El Getafe descifra el caos

Un galimat¨ªas de rebotes, choques, pitidos y tarjetas. Un partido jugado a trompicones y resuelto de penalti. Como en un ins¨®lito d¨¦j¨¤ vu, al Getafe se le volvi¨® a despejar el horizonte a las primeras de cambio. Si el pasado lunes el Mallorca se quedaba con 10 hombres en el Coliseum tras una desmedida entrada de Ximo a Diego Castro, cinco d¨ªas despu¨¦s se repet¨ªa la escena en La Romareda calcando las coordenadas espacio temporales. Tambi¨¦n a los 10 minutos de juego y tambi¨¦n en una acci¨®n intrascendente a la altura del centro del campo, el partido quedaba desequilibrado. Esta vez fue Romaric el intempestivo protagonista tras estrellar sus tacos contra la rodilla izquierda de Lacen en un plantillazo grosero que le vali¨® la tarjeta roja. Desatado, Mu?iz Fern¨¢ndez tambi¨¦n mand¨® a la ducha a ?lvaro y Barrada en la segunda parte.

De nuevo se enfrentaban los de Luis Garc¨ªa al reto de gestionar la superioridad num¨¦rica y de nuevo lo solventaron a trancas y barrancas. Y eso que la tarde se present¨® propicia. El ventajoso escenario pudo ser a¨²n m¨¢s id¨ªlico para el conjunto madrile?o si Abdel Barrada hubiera atinado en una de sus fibrosas galopadas. Apenas se hab¨ªan disputado tres minutos de partido cuando el marroqu¨ª midi¨® su viveza ante la modorra de ?lvaro. El central del conjunto ma?o perdi¨® el paso y la cartera en el envite y Barrada se lanz¨® a campo abierto frente a Roberto con todas las de ganar. Sin embargo, cuando hab¨ªa superado al guardameta se enred¨® buscando la soluci¨®n en el cat¨¢logo de remates. El gol cantado se convirti¨® en un tropez¨®n.

Fue un espejismo. No le fue f¨¢cil al Getafe resolver el crucigrama. Ni con el susto inicial ni con la expulsi¨®n de Romaric se amilan¨® el Zaragoza. Jim¨¦nez reclut¨® a Movilla para equilibrar el dibujo y apel¨® al prietas las filas. A base de nervio y abnegaci¨®n, los locales equilibraron el pulso y acapararon las contadas ocasiones del primer acto, aunque con el paso de los minutos baj¨® la intensidad de la tropa.

Era un partido de trazo grueso, con m¨¢s fricciones que pases. En el c¨¦sped se derrochaba sudor y en la grada se escapaban los bostezos hasta que Pedro Le¨®n descifr¨® el partido. El murciano se elev¨® sobre los cascotes, enmoquet¨® la banda derecha del ataque getafense y comenz¨® a prodigarse con peligro por el ¨¢rea de Roberto. Primero ejerci¨® como surtidor, lanzando centros cargados de intenci¨®n que se encontraron remates llenos de desatino. Despu¨¦s, presentando su candidatura a rematador. En una de esas intentonas se filtr¨® entre ?lvaro y Paredes y en el baile de piernas cay¨® al suelo. Penalti y expulsi¨®n para el colegiado.

Diego Castro transform¨® el lanzamiento y agarr¨® los tres puntos para el Getafe. Cuesta abajo y con el viento a favor los de Luis Garc¨ªa ejecutaron un pim pam pum contra Roberto, pero incapaces de aumentar su bot¨ªn se vieron abocados a otro final de apreturas y sofoc¨®n, como el futuro que parece esperar un a?o m¨¢s a los locales.