Michu corona al Swansea
El equipo gal¨¦s gana la Copa de la Liga inglesa ante el humilde Bradford
Michu baja a recibir, triangula y rasea la pelota. Despu¨¦s le encanta sorprender desde la segunda l¨ªnea. Dispara cuando el portero menos se lo espera. Y disfruta de cada segundo en el Swansea, donde se ha convertido en la referencia pese a ser un reci¨¦n llegado. Hasta el punto de interceder en la bronca entre Dyer y De Guzm¨¢n por qui¨¦n tiraba el penalti. De Guzm¨¢n, proclam¨® Michu. El delantero asturiano, de 26 a?os, marc¨® un gol y particip¨® en otros dos en una victoria inapelable del Swansea ante el humilde Bradford, de la cuarta divisi¨®n inglesa, honrado de haber estado all¨ª. Es su mayor logro desde su fundaci¨®n, en 1911, despu¨¦s de haber eliminado al Wigan, al Arsenal y al Aston Vila. Llegados desde Yorkshire, sus 32.000 hinchas se lo pasaron en grande.
BRADFORD, 0 - SWANSEA, 5
Bradford:?Duke, Darby, McHugh, McArdle, Good (Davies, m.45), Thompson (Hines, m.73), Atkinson, Jones, Doyle, Hanson, Wells (McLaughlin, m.57).
Swansea: Tremmel, Williams, Rangel, Davies (Tiendalli, m.84), Britton, Michu, Pablo, Dyer (Lamah, m.78), Routledge, De Guzman, Ki Sung-Yeung (Monk, m.62).
Goles: 0-1. M.16. Dyer. 0-2. M. 40. Michu. 0-3. M. 47. Dyer. 0-4. M. 59. De Guzm¨¢n, de penalti. 0-5. M. 92. De Guzm¨¢n.
?rbitro: Kevin Friend (Reino Unido). Expuls¨® a Duke y amonest¨® a Sung-Yeung.
Estadio de Wembley.
En el a?o de su centenario, el Swansea conquist¨® su primer gran trofeo. Y lo hizo al estilo espa?ol, tocando a trav¨¦s de futbolistas peque?os y habilidosos (Britton y Pablo Hern¨¢ndez, sobre todo), muy del gusto de su entrenador, Michael Laudrup, que sabore¨® una tarde placentera en Wembley (0-5), siguiendo las huellas de sus antecesores en el banquillo, Roberto Mart¨ªnez y Brendan Rodgers. El t¨ªtulo lo clasifica para la pr¨®xima Liga Europa.
El runr¨²n recorr¨ªa el m¨ªtico Wembley cada vez que la pelota le ca¨ªa a Michu. Daba la sensaci¨®n de que pod¨ªa pasar algo y pasaba. No necesita casi nada para generar peligro. Esconde el disparo porque apenas arma la pierna izquierda, la suya buena, y suele colocar el bal¨®n cerca de los palos. Tic. Su primer tiro, repelido por el portero Duke, lo remach¨® Dyer en la misma l¨ªnea de gol (m. 16).
En el segundo remate, Michu ya acapar¨® todo el protagonismo: recibi¨® de Pablo Hern¨¢ndez en la frontal, mir¨® al central y, zas, clav¨® la pelota justo por entre las piernas del defensa, pegado junto al palo izquierdo de Duke (m. 40). La conexi¨®n Pablo-Michu fue constante. Se buscan, se entienden y se necesitan. El exvolante del Valencia dio un recital de pases al primer toque y rozando la hierba. Aunque parte desde la izquierda, Laudrup le da plena libertad para que explote su creatividad. Por la derecha, muy a menudo, llega Rangel, un lateral derecho con recorrido, acorde con el libreto de Laudrup, que impuso un control aplastante ante el limitado Bradford. Cada vez que el Bradford se animaba y sal¨ªa confiado de la cueva, el Swansea lo remataba a la contra. Como en el arranque del segundo tiempo. Dyer se escap¨® por la banda, mir¨® a Michu, que le ped¨ªa insistentemente la pared. Se resist¨ªa a d¨¢rsela y cuando lo hizo, el asturiano sorprendi¨® a todos dejando pasar el bal¨®n. Sab¨ªa que hab¨ªa un compa?ero detr¨¢s para devolverle la pelota a Dyer. Este par¨®, amag¨® con la derecha y dispar¨® con la zurda (48).
El Swansea ya jug¨® a placer y en plena exhibici¨®n de toques surgi¨® el ego¨ªsmo desaforado de Dyer. Tras el penalti de Duke a Jonathan de Guzman, este era el encargado del entrenador para lanzarlo. Pero apareci¨® Dyer y quiso arrebatarle de malas maneras el bal¨®n. De Guzman le respondi¨® con una sonrisa, pero no se dej¨® amedrentar. Intervino Michu para darle la raz¨®n a De Guzm¨¢n. Hasta aqu¨ª llega ya la jerarqu¨ªa en el grupo del delantero espa?ol. Laudrup, desde la banda, no pod¨ªa creerlo. Al final lanz¨® y marc¨® De Guzman; Dyer no lo celebr¨®.
Entr¨® el meta escoc¨¦s Mclaughlan por el expulsado Duke, el h¨¦roe de la clasificaci¨®n del modesto Bradford hasta las cimas de Wembley. La abultada derrota, sin embargo, no iba a arruinar la fiesta de los 32.000 hinchas del Bradford desplazados hasta Londres. Para ellos era un ¨¦xito inmenso haber llegado all¨ª. Entre la grandeza del f¨²tbol ingl¨¦s existen estos cuentos de hadas. El de Michu, el primer espa?ol que marca en una final inglesa, es uno de ellos.
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