El Atl¨¦tico no se concede treguas

La historia de los batacazos de los equipos de Primera en la Copa est¨¢ escrita por equipos que no comprendieron que en esta clase de partidos el m¨¢s d¨¦bil trata de imponerse primero por sudor e intensidad. No se lo consinti¨® el Atl¨¦tico al Ja¨¦n y a partir de ah¨ª evit¨® cualquier sorpresa. Aplic¨® el equipo de Simeone la receta adecuada: hacerle saber a ese contrario envalentonado por no tener nada que perder y mucho que demostrar que no estaba dispuesto a perder la batalla de correr. Juegue quien juegue, no se concede tregua alguna este equipo, enrachado y crecido como est¨¢.

El penalti convertido por Diego Costa y la expulsi¨®n de Dani Torres a la media hora despejaron el panorama para el Atl¨¦tico. Hasta ese momento aparecieron esos tics cl¨¢sicos de estos enfrentamientos, donde el 10 del equipo fr¨¢gil esa noche quiere ser m¨¢s 10 a¨²n, justificar ese dorsal y quiz¨¢ reivindicar que su f¨²tbol est¨¢ por encima de la categor¨ªa en la que juega. Ese fue el caso de Fran Machado, que le puso intenci¨®n y finura a cada cosa que intent¨®. Servando, a su vez, se mostraba como un central sin miedo a salir jugando con toques o a la carrera driblando. Y Gait¨¢n, dispuesto a ense?arle al Cebolla Rodr¨ªguez que tendr¨ªa que sacar esa vertiente de futbolista de ida y vuelta. Se atrevi¨® el Jaen a no traicionarse a mirarle a la cara al Atl¨¦tico desde la pelota. Quiso combinar a todo campo y le gener¨® ciertos problemas a Courtois con un par de disparos, uno de ellos tras una pared en la frontal del ¨¢rea que desconcert¨® a la defensa de Simeone, del que sorprendi¨® que no utilizara a Asenjo. Quiz¨¢ fue la par se?al m¨¢s rotunda de su mensaje de que respetaba la Copa y al Jaen.

Que el Atl¨¦tico no se iba a dejar comer desde la intensidad lo demostr¨® que fue a buscar al Jaen arriba, a presionarlo. Rob¨® as¨ª varios balones en la salida del Ja¨¦n que sirvieron para domar su ¨ªmpetu inicial. Con el penalti y la expulsi¨®n, tras un centro atr¨¢s de Silvio que Dani Torres intercept¨® con las manos, el partido ya fue por completo del Atl¨¦tico. No se rindi¨® el Ja¨¦n, pero ya le entreg¨® el campo y la pelota. Ah¨ª s¨ª pareci¨® que para el Atl¨¦tico dominar desde el bal¨®n no es su principal virtud. Los rojiblancos son m¨¢s dominadores desde los espacios que desde la pelota. No se dejaban ara?ar, pero tampoco se impon¨ªan pese a estar en superioridad.

Fue Adri¨¢n el que cerr¨® el partido y probablemente la eliminatoria. Por fin emprendi¨® y culmin¨® una de las jugadas que la temporada pasada le dispararon la cotizaci¨®n y le lanzaron al estrellato. Arranc¨® en tres cuartos, super¨® por velocidad a Nino y tir¨® de juego de tobillo para clavar a Toni Garc¨ªa con un toque suave. La jugada confirm¨® que Adri¨¢n hace m¨¢s da?o cuando m¨¢s cerca est¨¢ del ¨¢rea, que sus sacrificios en la banda en pos del colectivo en los partidos grandes son entendibles, pero normalizar ese rol le ha perjudicado. Fall¨® un gol cantado, casi a puerta a vac¨ªa que alimentar¨¢ el debate sobre su figura.

Con dos goles de ventaja, Simeone le dio cancha a la cantera. Entr¨® Sa¨²l y tambi¨¦n ?liver, que no jugaba ni iba convocado desde el primer partido de Liga ante el Levante. Al chico la pinta de futbolista distinto se le divisa hasta en la manera de correr. Su primera acci¨®n fue una llegada desde segunda l¨ªnea para cabecear un centro de Adri¨¢n que Toni le sac¨® con la puntera. Una acci¨®n similar que Ra¨²l Garc¨ªa, de oficio llegador, s¨ª que no desaprovech¨®.