La causa del f¨²tbol
El apoyo a la selecci¨®n espa?ola en Catalu?a contrasta con el crecimiento del independentismo
El apoyo que la selecci¨®n espa?ola ha obtenido en Catalu?a durante la Eurocopa, muy visible en las manifestaciones de alegr¨ªa tras cada victoria y la proliferaci¨®n de banderas espa?olas en los balcones de numerosos domicilios, ha coincidido con la publicaci¨®n de una encuesta del Centro de Estudios de Opini¨®n (CEO) que revela que el s¨ª a la independencia de Catalu?a es ya mayoritario, con un 51,1%, y que los partidarios del Estado propio (34%) superan, por primera vez, las otras opciones demandadas: el federalismo (28,7%), la autonom¨ªa (25,4%) y la regi¨®n (5,7%). Esta aparente contradicci¨®n ha causado reacciones de extra?eza e incomprensi¨®n.
Entre quienes han tratado de explicarla est¨¢ el periodista Simon Kuper, autor del libro Football against the enemy (1994), traducido recientemente (F¨²tbol contra el enemigo). En su columna en el Financial Times, Kuper afirm¨® que ¡°Xavi es el camino para sentirse espa?ol sin renunciar al sentimiento catal¨¢n¡±. La frase servir¨ªa para comprender el apoyo catal¨¢n a La Roja, pero se da de bruces con el crecimiento sin precedentes del independentismo catal¨¢n, cierto m¨¢s all¨¢ de las encuestas. Y su explicaci¨®n de que los s¨ªmbolos nacionales, religiosos o de clase han adquirido un car¨¢cter tradicional y no reivindicativo no es convincente, puesto que las tradiciones son ellas mismas creadoras de identidad, como bien ha demostrado Eric Hobsbawm (La invenci¨®n de las tradiciones).
En primer lugar, no deber¨ªamos sacralizar ni el resultado de las encuestas, sometidas a efectos coyunturales, ni las reacciones de apoyo catalanas, ni desvalorizar el uso de los s¨ªmbolos nacionales, que nunca son gratuitos. Pero, en segundo lugar, deber¨ªamos distinguir entre la euforia desatada en Catalu?a y en el resto de Espa?a porque tienen significados distintos y responden a razones variadas.
Desde la consolidaci¨®n de la democracia en Espa?a, se han producido dos fen¨®menos paralelos, pero que han ido en direcci¨®n contraria. Por una parte, las selecciones deportivas espa?olas, sus ¨¦xitos internacionales, han rearmado el sentimiento de pertenencia a Espa?a. El deporte ha contribuido a consolidar la modernidad de Espa?a y ha dado a los espa?oles argumentos donde asentar su orgullo y reforzar su autoestima.
Mientras tanto, en Catalu?a ha ocurrido un proceso inverso en cierto sentido, de desnacionalizaci¨®n del FC Barcelona; aunque la entidad azulgrana contin¨²e siendo un escenario excelente para la difusi¨®n de la causa nacional catalana, es indiscutible que ha perdido el valor de refugio y salvoconducto para el nacionalismo catal¨¢n que tuvo durante la dictadura franquista. Y esta desnacionalizaci¨®n no ha podido ser canalizada hacia las selecciones catalanas. Cualquier apoyo a la selecci¨®n espa?ola deber¨ªa compararse al que lograr¨ªa la selecci¨®n catalana si pudiese participar en competiciones oficiales.
La mayor¨ªa de los catalanes se declaran tan catalanes como espa?oles (37,3%)
Sin embargo, tampoco hay que perder de vista que en todas las encuestas la mayor¨ªa de los catalanes se declaran tan catalanes como espa?oles (37,3%), aunque bien es cierto que en la misma encuesta del CEO esta opci¨®n desciende cinco puntos y que los que se declaran solo catalanes (22,7%) o m¨¢s catalanes que espa?oles (30,2) sumados suponen la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Nadie dijo que la sociolog¨ªa fuese una ciencia exacta.
M¨¢s espec¨ªficamente, el apoyo catal¨¢n a La Roja se explica a partir de dos hechos determinantes: el patr¨®n de juego del equipo, ese tiqui-taca que a veces aburre y otras enamora, es el del FC Barcelona, y el grueso de la selecci¨®n, quienes le dan perfil propio, son del FC Barcelona. Es decir, mientras el FC Barcelona se ha ido desnacionalizando, la selecci¨®n de Espa?a se ha blaugranizado.
No es un fen¨®meno banal si se tiene presente que la principal l¨ªnea estrat¨¦gica del catalanismo conservador, el mayoritario, fue el objetivo nunca logrado de catalanizar Espa?a como ¨²nica v¨ªa posible para solventar el problema catal¨¢n. En este sentido, el f¨²tbol ser¨ªa el ¨²nico caso de catalanizaci¨®n de Espa?a.
Siendo todo lo dicho v¨¢lido, creo que la raz¨®n fundamental sobre la que hay que abordar cualquier intento de explicar por qu¨¦ se dan simult¨¢neamente los mayores ¨ªndices de apoyo al independentismo y La Roja, es que la independencia de Catalu?a y el f¨²tbol son causas distintas y diferenciadas. A pesar del uso y abuso que del deporte se hace desde la pol¨ªtica, el f¨²tbol ha devenido una causa en s¨ª mismo y sus aficionados, en esta ¨¦poca de posmodernidad, segunda modernidad o modernidad l¨ªquida, seg¨²n cual sea el autor de referencia, son capaces de vivirlo con la misma intensidad con la que juegan sus m¨²ltiples identidades.
Jordi Badia es exdirector de comunicaci¨®n del FC Barcelona.
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