Los criadores de ¡®virenques¡¯
Rolland y Pinot encarnan, cada uno a su manera, y guiados por los gregarios de Hinault y Fignon, el futuro del ciclismo franc¨¦s y quiz¨¢s el de la ronda francesa
Francia, tierra de Anquetil, Poulidor, Bobet, Th¨¦venet, Fignon e Hinault, solo cr¨ªa virenques e intentos de jalaberts. ¡°Alto ah¨ª, alto ah¨ª¡±, brama desde su autoridad indiscutible Philippe Brunel, periodista en L¡¯?quipe. ¡°Pinot es otra cosa, que no se le ocurra a nadie meter a Pinot en el mismo saco que Rolland y dem¨¢s populistas. Pinot es, d¨¦jenme decirlo as¨ª, el nuevo Mes¨ªas. Es Fignon, pero en elegante¡±. ¡°Pinot, Pinot, es la fuerza mental, un chico maduro, un chico que sabe lo que quiere y que no se cree nada¡±, a?ade Jean Fran?ois Bernard, el exciclista que all¨¢ por el 87, cuando gan¨® la cronoescalada del Mont Ventoux, se convirti¨®, a su vez, en el nuevo Fignon, y la etiqueta le pes¨® tanto que le hizo hundirse. Sabe de lo importante de la fuerza mental, por tanto.
El Tour, dijo uno, es para el debutante como el plano reci¨¦n comprado para un turista en una ciudad desconocida, terso, brusco, lleno de aristas el primer d¨ªa, pero, al segundo d¨ªa, al tercero, ya sudado y doblado de cualquier manera en el bolsillo trasero del pantal¨®n, entra a formar parte de uno mismo, se pliega por donde debe, por donde deseamos, es propio, y la ciudad con ¨¦l. Esta imagen, seguramente, no deber¨ªa desagradar a Pinot, el m¨¢s joven del Tour (22 a?os), uno al que, cuenta de vez en cuando, le gusta salir solo a entrenarse, disfrutar la naturaleza y, sobre todo, sentarse a no hacer nada, a ver la vida, a contemplar con alama so?adora como quien digiere un poema mirando a las nubes. Claro que eso puede no decir nada si no fueran tambi¨¦n s¨ªntomas del verdadero rasgo que hace del d¨¦cimo clasificado del Tour un corredor diferente: la rebeld¨ªa.
¡°Esa es la virtud que m¨¢s le acerca a Fignon¡±, contin¨²a entusiasmado Brunel. ¡°No hay que olvidar que Pinot es lo que es por llevarle la contraria a su director, Marc Madiot, que no quer¨ªa traerlo al Tour, que no le quer¨ªa dejar entrar en fuga, que no quer¨ªa dejarle luchar por la general. Y lo que es Pinot no es solo su victoria de etapa en Porrentruy, sino, sobre todo, el sprint con Evans por ser 11? el d¨ªa de Voeckler, qu¨¦ cruce de miradas, qu¨¦ desaf¨ªo, qu¨¦ forma de decir aqu¨ª estoy yo; su sprint con Froome, Wiggins y todos los grandes detr¨¢s de Rolland en La Toussuire. Su desparpajo¡±.
