Valer¨®n alumbra un derbi chato

En un mal partido, con escaso vuelo, plagado de futbolistas con las luces apagadas, apareci¨® Valer¨®n para mostrar todo su fulgor. No es la primera vez que se exhibe en Bala¨ªdos, escenario donde ha mostrado lo mejor de su repertorio y que ayer, cuando se march¨® sustituido a falta de un cuarto de hora, le despidi¨® con unos significativos aplausos. Fue el reconocimiento de una afici¨®n que jam¨¢s se manifest¨® de manera similar ante otro futbolista del eterno rival.

Aun en el ocaso de su carrera el genio canario marca diferencias y ejerce de faro de un equipo como el Deportivo tan necesitado de que alguien le marque el paso. Lo demostr¨® una vez m¨¢s con una acci¨®n para la videoteca. Transcurr¨ªa el partido entre imprecisiones, en una nader¨ªa que conven¨ªa al Celta, en ventaja tras un gol tempranero, con el equipo de Oltra entregado a la prisa y la resoluci¨®n r¨¢pida, en definitiva a caer en el fuera de juego. All¨ª estaba Valer¨®n para pedir calma, con las palmas hacia abajo, reclamando sosiego. Hasta que se encontr¨® la pelota en la frontal, all¨ª teji¨® con el esf¨¦rico un cambio de pie, descoloc¨® con un giro de cintura y un paso de claqu¨¦ a la l¨ªnea trasera del Celta y encontr¨® un pasillo interior con dos destinatarios: Riki o Juan Dom¨ªnguez, que fue el que lo recogi¨® para definir.

La virguer¨ªa de Valer¨®n premi¨® el esfuerzo del Deportivo por devolver el partido a su estado inicial. A veces un tanto en los primeros minutos decanta actitudes inesperadas en los equipos. Ocurri¨® hace un a?o en Riazor cuando el Deportivo se puso en ventaja en su primera llegada y a partir de ah¨ª perdi¨® la pelota. Ayer le sucedi¨® algo as¨ª al Celta, que siempre dio la impresi¨®n de ir a contrapelo. Marc¨® tras una imprecisi¨®n del cuadro coru?¨¦s en la salida de la pelota que aprovech¨® Aspas para tejer un contragolpe mal acabado, pero lo suficientemente afortunado para que Bermejo resolviera sin oposici¨®n tras un rechace. Y el equipo de Herrera se cay¨®, excesivamente replegado, fiado a su potencial, a otra respuesta al galope que no lleg¨®, sin que adem¨¢s ?lex L¨®pez, su term¨®metro en el mediocampo, adquiriera relevancia.

El gol en contra no reactiv¨® al Celta, s¨ª un segundo contratiempo, la expulsi¨®n de Cabral, que en apenas tres minutos cometi¨® dos faltas sobre Riki. Se agrup¨® bien el equipo de Herrera, sin Bermejo, que le daba salida en los balones divididos, pero con cierta fluidez para llegar a Aranzub¨ªa. Le falt¨® punter¨ªa, pero trabaj¨® bien en inferioridad, con matices de equipo maduro porque supo elegir los momentos para iniciar sus escarceos ofensivos, los que culminaba Krohn-Dehli, que siempre va a m¨¢s con el paso de los minutos, o los que acababan en Iago Aspas, que sin tanto juego como deseaba, envi¨® cerca del palo un remate de zurda tras una acci¨®n armada por Hugo Mallo.

Fue en ese tramo del partido cuando al Deportivo le falt¨® un punto m¨¢s. Puede llamarse intensidad, codicia, quiz¨¢s haya que llamarle f¨²tbol. Perdi¨® el hilo, recibi¨® un gol de Samuel en una acci¨®n de estrategia que estuvo bien anulado por fuera de juego. Avis¨® el Celta en sus mejores minutos mientras el Deportivo, nada importunado para sacar el bal¨®n jugado apenas esboz¨® mayor plan que buscar a Valer¨®n, que mejor¨® casi todos los balones que le llegaron, pero al que no le sobra aliento. Porque el genio deportivista ya difumin¨®. Su baj¨®n fue el del equipo. Otros no aparecieron, tampoco en el Celta. Seguramente el empate fue el ep¨ªlogo m¨¢s justo para un derbi que deja dudas en los dos grandes gallegos porque el Deportivo suma ocho jornadas sin cantar victoria y el Celta precisa asegurar los puntos en su feudo ante los rivales directos vista su escasa capacidad para resolver en las visitas.