reparti¨® el bal¨®n. Probablemente fue el jugador m¨¢s atinado en el campo. Tom¨® siempre las decisiones adecuadas y contribuy¨® a darle a la selecci¨®n el control del bal¨®n, que es la mejor de las ventajas posibles. Se asoci¨® con todos, sobre todo con Xavi, y siempre lo hizo desequilibrando. De nuevo un pase suyo, una entrega a Cesc para que le ganara la posici¨®n a Chiellini, sirvi¨® para abrir el marcador.
? Xavi. El jugador m¨¢s influyente de la historia del f¨²tbol espa?ol no se aproxim¨® a su m¨¢ximo esplendor en este campeonato. Frente a Italia le bast¨® con administrar sus esfuerzos y su sabidur¨ªa para completar un partido impecable. Procur¨® ser m¨¢s incisivo. Si su pase de gol a Jordi Alba deshizo la resistencia italiana, el pase a Torres para el 3-0 cerr¨® el partido.
? Silva y Cesc. Entre los dos se encargaron de descuadrar la defensa italiana. Tiraron desmarques en profundidad cuando nadie los esperaba y ejercieron de mediocampistas con la misma facilidad que de rematadores. Defendieron y atacaron. Se inventaron regates y paredes entre l¨ªneas y supieron jugar sin bal¨®n para sorprender. Barzagli y Bonucci no consiguieron seguir su rastro. La aparici¨®n de Silva para rematar de cabeza un centro de Cesc al punto de penalti abri¨® el camino de Espa?a.
? Alba. Irrumpi¨® sin apenas antecedentes para establecerse en el vac¨ªo dejado por Capdevila. Su cultura de extremo con sello de la Mas¨ªa le permiti¨® encontrarse c¨®modo. Su gol, al cabo de un desmarque maestro, fue el resultado de una jugada perfectamente interpretada. La culminaci¨®n de un torneo brillante.
? Xabi y Busquets. La pareja de medios centros es una de las certezas m¨¢s debatidas del ideario de Del Bosque. Es posible que con ellos el bal¨®n no circule con la mayor fluidez posible. Quiz¨¢ se solaparon en momentos puntuales. Pero es dif¨ªcil encontrar dos volantes con m¨¢s oficio. Una garant¨ªa de tranquilidad para cualquier defensa.
? Ramos y Piqu¨¦. Los mejores centrales de la competici¨®n. La pareja se afirm¨® con cada partido hasta alcanzar un admirable nivel de coordinaci¨®n. El m¨¦rito de Ramos fue doble porque debi¨® aclimatarse al puesto. Le bastaron unos segundos para sentirse en casa. Se anticip¨® cada vez que quiso, rob¨®, jug¨®. Hizo de la vida de Benzema, Cristiano y, en la final, de Cassano y Balotelli, un peque?o infierno.
? Casillas. No fue una noche tranquila para el portero. Cada c¨®rner, cada falta botada por Pirlo, le gener¨® problemas a¨¦reos. En el aire palme¨® un bal¨®n que se dispon¨ªa a cabecear De Rossi, y otro que por poco conecta con Balotelli en el segundo palo. Cuando Italia buscaba la remontada, par¨® dos tiros a Cassano y un remate a bocajarro a Di Natale. Se agrand¨® en los momentos cr¨ªticos y desactiv¨® las amenazas. Con un pase largo a Cesc inici¨® el contragolpe que llev¨® al 2-0. Despu¨¦s de seis partidos es imposible recordar un solo error suyo. Es un mito viviente, aunque ¨¦l se esfuerza por disimularlo.
? Pirlo. Sus 33 a?os le pesaron un quintal cuando el equipo espa?ol empez¨® a mover el bal¨®n de banda a banda, arriba y abajo. A su equipo le falt¨® el punto de orden, y de suerte, imprescindible para sobrevivir al toque. Ni Marchisio, ni De Rossi, ni Montolivo lograron echarle una mano cuando, a partir de la media hora de partido, el control del juego pas¨® por completo al adversario. No pudieron correr lo suficiente y libraron a Pirlo a su suerte. Con todo en contra, el media punta del Juventus hizo un partido memorable. Por su coraje, por su intuici¨®n para buscar los espacios, por su destreza para defender como el mejor. Se hizo penoso ver caer a un futbolista tan grande. Elegante hasta el final.
? Balotelli. No comprendi¨® que entablar litigios con Ramos no era el mejor modo de meterse en el partido. Se mostr¨® magn¨ªfico cada vez que protegi¨® el bal¨®n, muy h¨¢bil para habilitar compa?eros. No supo moverse para recibir con ventaja, circunstancia que cabe atribuir a la defensa espa?ola, verdadera m¨¢quina de descomponer ¡®nueves¡¯.
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