Mourinho es el ¡®gal¨¢ctico¡¯
Optimista tras los cl¨¢sicos, Florentino P¨¦rez sue?a con ganar la ¡®Champions¡¯ y avalar su mandato con el ¨¦xito de su gran apuesta
Florentino P¨¦rez vive sus d¨ªas m¨¢s felices en mucho tiempo. Dicen sus allegados que las victorias del Madrid en los ¨²ltimos cl¨¢sicos le han transformado la apariencia: su rostro cer¨²leo de diciembre ha recobrado el color y de sus ojos parte un brillo de reafirmaci¨®n. Los acontecimientos recientes validan su apuesta por mantener a Mourinho tras el periodo de reflexi¨®n que ¨¦l mismo abri¨® despu¨¦s de la derrota ante el Betis, en noviembre (1-0). Sus allegados le ven ufano. Orgulloso de haberse enfrentado a todos aquellos consejeros que le dijeron que conven¨ªa pensar en sustituir al m¨¢nager para afrontar el desenlace de la temporada. El presidente cree que hizo bien, que su identificaci¨®n con Mou no le habr¨ªa permitido una desvinculaci¨®n en caso de fracaso, y que no hay mejor hombre que el portugu¨¦s para encabezar su proyecto, a pesar de que hasta ahora le ha disgustado su manera de gestionar los partidos de Champions. Su sue?o es que el equipo gane la competici¨®n porque as¨ª podr¨¢ presentarse a las elecciones presidenciales del verano con resultados que avalen la principal apuesta del mandato que concluye: su gal¨¢ctico Jos¨¦ Mourinho.
El presidente cree que no hay mejor t¨¦cnico que el portugu¨¦s para encabezar su proyecto
¡°He jugado diez o doce veces en este estadio¡±, dijo Mourinho ayer, luciendo su inmenso curr¨ªculum en su visita a Old Trafford para presentar el partido. Confes¨® que, tras el 1-1 de la ida, espera un encuentro condicionado por la extrema prudencia: ¡°Imagino un Manchester muy defensivo cuando el Madrid tenga el bal¨®n y bastante ofensivo cuando lo tengan ellos. Nosotros igual. A pesar de que estemos por detr¨¢s en la eliminatoria, tenemos que defender mucho y bien cuando el Manchester tenga la posesi¨®n del bal¨®n porque es un equipo muy fuerte en sus transiciones ofensivas¡±.
Florentino P¨¦rez comparte algunos rasgos del car¨¢cter y algunos anhelos de Mourinho. Ambos se distinguen por su modo de trazar estrategias. Los dos son planificadores obsesivos y, en su af¨¢n por controlar cada detalle, dejan abiertas todas las puertas posibles y lanzan mensajes contradictorios para lograr sus objetivos. A lo largo de esta temporada, P¨¦rez ha hecho c¨¢lculos en sentidos opuestos: por si los resultados eran insoportablemente malos, dise?¨® el escenario de la destituci¨®n fulminante del m¨¢nager; y al mismo tiempo, nunca descart¨® la posibilidad de unirse a ¨¦l m¨¢s profundamente todav¨ªa, concedi¨¦ndole todos sus reclamos, incluyendo la venta el pr¨®ximo verano de futbolistas queridos por la afici¨®n. Para esto ¨²ltimo le pidi¨® una Champions. Esa Champions que esta noche pasa por Manchester.
¡°Tenemos que defender mucho y bien¡±, asegura el entrenador blanco
Mientras ped¨ªa a P¨¦rez m¨¢s poder para dise?ar un proyecto a largo plazo, Mourinho busc¨® salidas desde el pasado oto?o, por si finalmente las condiciones en el Madrid no le satisfac¨ªan. Hace dos semanas se entrevist¨® en Londres con unos representantes de Roman Abram¨®vich, el due?o del Chelsea, para ofrecerle sus servicios. Abram¨®vich emiti¨® su respuesta d¨ªas despu¨¦s, y aunque no descart¨® ficharle, le aclar¨® que ten¨ªa dudas: el juego que practicaba el Madrid no le convenc¨ªa cuando pensaba en su futuro Chelsea.
La incertidumbre en el mercado y las victorias en los cl¨¢sicos han transformado el panorama. Ahora Mourinho quiere mostrarse m¨¢s implicado con el Madrid. El s¨¢bado en el Bernab¨¦u los jugadores se asombraron ante su repentino despliegue. De pronto, despu¨¦s de m¨¢s de dos meses metido en el foso del banquillo, guard¨¢ndole las distancias al p¨²blico y a la plantilla, Mourinho decidi¨® exhibirse ante la grada m¨¢s gesticulante y m¨¢s elocuente que nunca. Como si quisiera que le vieran, otra vez, como al l¨ªder natural del madridismo.
Los caminos de Mourinho y Florentino P¨¦rez se aproximan otra vez. Con una victoria en Old Trafford la uni¨®n podr¨ªa ser perfecta. Pero el f¨²tbol es misterioso. Lo sabe el m¨¢nager, a quien ayer le preguntaron qu¨¦ cosa, qu¨¦ influencia, qu¨¦ factor ser¨ªa la clave que determinar¨ªa el resultado. ¡°No tengo ni idea¡±, dijo.
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