La rebeld¨ªa es la virtud que m¨¢s acerca Pinot a Fignon¡± Philippe Brunel, periodista de 'L'Equipe'
Mientras la rebeld¨ªa de Fignon, aquel que gan¨® el primer Tour en el que particip¨®, a los 23 a?os, en 1983, aquel que titul¨® su autobiograf¨ªa Cuando ¨¦ramos j¨®venes y despreocupados, estaba plenamente compartida con su director, Cyrille Guimard, que la alentaba, la encend¨ªa (¡°fue mi hijo espiritual¡±, a¨²n dice el viejo Guimard), la de Pinot choca con la visi¨®n m¨¢s calculadora de su director, de Madiot, uno que justamente aprendi¨® su oficio de ciclista a las ¨®rdenes de Guimard en el Renault, como gregario de Hinault, el ¨²ltimo gran franc¨¦s, y Fignon. Como Madiot, Jean Ren¨¦ Bernaudeau, el director del Europcar, tambi¨¦n fue ciclista a las ¨®rdenes de Guimard e Hinault. Los dos tienen a su cargo tambi¨¦n las dos principales canteras del ciclismo franc¨¦s y, pese a provenir de la escuela de la que provienen, curiosamente ambos en su selecci¨®n de corredores, en su visi¨®n del ciclismo, se han dejado contaminar, se gu¨ªan por el ¨²ltimo gran ciclismo de ¨¦xito en Francia, el de los a?os 90, en el que las figuras eran Virenque y Jalabert, el ciclismo que ahora encarna Thomas Voeckler, el ciclismo de la b¨²squeda de los jours de gloire consabidos.
¡°Y dir¨¦ una cosa¡±, dice, en voz baja, sin querer que se sepa su nombre, un excorredor compa?ero de Fignon y Madiot en el Renault. ¡°Pinot es muy bueno, pero solo ser¨¢ capaz de ser el m¨¢ximo si se va de Francia, si se va de Madiot. Madiot, Bernaudeau, son directores a la antigua. Solo saben mandar dando voces, insultando, amenazando al ciclista, y los j¨®venes de ahora necesitan otras palabras, otro tipo de direcci¨®n. Pinot solo ganar¨¢ el Tour si se va de Francia¡±.
Cuando Pierre Rolland, nacido en 1986, era un ni?o en la edad en que todo se absorbe, en la que se crean los ¨ªdolos, eran los a?os en que Virenque prefer¨ªa ser antes un Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n, solo contra fuerzas superiores, incansable luchador y ganador, que un ciclista estructurado capaz de arriesgarlo todo por ganar el Tour. Era m¨¢s rentable, ganaba m¨¢s portadas ganando etapas como las ganaba, grandes cabalgadas en la monta?a, y maillots de lunares, que perdiendo el Tour.
As¨ª que no extra?a que a la hora de citar sus referencias, de decir qui¨¦n quiere ser como ciclista, Rolland, ganador en la Toussuire y noveno en la general, cite a Virenque y tambi¨¦n a Jalabert, el ¨²ltimo Jalabert, que tambi¨¦n fue un Virenque. ¡°Fue un error de la prensa en Francia¡±, dice Brunel. ¡°Cre¨ªamos que el ¨²nico ciclismo que pod¨ªamos ofrecer era el populista. Regal¨¢bamos portadas y dej¨¢bamos en segundo plano a aquellos que luchaban por la victoria en la general, todos extranjeros¡±. ¡°Y¡±, a?ade Yvon Ledanois, el director franc¨¦s del Movistar, ¡°es as¨ª: a Madiot y Bernaudeau solo les preocupa ocupar de vez en cuando la primera p¨¢gina de L¡¯?quipe, nada m¨¢s¡±.
Rolland vio a Virenque lograr m¨¢s portadas ganando etapas que perdiendo el Tour
As¨ª que Rolland, no, pero Pinot s¨ª. Pinot, escalador fin¨ªsimo y elegante de la regi¨®n del Ain, crecido a la sombra del Grand Colombier, cree en otro destino para su personaje y habla de ganar el Tour, no ya, sino en el futuro. ¡°Tengo a¨²n que mejorar mucho¡±, dijo despu¨¦s de su victoria de etapa un ciclista que como Sagan, como Froome, como Rolland, Rui Costa o Van Garderen, marca el cambio de ciclo del ciclismo mundial, una realidad diferente que quiz¨¢s le sea totalmente extra?a cuando regresen el pr¨®ximo a?o Andy y Contador, los dos que lideraban la generaci¨®n actual. ¡°Tengo que aprender a agarrar el manillar por la parte baja, a hacerme hueco con los codos, a bajar, a contrarrelojear¡¡±
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