Fiorenzo Magni, el ciclista entre Coppi y Bartali
Conquist¨® tres Giros durante la ¨¦poca dorada del ciclismo italiano pese a coincidir con los dos mitos
Terminado el Giro de 1951, dos ciclistas dan la vuelta de honor en el vel¨®dromo de Vigorelli: el ganador con su maglia rosa, Fiorenzo Magni, y Nane Pinarello, vistiendo la maglia negra que entonces distingu¨ªa al ¨²ltimo clasificado. ¡°Y yo, que sab¨ªa del pasado fascista de Fiorenzo, de su pertenencia a las brigadas negras, le pregunt¨¦: ¡®?No te gustar¨ªa que cambi¨¢ramos de maglia? El negro te gusta tanto¡¡¯. Y ¨¦l me respondi¨® gui?¨¢ndome el ojo maliciosamente¡±, cont¨® a?os despu¨¦s el abuelo Pinarello.
Fiorenzo Magni, ciclista toscano (nacido en 1920, un a?o despu¨¦s que Coppi, seis m¨¢s que Bartali, en Vaiano), muri¨® ayer, y contar su vida, su larga vida, es tambi¨¦n contar la historia de Italia y sus contradicciones y la historia del ciclismo en el siglo XX, en la que se inscribi¨® como el tercer hombre, como el oportunista a veces mal amado que sabiamente sac¨® provecho de la Italia dividida entre Coppi y Bartali para construirse un palmar¨¦s inmenso en los a?os cincuenta. ¡°Sab¨ªa que a Fausto, cuando no se ve¨ªa con fuerzas para ganar, solo le importaba que no ganara Gino, y viceversa, y yo sab¨ªa moverme, supe llevarme bien con todos y pescar mi bot¨ªn¡±. Por esa lucidez de superviviente, por no renegar a Bartali, que le habr¨ªa hecho la vida imposible, renunci¨® sin protestar en 1950 a la que quiz¨¢s habr¨ªa sido su victoria m¨¢s grande, la del Tour: siendo Magni maillot amarillo, Bartali orden¨® retirarse a toda la squadra azzurra porque el p¨²blico franc¨¦s le hab¨ªa agredido en el Aspin.
Antes que superviviente del ciclismo, Magni fue un superviviente de la guerra. Afiliado a las brigadas negras de la rep¨²blica fascista de Sal¨° tras el armisticio del 8 de septiembre de 1943, Magni particip¨® activamente en la guerra civil y fue juzgado en 1945, junto a otros 30 camaradas, por la matanza de Valibona, un pueblo en los Apeninos toscanos. Fue el ¨²nico acusado absuelto, quiz¨¢s gracias al testimonio en su favor de un conocido ciclista de la ¨¦poca, compa?ero de pelot¨®n. Nunca reneg¨® del fascismo, como quiz¨¢s pudieron comprobar los gregarios de su equipo, que dirig¨ªa como un verdadero dictador: si Magni ten¨ªa fuerza y vigor en los finales de etapa era porque pasaba la primera parte sin dar una pedalada, agarrado al culotte de sus gregarios, que sab¨ªan que solo les quer¨ªa para eso. No era una pr¨¢ctica prohibida en la ¨¦poca, pero Magni era el ¨²nico gran campe¨®n que disfrutaba de ella.
Nunca reneg¨® de su pasado en las brigadas negras fascistas
No se par¨® ah¨ª: cuentan las cr¨®nicas de la ¨¦poca que Magni, uno que no destacaba como escalador, gan¨® el primero de sus tres Giros, el de 1948, gracias a los empujones de forzudos estrat¨¦gicamente distribuidos en la ascensi¨®n al Pordoi. El Giro le castig¨® con dos minutos por la t¨¢ctica, y Coppi, que consider¨® m¨ªnima la sanci¨®n, abandon¨® con todo el Bianchi. Magni termin¨® ganando el Giro entre los pitidos de los aficionados.
Magni es tambi¨¦n la memoria orgullosa y la f¨¦rrea voluntad. Gan¨® tres Tours de Flandes consecutivos (1949 a 1951), el primer extranjero, tras el suizo Suter 25 a?os antes, que se impon¨ªa en el Campeonato del Mundo de los flamencos, a los que demostr¨® que no eran una raza aparte, y se convirti¨® para siempre en el Le¨®n de Flandes. Y en su ¨²ltimo Giro, en 1956, protagoniz¨® la fotograf¨ªa que quiz¨¢s mejor simboliza la ¨¦poca heroica del ciclismo: con la clav¨ªcula rota fue capaz de terminar la carrera atando una cuerda al manillar que mord¨ªa fuerte tanto para aguantar el dolor como para guiar la bicicleta y tomar impulso hasta la eternidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.