Cristiano aplana al Sevilla

El Sevilla se asom¨® a Chamart¨ªn como quien tantea el terreno, pl¨¢cidamente, con leche tibia en las venas, y Cristiano le pas¨® por encima. Casi no hubo disputa. El hat trick lo explic¨® casi todo. Fue un negocio r¨¢pido. Tres golpes para un partido sin demasiada historia. Un descansillo en la escalera que conduce a la Liga de Campeones.

La noche se present¨® cargada de incertidumbre para el Madrid. Como una transici¨®n entre el espanto de Granada y la visita del Manchester para jugar el partido m¨¢s importante en lo que va de temporada. La gente acudi¨® con escasa disposici¨®n y contempl¨® los acontecimientos con cierta distancia. Si la clasificaci¨®n deprime, la alineaci¨®n, por ins¨®lita, invit¨® a la desconfianza. Injustificadamente. El Madrid mostr¨® los mismos problemas y los mismos valores que lo caracterizan cuando juegan los habituales. Fuerte atr¨¢s y rematador arriba, se le apagaron las luces cuando intent¨® dar el primer pase. Lo mismo que cuando busc¨® el ¨²ltimo. S¨®lo se ilumin¨® espor¨¢dicamente. A falta de ?zil, fue Modric quien dio un paso al frente. El croata movi¨® la pelota con acierto, sobre todo cuando Kak¨¢ le ofreci¨® salidas. Efectivamente: Kak¨¢. El brasile?o volvi¨® a ser titular despu¨¦s de cuatro meses en el calabozo. No se sabe por qu¨¦ lo mantuvieron apartado y seguramente ninguna autoridad en el club explique por qu¨¦ contaron con ¨¦l contra el Sevilla. Sus compa?eros, que le ven entrenarse, dicen que estaba en mejor forma en el verano que ahora. Pero Mourinho lo puso ahora y se gan¨® tres ovaciones del Bernab¨¦u en la primera parte. Nada mal, teniendo en cuenta la falta de acci¨®n. Demasiado bien para tanta marginaci¨®n. Son los misterios de la administraci¨®n deportiva.

Emery sali¨® a la zona t¨¦cnica en actitud gesticulante: dirigi¨® la presi¨®n de su equipo con la mano, se?al¨® los pases, los desmarques, las posiciones. El entrenador fue lo m¨¢s emotivo del Sevilla, equipo desalentado, indeciso, desprovisto de un solo jugador que oriente a sus compa?eros sobre c¨®mo gestionar el partido. Achic¨® mal el campo, presion¨® sin orden, y careci¨® de centrocampistas con un m¨ªnimo de visi¨®n panor¨¢mica para conducir los ataques. S¨®lo lo pod¨ªa salvar la velocidad y el desborde. Tampoco tuvo eso. De los extremos, solo Navas grit¨® presente. Reyes se abandon¨® y Negredo se conden¨® a jugar de espaldas bajo la vigilancia de Ramos. El capit¨¢n del Madrid no le dio tregua. Lo encim¨®. Se le anticip¨® en cada acci¨®n.

Ramos apuntal¨® a su equipo y Modric, liberado de cualquier incordio por los volantes rivales, conect¨® con los delanteros. Un bal¨®n largo del media punta fue proyectado con clase por Higua¨ªn, que jug¨® con Cristiano. El portugu¨¦s gan¨® la l¨ªnea de fondo y meti¨® el centro para que Benzema empujara la pelota a gol. La maniobra descubri¨® la perplejidad general del Sevilla: Kondogbia dej¨® hacer a Modric, Coke contempl¨® el bal¨®n, Fazio se gir¨® con retardo y Beto no cuid¨® bien su palo.

Abierta la brecha, comenz¨® el festival de Cristiano. Avanzaba el Madrid sin demasiada pasi¨®n cuando el goleador recibi¨® un bal¨®n cerca del pico izquierdo del ¨¢rea de Beto. Un suceso aparentemente irrelevante en la circulaci¨®n de la pelota. Eso debi¨® de pensar Maduro, que asisti¨® a su marca casi con condescendencia. Quiz¨¢s crey¨® que no ten¨ªa perfil para su pierna, la pierna derecha. Cristiano le hizo la bicicleta, un pedaleo corto, gan¨® un metro, y solt¨® el zurdazo. Una maravilla que envi¨® el bal¨®n al segundo palo con una violencia y una precisi¨®n asombrosas. El Bernab¨¦u salud¨® la obra con una aclamaci¨®n cerrada.

Kak¨¢ se gan¨® varias ovaciones del Bernab¨¦u y Pepe regres¨® al final tras un mes de baja

El Sevilla se fue malherido al descanso y se inmol¨® al regresar. Sac¨® de porter¨ªa Beto, despej¨® Arbeloa cerca de la raya del medio campo, y la pelota fue a parar a las inmediaciones de Cristiano y Fazio. Uno de los dos tard¨® en reaccionar y no fue Cristiano. Otro zurdazo y el 3-0 subi¨® al marcador como una l¨¢pida sobre el partido.

El 4-0 fue otra exhibici¨®n del ¨ªdolo. Parti¨® de una acci¨®n extra?a: Kak¨¢ persigui¨® a Navas hasta cerca del c¨®rner y le hizo falta. El ¨¢rbitro le mostr¨® tarjeta. El Sevilla lanz¨® la penalizaci¨®n y del rebote sobrevino el contragolpe. Cristiano pas¨® en profundidad para Higua¨ªn y fue a buscar el centro como un avi¨®n. Recorri¨® todo el campo y meti¨® el gol en el segundo palo. Su diana n¨²mero 24 en Liga. Monumento al esfuerzo y sustituci¨®n para el reconocimiento de la hinchada, que le despidi¨® hasta luego. Hasta el mi¨¦rcoles. Hasta la Champions.

Sin Cristiano en la cancha, no sobraron las novedades. El ¨¢rbitro expuls¨® a Higua¨ªn y Maduro por doble amonestaci¨®n y Mourinho propici¨® el regreso de Pepe tras un mes de baja para colocarlo de medio centro. Manu del Moral hizo el gol del honor sevillista.